“El 75% de la población no tiene acceso ni siquiera a la atención sanitaria más básica”

Terri Morris ha estado trabajando como coordinadora general para MSF en el sur de Sudán durante los últimos 9 meses. Pocos días antes de que se declare oficialmente la independencia de esta región el próximo 9 de julio, nos hace un repaso de la situación médica y humanitaria en el que pronto será el país más nuevo del mundo.

MSF
08/07/2011

¿Cómo describirías la situación actual en el país?

En el sur de Sudán sigue habiendo una situación de grave emergencia humanitaria y la gente tiene necesidades acuciantes que continuarán durante los próximos años. La situación en la región es crítica en lo que se refiere al acceso a la atención sanitaria, y a esto hay que añadir el hecho que los civiles han sido los más castigados por la sucesión de emergencias de los últimos años, el problema de la inseguridad latente, la multitud de episodios de violencia que han provocado miles de muertes, y los desplazamientos masivos de población.

Por otro lado, se da la circunstancia de que cientos de miles de personas han retornado a la región durante los últimos meses, lo que ha supuesto un colapso aún mayor del sistema sanitario del sur de Sudán, y para terminar de agravar los problemas, hay que mencionar otros problemas de salud como son la desnutrición crónica y los frecuentes brotes de enfermedades como el kala azar, el sarampión, o la meningitis. La respuesta humanitaria a estas continuas crisis a menudo resulta complicada y muchas veces llega con retraso, pues son muchos los retos logísticos que hay que salvar para llegar a la población y proporcionarles una asistencia que a día de hoy es vital.

Y en los últimos meses han aumentado los episodios de violencia. ¿No es así?

Sí, desde febrero de este año han aumentado de manera muy significativa los enfrentamientos violentos en el sur de Sudán y en las disputadas zonas fronterizas entre el norte y el sur de Sudán. En nuestros proyectos ha subido mucho el número de pacientes que presentaban traumatismos resultantes de la violencia, pero muchas personas, incluyendo los grupos más vulnerables, es decir mujeres y niños, jamás logran llegar a una estructura médica. Y esto se debe sobre todo a la inseguridad, que impide a muchas personas ir en busca de la ayuda médica que necesitan... ya sea para curar las heridas asociadas a la violencia o para tratar cualquier otro tipo de problemas médicos.

Esta inseguridad también afecta a las rutas de suministro, obstaculizando no sólo el comercio, sino también el abastecimiento de las estructuras médicas.

La hostilidad y los ataques entre ambas partes en las disputadas áreas fronterizas (Abyei, sur de Kordofan, y otros tipos de amenazas similares en las zonas limítrofes de el sur de Darfur con Western Bar El Ghazal) se han incrementado en los últimos meses convirtiéndose en noticia de primera página. Y además, en este 2011 particularmente, otros episodios de violencia se han cobrado también numerosas vidas y han provocando desplazamientos de población a los que los medios de comunicación apenas ha prestado atención. Este tipo de violencia incluye los enfrentamientos por los frecuentes robo de ganado, los ataques intercomunitarios e interétnicos, o la aparición de nuevas milicias en el sur. Todos ellos han sembrado de muertes la región y han desencadenado esos nuevos desplazamientos que antes comentaba en los estados del sur de Sudán.

En todo el sur de Sudán, se estima que la violencia en 2010 provocó el desplazamiento de 210.000 personas.

¿Y el LRA continúa atacando a la población de las zonas limítrofes con RCA y RDC?


Durante la primera mitad de 2011, el estado de Western Equatoria ha seguido sufriendo la violencia del LRA, y se han contabilizado al menos 18 incidentes entre raptos, muertes y desplazamientos. Lo cierto es que el LRA sigue sembrando el pánico y provocando la ansiedad de unas poblaciones que ya tienen bastante con luchar contra la enfermedades que sufren, contra el limitado acceso a los servicios más básicos, y que tienen por delante un incierto futuro económico debido al trastorno de sus ciclos agrícolas normales.

Antes decía que uno de los principales problemas del futuro país es la falta de acceso a la salud, ¿puede darnos algunos detalles más sobre la situación en la que se encuentra la atención sanitaria en el sur de Sudán?

El acceso a la atención sanitaria en la región sigue siendo nefasto: el 75% de la población no tiene acceso ni siquiera a la atención sanitaria más básica. La falta de servicios médicos básicos, y particularmente de servicios de emergencia, sigue siendo la brecha más crítica en materia de atención sanitaria. Actualmente, las ONG internacionales proporcionan más del 89% de la atención sanitaria disponible en el sur de Sudán.

Aunque el contexto del sur de Sudán está cambiando con gran rapidez, incluyendo una macada afluencia de ONGs y el establecimiento de un Ministerio de Sanidad que se está actualmente empezando a formar, todavía tienen que pasar muchos años hasta que el gobierno del futuro Sudán del Sur pueda crear un sistema de salud operacional que responda adecuadamente a las necesidades de la población.

¿Y en cuanto al personal sanitario?, ¿Hay profesionales convenientemente formados?


La escasez de personal sanitario cualificado en el sur de Sudán constituye otra importante preocupación. Y en MSF estamos investigando cómo responder y cómo mitigar este problema. Además de la formación habitual ofrecida al personal local que trabaja con MSF, algunos de nuestros proyectos ya juegan un papel importante cubriendo los vacíos en materia de referencias y reduciendo la mortalidad debida a la malaria.

Por ejemplo, en los centros de salud rurales de la región de Yambio, hemos puesto en marcha otra iniciativa en este sentido. Allí nos centramos en alertas tempranas y tratamiento, formando al personal de salud local, donando material y prestando apoyo directo y supervisión para mejorar su capacidad de diagnosticar y tratar la malaria simple, y para que sepan referir los casos graves de malaria severa y complicada al hospital del estado en Yambio, donde MSF está dispensando atención secundaria de salud gratuita a los grupos de población que corren un mayor riesgo: las mujeres embarazadas y los niños.

¿Y cuáles son los problemas médicos más frecuentes que se encuentran estos grupos vulnerables?


Muchas mujeres embarazadas cuando se ponen de parto, por ejemplo, tienen que andar durante horas o incluso días hasta llegar a una estrcutura de salud debido a una falta de carreteras o a que las opciones de transporte no son asequibles a sus bolsillos. Si consiguen llegar, a veces ya es demasiado tarde para ellas o para sus bebés, lo que provoca que el sur de Sudán registre una de las tasas de mortalidad materna e infantil más altas del mundo.

Por otro lado, la inseguridad alimentaria está aumentando, la época de escasez estacional empezó en mayo, y este año los niveles de desnutrición se espera que sean más altos que los del año pasado, debido al impacto de la violencia y de la inseguridad que mencionaba antes y al subsiguiente impacto sobre los precios de los alimentos.

También hay grupos adicionales de personas que necesitarán acceso a una limitada disponibilidad de alimentos, como los más de 300.000 retornados y los 210.000 desplazados por la violencia y por los enfrentamientos en las disputadas áreas fronterizas. Los desplazamientos obviamente afectan la capacidad de las personas para plantar y recolectar sus cosechas. Asimismo, los precios de los alimentos y del combustible están aumentando por varias razones, incluyendo los bloqueos de las rutas del norte.

Y además, la malaria es endémica en el sur de Sudán e hiperendémica en el estado de Western Equatoria y esta situación se ve agravada por las limitadas estructuras sanitarias que pueden tratar la enfermedad. Cada año, MSF trata a un número significativo de personas afectadas con esta enfermedad y sólo en 2011, ya hemos tratado a más de 10.000 personas con malaria.

¿Cómo responde MSF a la situación actual?, ¿cuáles son las prioridades de la organización para los próximos meses en el futuro Sudán del Sur?

Además de gestionar sus proyectos regulares de salud primaria y secundaria con una atención específica centrada en la asistencia ambulatoria y la hospitalización de las madres y los niños menores de 15 años, este año MSF también ha enviado equipos especiales de emergencia para asistir a los heridos o desplazados por la violencia, incluyendo la organización de clínicas móviles regulares para asegurar que los desplazados en zonas remotas puedan acceder a la atención sanitaria, además de efectuar vacunaciones contra el sarampión, distribuir artículos de primera necesidad y raciones alimenticias de BP5. Esto incluye respuestas de emergencia en Malakal (estado del Alto Nilo), Bentiu (estado de Unity), Akon (estado de Warrap), Bor (estado de Jonglei) y Mvolo, Gangura y Tambura (WES).

Y, por otro lado, MSF seguirá proporcionando ayuda médica esencial allí donde las necesidades sean más acuciantes, y donde podamos ser más pertinentes y beneficiar a la población. Mejorar el acceso a la atención sanitaria y responder a emergencias médicas y humanitarias tendrá que ser una de las prioridades clave entre las muchas prioridades que habrá en este nuevo país. Sin embargo, actualmente el gobierno de la región sólo destina un 3,7% de su presupuesto a la salud, en relación al 7,9% que destinaba en 2006. Es esencial que el gobierno del futuro Sudán del Sur, los grandes donantes internacionales y las ONG humanitarias internacionales prioricen adecuadamente las necesidades humanitarias de emergencia.


MSF trabaja en Sudán desde 1978. En el sur de Sudán, la organización cuenta con más de 2.000 trabajadores nacionales y con unos 200 trabajadores expatriados, que se reparten en 13 proyectos regulares (y más de 20 intervenciones de emergencia) que cubren ocho de los 10 estados del futuro Sudán del Sur. De enero a abril de 2011, MSF hospitalizó a 6.422 pacientes, llevó a cabo 140.519 consultas ambulatorias y otras 29.278 de atención prenatal. Sus equipos asistieron 2.681 partos, trataron 10.392 casos de malaria y a 6.109 niños con desnutrición. Además, llevaron a cabo 1.828 intervenciones quirúrgicas mayores, trataron 1.079 casos de kala azar y 2.347 de tuberculosis.