Afganistán: MSF trata a 17 heridos tras la explosión de Kunduz

Tras la explosión que se produjo el 25 de marzo en Kunduz, en el norte de Afganistán, Médicos Sin Fronteras (MSF) recibió a 23 pacientes en el departamento de urgencias hospitalarias que gestiona en dicha ciudad. El equipo médico de MSF atendió a 17 de los heridos, ya que los otros seis fallecieron de camino al centro o poco después de su llegada.

MSF
31/03/2014

De los 17 pacientes a los que se trató, cinco presentaban lesiones mortales causadas por la explosión y se encontraban en estado crítico. Entre las lesiones se incluían sangrado abundante, traumatismos craneales, laceraciones en la piel y fracturas. Seis de las víctimas tuvieron que ser intervenidas de urgencia.

Poniendo en práctica el plan de atención sanitaria a víctimas múltiples, que clasifica a los pacientes en función de la gravedad de sus lesiones, el equipo de MSF identificó a los que se encontraban en estado más crítico para proporcionarles atención prioritaria.

“Debido a la proximidad de nuestras instalaciones al lugar de la explosión, en 15 minutos todos los heridos habían acudido al hospital”, dice Elias Abi-Aad, coordinador de campo en Kunduz. “Gracias a la rápida respuesta del personal médico, los pacientes en estado más crítico recibieron atención inmediata. La primera intervención quirúrgica se llevó a cabo en tan sólo media hora”.

El centro de tratamiento de traumatismos de Kunduz lleva en funcionamiento desde agosto de 2011. En sus instalaciones, MSF proporciona atención gratuita de primera calidad a las víctimas de traumatismos generales, como los ocasionados por accidentes de tráfico, así como los derivados de conflictos armados, tales como heridas de bomba o de metralla. En 2013 se trataron a un total de 17.000 pacientes y se realizaron 4.500 intervenciones.


MSF también trabaja en los hospitales Ahmad Shah Baba de Kabul y Boost hospital de Lashkar Gah (la capital de la provincia de Helmand) y gestiona un hospital materno infantil en la provincia de Khost. En todos los lugares de Afganistán donde MSF tiene presencia, se aplica una estricta política anti-armas para garantizar la seguridad de los pacientes. MSF no acepta subvenciones del Gobierno por la labor humanitaria que realiza en el país y se financia únicamente con donaciones de particulares.