Apoyando a las víctimas de la violencia en Irak

A pesar de la complejidad de la situación en Irak, especialmente en la provincia de Anbar, MSF sigue ofreciendo atención quirúrgica reconstructiva a las víctimas de la violencia en Irak. Pero la situación de seguridad supone un reto enorme.

MSF
02/05/2014

El conflicto constante en Irak desde 2003 ha tenido un profundo impacto sobre las vidas de muchos iraquíes en todo el país. Las víctimas de la violencia han recibido apoyo del proyecto de cirugía reconstructiva de MSF en Amman, la capital de Jordania, desde que el proyecto abrió en 2006. El proyecto ofrece un paquete integral que incluye procedimientos quirúrgicos dentro de tres especialidades: cirugía ortopédica, maxilofacial y plástica, a menudo casos muy complejos. También se proporcionan fisioterapia y apoyo psicosocial cuando se considera necesario así como alojamiento durante la estancia hospitalaria del paciente.

Una red de médicos iraquíes dentro de Irak refiere casos al proyecto de Amman. Estos médicos identifican a pacientes basándose en criterios quirúrgicos, preparan y envían las historias clínicas de los pacientes a Amman, organizan el viaje de los pacientes seleccionados y hacen el seguimiento postoperatorio cuando los pacientes regresan al país.

Desde 2006, han llegado al proyecto de cirugía reconstructiva de Amman más de 2.000 pacientes desde de Irak, incluidos 297 procedentes de Anbar, y la lista de espera de pacientes de esta localidad sigue creciendo.

Un médico de MSF en Anbar afirma:
"Actualmente, la situación de seguridad en Anbar es compleja y difícil. El conflicto ha causado el desplazamiento de muchas familias de Fallujah, Ramadi y de zonas de los alrededores. Decenas de miles de familias han tenido que desplazarse a otras provincias. "

La situación de seguridad obstaculiza el acceso de los pacientes a médicos de MSF y dificulta el seguimiento médico para pacientes que han regresado a Irak. Una seguridad más rigurosa, con cierres de carreteras, ha hecho que entrar y salir de las ciudades resulte cada vez más complicado para los civiles. Aunque seguimos refiriendo a pacientes de Anbar al proyecto quirúrgico en Jordania, ahora tengo que ver a la mayoría de pacientes fuera de Anbar. Me desplazo a zonas de los alrededores, como Salah El Din y Bagdad para visitar a los pacientes.

Los médicos en Anbar trabajan en un entorno difícil y están intentando hacer todo lo que pueden para ser neutrales a la hora de tratar con cualquiera de las partes en este conflicto armado. Actualmente, en Anbar sólo se hacen urgencias. En algunos hospitales hay deficiencias y escasez de material médico y de personal sanitario”.

Miles de heridos procedentes de Irak se han beneficiado ahora del proyecto de cirugía reconstructiva de Amman, pero miles más siguen en el país, sin poder acceder a la atención que necesitan. Y con una situación de seguridad en deterioro, incluso aquellos que regresan a casa procedentes de Amman se enfrentan al reto que supone tener acceso al seguimiento y apoyo psicosocial.

Diya, paciente de Anbar


Imagen eliminada.Diya, de 29 años, es de la provincia de Anbar. Resultó herido en 2009 y fue admitido en el proyecto de cirugía reconstructiva de Amman en 2012.

Diya regresaba de una visita familiar cuando una bomba explotó directamente bajo el coche que conducía. La explosión mató a su madre, a su esposa, a su hermano y a su hijo. Diya fue el único superviviente.

"Se suponía que iba a ser una bonito día con la familia pero, por culpa de la incesante violencia que reina en Irak, se convirtió en un día de pérdidas y duelo familiar". explica Diya.

"Fue como una pesadilla", añade. “Perdí a mi hijo de un año, a mi esposa, a mi madre y a mi hermano. También perdí el deseo de vivir".

Diya presentaba múltiples quemaduras por todo el cuerpo, heridas en la cabeza, fracturas graves en ambas piernas y heridas en la mandíbula inferior. Tras llegar al proyecto de Amman, fue sometido a varias intervenciones quirúrgicas y también recibió apoyo por parte de los equipos de fisioterapeutas y psicólogos de MSF.

"Sigo recordando ese día fatídico", cuenta Diya. "Intenté suicidarme varias veces porque había perdido el deseo de vivir. Hecho en falta a mi familia. Pese a todos los años que han pasado, sigo sin poder superar este sentimiento. El equipo de psicólogos de MSF me ayudó mucho a recobrar la pasión de vivir y a pedir a Dios que tuviese piedad del alma de mi hijo Qutaybeh, que es a quien hecho más en falta".

Diya finalizó con éxito su tratamiento en el proyecto de Amman y fue dado de alta en febrero de 2014. En total estuvo un año desde que recibió el primer tratamiento hasta que le hicieron la operación de enero de 2014.

Ahora de vuelta en Anbar, Diya no tiene trabajo y depende del apoyo de su abuelo. Espera poder tener un día su propia barbería ahora que ha terminado su tratamiento. Pero ha tenido que dejar temporalmente a un lado sus sueños por la dificultad de encontrar ingresos y la creciente inseguridad que se deteriora con cada día.