“Casi todos los hospitales de Trípoli están recibiendo heridos”

Un equipo de tres trabajadores de Médicos Sin Fronteras (MSF) está actualmente en Trípoli, aportando suministros y apoyo a unas instalaciones médicas desbordadas por la afluencia de heridos a causa de los combates en la capital libia. MSF ha enviado también equipos a Zlitan, al este de Trípoli, y a Al Zawiya, al oeste, para ayudar a atender la afluencia de heridos en los hospitales. Desde Trípoli, Jonathan Whittall, coordinador de MSF, nos explica la situación sobre el terreno.

MSF
25/08/2011

¿Cuál es la situación en estos momentos?

Ahora mismo en Trípoli nos encontramos con unas instalaciones médicas que ya no daban para más incluso antes de los enfrentamientos de esta semana en la ciudad. Los hospitales carecen de personal porque gran parte de los médicos y sanitarios extranjeros que trabajaban en el sistema de salud libio han abandonado el país. También faltan suministros a causa de las sanciones impuestas por la comunidad internacional. El sistema ya tenía dificultades para atender a los heridos que llegaban de fuera de Trípoli antes de los combates dentro de la ciudad.

Durante las últimas tres semanas, el personal de los hospitales se ha dedicado casi exclusivamente a los casos urgentes y no ha podido atender otros como enfermedades crónicas, cesáreas u otros problemas médicos de la población. Sencillamente, no había disponibilidad. Si a esto se suman los enfrentamientos y los combates que han estallado esta semana en Trípoli –especialmente intensos en algunas partes de la ciudad–, el resultado es que unos hospitales bajo mínimos intentan hacer frente al flujo de heridos sin el personal y los suministros médicos necesarios.

¿Cómo valoras la situación de los hospitales que has podido visitar?

Casi todos los hospitales de la ciudad están recibiendo heridos. A algunos no se podía acceder a causa de los enfrentamientos, por lo que otros hospitales han tenido una afluencia extra de personas. Ahora que la ciudad se va calmando un poco, los hospitales están empezando a atender a los pacientes que no pudieron llegar con anterioridad. No sólo están los heridos recientes, sino también otros heridos y gente con problemas urgentes que tuvieron miedo de desplazarse por carretera en su momento.

La situación en los hospitales que he visitado desde que empezaron los enfrentamientos suele ser bastante caótica. Muchos médicos y enfermeras no pueden llegar al hospital porque viven en zonas que aún no son seguras o porque no pueden cruzar la ciudad. Hay falta de personal sanitario, pero hay mucha gente que acude como voluntaria a los hospitales para dar apoyo y ayudar en lo que pueda, lo que genera un cierto ambiente de caos.

Los hospitales en los que he estado estaban llenos de heridos de bala, tanto en urgencias como en otras salas. En un centro sanitario que visité habían habilitado varias casas vecinas para ingresar a pacientes. Por ejemplo, en la casa que entré, los pacientes estaban tumbados en el suelo o en el mobiliario que había quedado en la vivienda. Pero, debido a la falta de personal, no había nadie para atenderles y los pacientes básicamente tenían que cuidar de sí mismos. En otro centro médico los heridos esperaban en la calle a poder entrar en urgencias.

¿Hay otros impedimentos para prestar ayuda aparte de los combates?

La gran escasez de combustible en Trípoli es un grave problema. No hay gasolina para los servicios de ambulancias ni gasoil para hacer funcionar los generadores de los hospitales, que deben recurrir a ellos por los constantes cortes de suministro eléctrico. En estos momentos las reservas de combustible de los hospitales son muy limitadas.

¿Como está respondiendo a la situación MSF?

La situación médica requiere una respuesta muy rápida. Ya estamos aportando personal y suministros a los hospitales, y todavía llegarán más materiales y refuerzos para dar apoyo inmediato a las estructuras de salud de la ciudad. De momento, todavía hay combates en algunas zonas, lo que seguro que tendrá un impacto en las necesidades médicas.

Las instalaciones médicas están muy apuradas, pero en modo alguno están completamente colapsadas ni han dejado de funcionar del todo. El personal sanitario está atendiendo a los heridos, está respondiendo a las necesidades de su comunidad, pero por supuesto está afrontando retos enormes. No es una cuestión de competencias o de voluntad. Se trata de que dispongan del apoyo necesario para poder responder adecuadamente a las necesidades urgentes a las que se enfrentan.

¿Ha bajado la intensidad de los combates?

Ahora está todo más calmado. Hace tres días no habría podido hablar contigo por teléfono debido a los constantes disparos y bombardeos en el exterior. El hecho de poder hablar contigo sin tener que esconderme detrás de una pared ya es una mejora.

Pero es una situación muy volátil que evoluciona rápidamente. Sólo han pasado cuatro días y no puedo explicar los cambios que he visto en Trípoli. Ha sido tremendamente rápido el modo en que ha irrumpido la violencia en las calles y cómo está cambiando la ciudad. Tenemos que estar extremadamente atentos a la evolución de los acontecimientos en los próximos días.

En algunas zonas los combates todavía no permiten el acceso de pacientes gravemente heridos a los hospitales. Es absolutamente necesario que en los próximos días todas las personas puedan acudir a los hospitales. Tiene que permitirse a los trabajadores sanitarios el acceso a las instalaciones médicas, y éstas deben ser respetadas por todas las partes en conflicto.

 


 

Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico-humanitaria internacional que trabaja en Libia desde el 25 de febrero de 2011. Para asegurar la independencia de sus acciones, MSF depende únicamente de donaciones privadas para financiar sus actividades en el país y no acepta fondos de ningún gobierno, donante institucional o grupo con ninguna filiación política o militar. Actualmente el equipo de MSF en Libia está formado por 44 trabajadores libios y 30 trabajadores internacionales, que aportan atención médica, quirúrgica y de salud mental, así como suministros médicos en las ciudades de Trípoli, Misrata, Zlintan, Yefren y Bengasi.

 

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