"Fue una intervención de urgencia para dar atención médica en respuesta a esta situación crítica"

Entrevista a Silvana Bruschi, coordinadora médica de la intervención de emergencia en Hebrón

MSF
15/03/2007

¿Por qué se decidió intervenir de emergencia en Hebrón?
El 69% de los fondos que los Territorios palestinos usa son internacionales. Con la llegada de Hamás al poder (enero 2006) se empezaron a cortar las ayudas y con ello se deterioró todo el sistema público, incluida la salud. La gente no recibía los salarios y a nivel social la situación iba a peor. A principios de 2006 empezamos a recibir pacientes en la oficina que venían a pedir medicinas porque había ruptura de stock de medicamentos. Recibíamos hasta 80 personas al día. Se decidió intervenir desde dos vertientes: por un lado, se determinaron siete patologías crónicas básicas y se dispensaron medicamentos para tratarlas; y por otro lado, se hizo una donación al hospital público de Hebrón de medicamentos de uso hospitalario.

¿Por qué se abrieron dos clínicas?
El Ministerio de Salud empezó una huelga a finales de agosto y se empezaron a suspender los servicios de salud progresivamente. A partir de noviembre, además de continuar con las donaciones mensuales al hospital, MSF abrió, paralelamente, dos clínicas nuevas: una en Hebrón y otra en Yatta como respuesta a la huelga y para darle acceso a la salud a la población. Recibíamos entre 200 y 300 pacientes al día.
Fue una intervención de urgencia para dar atención médica en respuesta a esta situación crítica. Al llegar, la situación no era tan dramática como esperábamos pero en el momento que fuimos necesarios, MSF estuvo allí. La intervención ha sido positiva.

¿Qué patologías encontrasteis entre la población?
Básicamente patologías crónicas. Teníamos un sistema de referencia privado para urgencias y laboratorios. Allí las estructuras de salud suelen funcionar y los trabajadores están bien formados aunque la gente tiene tendencia a ir a la salud privada ya que no confían en lo público.

¿Cuándo finalizó la intervención?
El 10 de diciembre, tras unos seis meses sin cobrar salarios, el gobierno volvió a pagar y ahí se terminó la huelga. MSF cerró las dos clínicas: la de Yatta a finales de diciembre; y la de Hebrón a mediados de enero.

¿Cuál es la situación ahora?
Una vez más los trabajadores de la salud no han cobrado su salario y el 17 de febrero comenzó la huelga de nuevo. Esta huelga es más suave, no es tan agresiva como la anterior aunque las estructuras de salud no han recibido las medicinas. Para monitorear la situación, MSF ha puesto un farmacéutico palestino en la oficina que atiende a unos 15 pacientes diarios. En las últimas semanas ha habido un incremento de pacientes.

¿Qué dice la población de esta falta de medicamentos?
La gente nos dice que hay una situación crónica de no disponibilidad de medicamentos y de ruptura de stock que va relacionado con un problema de organización y gestión más allá de la situación política del momento.

¿Qué te gustaría resaltar de tu trabajo allí?
Trabajar con el personal nacional ha sido un placer. Estaban muy motivados y han trabajado con mucha flexibilidad y con mucho entendimiento pese a los continuos cambios a los que nos hemos enfrentado.

MSF trabaja en los Territorios palestinos desde 1989 para dar respuesta a las consecuencias médicas del conflicto. Desde el año 2000, la organización se ha centrado en proporcionar apoyo psicológico y asistencia médica y social a las familias que no tienen acceso a asistencia sanitaria y que presentan traumas agudos a causa del conflicto. Actualmente los equipos de MSF trabajan en Nablús, Hebrón y Gaza.

En el proyecto estable en el distrito de Hebrón, Cisjordania, un 70% de los pacientes de MSF vivieron episodios traumáticos el año pasado. MSF ofrece atención domiciliaria a través de un equipo compuesto por un psicólogo, un trabajador social y un médico. Además, intenta mejorar el acceso a los servicios de salud, haciendo visitas regulares a las comunidades beduinas que viven en el sur del distrito y a poblaciones de zonas con estrictas restricciones de movimientos.