Desnutrición en el sureste de Chad: “La situación es desesperada y se avecina el pico estacional”

Médicos Sin Fronteras (MSF) está ampliando sus programas en Chad para responder a la creciente crisis nutricional en el país. La organización está tratando a niños desnutridos en cinco localizaciones y ha desplegado equipos de emergencia para evaluar las necesidades en otras zonas. Emma Augustine Zoba, responsable del equipo sanitario de MSF en Am Timan, nos habla de la situación en esta parte del país.

MSF
04/06/2012

En el proyecto de MSF en Am Timan, en la región de Salamat, al sureste del país, las tasas de desnutrición se han disparado de forma alarmante. Entre enero y abril, 2.478 niños fueron admitidos en los centros terapéuticos ambulatorios de la organización, casi duplicando el número de admisiones del año pasado.

Incluso en un año normal, Chad registra una de las tasas más altas de desnutrición crónica del mundo. A principios de 2012, en algunas zonas del país se reportaron tasas de desnutrición aguda global de hasta un 24% en niños menores de 5 años. Una combinación de factores explica estas alarmantes cifras: lluvias irregulares, malas cosechas, altos precios de los alimentos y el combustible, el agotamiento de las reservas de alimentos antes de lo esperado y un acceso deficitario a los servicios de salud han contribuido al aumento de las tasas de desnutrición.

En un esfuerzo para reducir las tasas de mortalidad, los equipos de MSF están tratando a niños desnutridos con alimentos terapéuticos y vacunándoles contra el sarampión. Los niños que están muy enfermos son referidos a la sala de pediatría del hospital de Am Timan, que dispone de una unidad de cuidados intensivos para tratar los casos severos. Debido a la inmunodeficiencia causada por la desnutrición, estos niños sufren otras enfermedades como infecciones respiratorias, diarreas e incluso tuberculosis. También pueden ser niños que están demasiado débiles para comer y tienen que ser alimentados a través de sondas nasogástricas.

¿Cuál es la situación en Am Timan?
La situación es desesperada porque estamos viendo el doble de casos de desnutrición en niños menores de 5 años, en relación al año pasado por estas mismas fechas, y esperamos que empeore porque se avecina el pico estacional de desnutrición en julio. De noviembre a enero, estos niños estaban en los campos de cultivo con sus familias, y, cuando enfermaron, sus padres no les llevaron al hospital. Cuando terminó la época de las cosechas en enero y las familias regresaron a sus aldeas, se disparó el número de niños enfermos que llegaban al hospital. Algunos de ellos, también con sarampión o meningitis.

Sabemos que ha habido falta de lluvia y malas cosechas. ¿Hay otros factores que puedan haber causado esta crisis?
Sin duda hay un problema con la comida, pero cuando hablas con las madres que tienen niños desnutridos también hay un problema con el agua. No hay agua limpia. Normalmente, muchas madres dejan de dar el pecho a sus bebés bastante pronto. Alimentan a sus bebés con leche animal y agua sucia, así que para cuando llegan al hospital tienen diarrea y ya presentan desnutrición severa. La tasa de mortalidad entre los niños ingresados en el hospital es alta porque llegan en un estado muy avanzado de enfermedad y muchas veces no podemos salvarles.

¿En qué consiste el tratamiento de la desnutrición?
Tenemos dos programas: un programa ambulatorio en el que viajamos a ocho centros de salud en Am Timan y sus alrededores, y examinamos a los niños para detectar desnutrición y otras enfermedades, como la malaria. También vacunamos a los niños contra el sarampión y les damos tratamiento si tienen alguna otra infección. Si a un niño se le diagnostica desnutrición severa, suministramos a las madres alimentos terapéuticos preparados para administrar a sus hijos durante toda una semana y les pedimos que regresen a la semana siguiente para un control hasta que le damos el alta. Si un niño con desnutrición severa está muy enfermo, lo trasladamos al hospital donde recibe tratamiento y supervisión médica. Para ayudar a que su organismo se adapte de nuevo a la comida, se le administra leche terapéutica especial y, cuando recobra el apetito, le damos alimentos terapéuticos para que gane peso hasta que pueda volver a casa.

¿En qué medida está afectando a la salud de los niños la mala calidad del agua?
En un centro periférico que visité hace un tiempo, vi el estado del agua y me entraron ganas de llorar. La gente recogía agua turbia del río que intentaban purificar filtrándola con un trapo. Cuando vamos a los centros de salud de las aldeas, llevamos agua limpia y alimentos terapéuticos para los niños. Pero una vez nos vamos, no podemos hacer más. Estos bebés y niños pequeños beben agua sucia y contraen terribles diarreas y, como resultado, es difícil conseguir que lleguen al peso deseado. Nos enfrentamos a epidemias y enfermedades, pero el agua es un gran problema en esta zona. Dicho esto, creo que nuestra presencia lo compensa en cierta medida. Sabemos que nuestras clínicas periféricas están ayudando a reducir el número de niños que mueren en esta zona.

 


MSF tiene otros programas nutricionales en Chad, además de los que lleva a cabo en Am Timam, en la región de Salamat, al sureste del país. En esta misma región, la organización acaba de lanzar una intervención en Abou Deia para tratar a unos 1.000 niños.

 

En el este de Chad, MSF abrió un centro de nutrición terapéutica intensiva en la ciudad de Biltine en abril y cinco centros de nutrición terapéutica ambulatorios en los alrededores. A principios de mayo, 282 niños habían recibido tratamiento nutricional ambulatorio y otros 42 gravemente enfermos habían sido ingresados en el centro de tratamiento intensivo. La organización proyecta abrir siete centros nutricionales terapéuticos ambulatorios antes del pico estacional de desnutrición en julio.

En la región de Batha, situada en el centro de Chad, MSF inició también en abril un programa en Yao. Hasta principios de mayo, 420 niños habían recibido tratamiento nutricional.

En el oeste del país, MSF gestiona un hospital pediátrico de 200 camas en la ciudad de Massakory, capital de la región de Hadjer Lamis. Actualmente hay 160 niños ingresados por enfermedades de la infancia y por desnutrición.

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