Un gran incendio en el campo de refugiados de Cox’s Bazar, en Bangladesh, mata a 15 personas y hiere a más de 550

Aunque el impacto total del incendio en la comunidad -unas 900.000 personas- todavía no se puede calcular, supone un gran golpe para la comunidad rohingya, que sufre desde hace años unas condiciones de vida pésimas, con un acceso reducido a la atención médica y otros servicios humanitarios.

MSF
23/03/2021
Supervivientes del incendio observan sus casas y pertenencias destruidas en el área del campamento 9, una de las más afectadas por el fuego

Un gran incendio se ha producido en los campamentos de Cox's Bazar, en Bangladesh, donde viven actualmente unas 900.000 personas refugiadas. Según estimaciones de la ONU, alrededor de 15 personas han fallecido durante el incendio masivo, 560 personas han resultado heridas y hasta 10.000 familias (más de 45.000 personas) han sido desplazadas, pero las cifras finales aún no están claras.

Nuestra clínica en Balukhali ha quedado completamente destruida por el incendio. Afortunadamente, todos los pacientes y el personal fueron evacuados de nuestra clínica antes de que se intensificara el incendio. Tratamos a 11 personas heridas en el hospital de Kutupalong y en el hospital de la colina, fruto del suceso.

Este no es el primer incendio en el campo en los últimos meses, devastando así las vidas de muchos refugiados rohingya que viven aquí. Sus refugios están construidos con materiales temporales y endebles, lo que significa que en los campamentos densamente poblados de Cox's Bazar, el fuego se propaga rápidamente.

La situación en los campamentos se está deteriorando con un acceso reducido a la atención médica, un aumento de la violencia y unas condiciones de vida básicas insuficientes.

 

El impacto total del incendio en la comunidad aún está por verse, ya que el fuego continuó ardiendo durante la noche. Todavía no está del todo claro cuántos refugios, instalaciones sanitarias y otra infraestructura humanitaria se han destruido.

Se trata de un gran golpe para la comunidad rohingya, que ha estado sufriendo las consecuencias del deterioro de las condiciones de vida en los campamentos, con un acceso reducido a la atención médica y otros servicios humanitarios.

A los rohingya se les ha negado la posibilidad de regresar a sus hogares en Myanmar de manera segura y con dignidad. Las restricciones a su libertad de movimiento y la falta de acceso a los medios de subsistencia en Bangladesh, incluida la capacidad para trabajar, significan que dependen por completo de la asistencia humanitaria.