Darfur: intentando llegar a las comunidades aisladas en el Norte

Equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el norte de Darfur han viajado a áreas donde las organizaciones humanitarias no habían podido ir durante muchos meses. Allí encontraron a comunidades completamente aisladas de la asistencia internacional

MSF
20/04/2007

En dos vehículos cargados con medicamentos, un equipo partió de Kebkabya en un intento de alcanzar Kagoro, la principal aldea en el monte del Jabel, en una zona controlada por el movimiento rebelde del SLA. En esta región viven unas 37.000 personas y a finales de 2005 MSF abrió allí un centro de salud para aportar asistencia médica básica. Pero el centro tuvo que cerrarse en junio de 2006 después de que otra organización en la zona fuese víctima del pillaje.

En la carretera dirección a Kagoro, el equipo de MSF pasó por una serie de controles del ejército sudanés. Los soldados en el último control antes de llegar a la zona controlada por el SLA se mostraron claramente sorprendidos de ver a una organización no gubernamental utilizar esta carretera que durante meses había estado prohibida. Pero después de una minuciosa inspección de la carga en el vehículo, permitieron a los trabajadores de MSF continuar su camino.

Más adelante, los vehículos fueron detenidos por un grupo de nómadas. Vivían en un wadi seco, un río estacional, en condiciones precarias, con sólo destartaladas lonas de plástico como refugio: “Los ancianos se acercaron a nosotros diciendo que no habían recibido ayuda de nadie durante mucho tiempo”, explica Hakim Khaldi, el jefe de misión saliente en el norte de Darfur y miembro del equipo de evaluación. “Desgraciadamente en aquel momento no pudimos quedarnos allí porque teníamos que seguir hasta nuestro destino”.

A nuestra llegada a Kagoro, una aldea situada en la parte alta de la montaña, el equipo de MSF se reunió con los líderes comunitarios a fin de poder hacerse una idea clara de sus necesidades. Se reabrió el centro de salud y se reiniciaron las consultas médicas para los habitantes del Jebel Si. “La primera semana realizamos unas treinta consultas, pero tres semanas más tarde el número de consultas se había triplicado”, afirma Khaldi.

Cuando el centro de salud de Kagoro ya volvió a funcionar, el equipo de MSF decidió regresar al asentamiento nómada con el que se había cruzado de camino a Kagoro. Nuestros equipos también visitaron a comunidades nómadas en otras partes. En marzo, MSF organizó tres clínicas móviles para aportar asistencia médica a las comunidades que vivían en el wadi de Assam, de Boromaleh y de Bardei, con una población total de unas 9.000 personas. Por lo menos, una vez a la semana, un médico y una enfermera visitan a cada comunidad. En un día normal, suelen realizar unas 120 consultas.

Desplazarse por la región constituye una de las principales dificultades a las que se enfrentan las organizaciones humanitarias en Darfur. Los enfrentamientos y el deterioro de la situación de seguridad han impedido que MSF y otras organizaciones lleguen a las poblaciones afectadas por el conflicto en las zonas de la periferia. “Sabemos muy bien lo que ocurre en las zonas donde hay grandes campos de desplazados y donde la presencia de la comunidad humanitaria es masiva y constante”, confirma Sonia Peyrassol, coordinadora de las operaciones de MSF en el norte de Darfur. “Pero con demasiada frecuencia no tenemos ni la más remota idea de la situación fuera de estos centros. Era de vital importancia regresar al Jabel Si y también explorar nuevas zonas donde las necesidades son considerables pero donde la asistencia es poca o incluso inexistente”.

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