Chad: MSF responde a las críticas de El Semanal

El domingo 16 de noviembre se publica en la revista El Semanal (www.xlsemanal.com) del grupo Vocento el artículo “Chad, las fotografías de la vergüenza”, en el que se vierten duras críticas a la labor de MSF en Chad. MSF quiere puntualizar lo siguiente:

MSF
14/11/2008

No hay actualmente una situación crítica en la zona de Iriba, al este de Chad.
MSF lleva cinco años asistiendo a los refugiados de Darfur y a la población autóctona de la zona de Iriba, y aporta datos que dibujan una situación muy distinta de la que presenta el artículo. Los indicadores de salud en la zona son estables y muy alejados de una situación de emergencia. Una encuesta realizada por UNICEF y la Organización Mundial de la Salud el pasado agosto señala una tasa de desnutrición severa del 0,5 % y una tasa de mortalidad inferior a 1 por 10.000 personas y día, por debajo del umbral de emergencia. Es decir, la situación de salud de la población de Iriba no es crítica.

Sí hay casos severos, que son atendidos.
Dicho esto, cada mes nuestros equipos reciben casos puntuales de enfermos severos –como los que aparecen en las fotos del reportaje–, que son atendidos y generalmente referidos al hospital de Iriba. Se trata, en su mayoría, de personas que sufren de marginación social –enfermos mentales, madres que han abandonado a sus hijos– o que padecen enfermedades crónicas, pero que de ninguna manera reflejan una crisis generalizada que MSF esté ignorando. Hechos que, desde luego, no se pueden imputar a MSF, una organización que lleva desde 2004 aportando asistencia en la zona.

Ante el cambio de la situación, MSF ha reducido su presencia.
Hace unos meses, y tras confirmar que la situación de salud en Iriba caminaba hacia la estabilidad y que claramente ya no se trataba de una situación de emergencia, MSF decidió pasar de una lógica de pura sustitución de los servicios locales –que se justifica en un periodo de emergencia– a un modelo de apoyo, en el que MSF sigue suministrando medicamentos y alimentos terapéuticos, y formando al personal local de salud, pero ya con una presencia de personal extranjero y actividades más reducidas. Esta decisión viene avalada por la encuesta de UNICEF y la OMS antes mencionada que demuestra, sin lugar a dudas, que la situación en Iriba dista de ser crítica. De ninguna manera puede deducirse de esta decisión que MSF ha abandonado a su suerte a una población en situación de emergencia.

Esto ha creado tensiones, pero la situación de salud es estable.
La reducción de actividades y especialmente el consiguiente despido de parte del personal que trabajaba para MSF en Iriba ha generado tensiones con la comunidad que pueden fácilmente explicar que el autor haya oído críticas hacia MSF por parte de la población afectada. Para una organización humanitaria, salir de una región en la que se emplea a decenas o centenares de personas siempre es un proceso difícil y siempre puede dar pie a críticas. En el caso de Iriba, las tensiones llegaron incluso a las amenazas de muerte contra nuestro personal, lo que nos obligó a evacuar temporalmente a parte del equipo el pasado verano.

En todo momento, sin embargo, y en cumplimiento de sus responsabilidades, MSF ha realizado un estrecho seguimiento de la situación de salud en la zona de Iriba. Todos los indicadores siguen estables. Por tanto, no se puede decir, como hace el autor del artículo, que “los más vulnerables han muerto sin auxilio o se encuentran en tránsito”.

Hay casos severos en el hospital, como en cualquier hospital. Y son tratados con dignidad.
El artículo se refiere a algunos casos “en situación dramática” en el hospital de Iriba. MSF es una organización médica que lleva más de 35 años trabajando en hospitales y centros de salud en las zonas más necesitadas del mundo. En Chad, nuestros equipos médicos trabajan en condiciones precarias, atendiendo casos muy graves con medios muy limitados. Entendemos que las fotos del reportaje pueden resultar chocantes para quien no esté familiarizado con este contexto, pero ésta es la dura realidad con la que deben lidiar nuestros equipos cada día. Lamentablemente, encontrar enfermos severos en estos hospitales es común y las condiciones no son las que se pueden encontrar en Europa. Pero de ello no se puede concluir que el personal de MSF, que lleva años proporcionando asistencia a la población de la región en condiciones difíciles, esté desatendiendo a los enfermos del centro.

La fotografía de la niña que abre el reportaje demuestra que los pacientes en el hospital son tratados con dignidad. Puede observarse que dispone de una colchoneta, una mosquitera y comida, y su evidente debilidad física no se debe a falta de atención médica, sino a la gravedad de su estado.

Ha habido casos severos en el campo, pero la situación general es estable.
Además, se habla en el artículo de cuatro casos severos en el campo de Iridime. Hay que puntualizar que en este campo viven cerca de 18.000 refugiados. Encontrar cuatro casos severos en un campo con 18.000 personas no significa que la situación allí sea crítica, como da a entender el autor. También hay que puntualizar, en contra de lo que dice el autor, que MSF no tiene la responsabilidad de gestionar el campo. La responsabilidad de los campos de refugiados la tienen las autoridades del país de acogida, que la delegan en otras agencias. En el caso de Iridime, la gestión del campo recae en el ACNUR.

Los enfermos mentales y crónicos requieren una atención específica.
Los cuatro casos severos que el autor del artículo ha encontrado en el campo tienen derecho a ser atendidos. Según el autor, sin embargo, se trata de enfermos mentales y crónicos que necesitan asistencia constante. Son claramente personas que van a necesitar atención a lo largo de toda la vida, pero no el tipo de atención que se presta en un hospital como el de Iriba, en el que se ofrecen servicios generales básicos de salud primaria y secundaria. MSF es una organización médico-humanitaria que interviene en situaciones de emergencia.