Gaza: muchos heridos no pueden llegar hasta los hospitales

Cécile Barbou, coordinadora médica en la Franja de Gaza, nos cuenta en directo desde el terreno cual es la situación en la zona. Cada vez cuesta más acceder a los pacientes, y la gran inseguridad no está permitiendo a la población acceder las estructuras de salud; las unidades de cuidados intensivos están desbordadas y la falta de agua y electricidad hace que la situación sea cada vez más dura para la población civil.

MSF
07/01/2009

“Los pacientes llegan de manera muy regular a los hospitales. Por ejemplo, el primer día de incursión, en las primeras 24 horas, el hospital de Shifa, el más grande de la ciudad de Gaza, recibió 150 heridos. Hay heridos por bala, heridos que han recibido cascotes tras la explosión de una bomba y heridos que han quedado sepultados bajo sus casas.

Según las cifras del Ministerio de Salud, tras la primera partida de bombardeos aéreos, había cerca de 20-25% de niños y mujeres entre los muertos , y un 35 y 40% entre los heridos. Tras la incursión terrestre, se estima que un 50% de heridos y muertos son mujeres y niños.

Por el momento hay un número de camas suficiente para los heridos. El gran problema es a nivel de las unidades de reanimación ya que ahí hay muy pocas camas y, para los casos severos que necesitan respiración asistida hay muy pocas plazas. Parece que sobre todo sigue habiendo problemas para acceder a los pacientes, para que lleguen a los hospitales los casos severos o para tener acceso a otras estructuras de salud para los casos menos graves o para el resto de enfermos.

Desde el inicio de la incursión terrestre, las ambulancias no paran de ser llamadas, y es muy complicado llegar a ciertas zonas donde hay heridos graves. Parece que algunos heridos siguen en el terreno. Los casos menos severos no quieren moverse de sus casas y tomar el riesgo de ir hasta el hospital.
Hemos decidido reabrir nuestras clínicas post-operatorias y pediátricas  para aliviar a los hospitales que están trabajando. Pero como los pacientes no pueden acceder a nosotros y es también muy complicado acceder a ellos, hemos decidido cambiar la estrategia y dar un kit a cada uno de nuestros trabajadores de salud locales compuesto por vendas y medicamentos básicos para la medicina general. Hemos pedido a nuestro personal que rastreen sus barrios y vean los pacientes a domicilio.

Cada uno, unas veinte personas, han visitado ya a unos 4 o 5 pacientes el primer día, lo que significa que han llegado a unos 100 pacientes, unas 10 veces más que en las clínicas. Más de la mitad son heridos y la otra mitad son cuidados de medicina general. Al principio de los bombardeos, el equipo no estaba muy afectado,  pero nuestro personal se ha visto tocado de pleno por la incursión terrestre. Uno de nuestros trabajadores quedó sepultado bajo su casa pero consiguió salir indemne. Otro nos ha llamado a media noche para decirnos que la mitad de su familia ha muerto ante sus ojos y que le ha obligado a salir de su casa con una bandera blanca y apañarse como podía para evacuar su casa.

Es el reflejo de lo que estamos viendo, hay cada vez más y más heridos, que ya no pueden desplazarse. La situación es muy complicada para todo el mundo. La mayoría de la gente no tiene agua en sus casas ni electricidad desde hace varios días.  Vemos las colas ante las panaderías que se alargan cada día y la situación es muy dura para todo el mundo. Todos tratan de huir de los combates, hay muchas más evacuaciones desde la incursión terrestre”.