IECAH y MSF presentan el informe ‘La acción humanitaria en 2006: crónica de una vuelta a la realidad’

A falta de grandes emergencias mediáticas, el sistema internacional se limitó a “tramitar” las crisis complejas que más sufrimiento causan sin adoptar políticas eficaces y retrasando su resolución

MSF
10/12/2007

El Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) presentó hoy el informe La acción humanitaria en 2006: crónica de una vuelta a la realidad, editado en colaboración con Médicos Sin Fronteras (MSF) con el fin de analizar la evolución del sistema internacional y español de ayuda humanitaria, en un año en el que la falta de masivas crisis como el tsunami o de nuevos contextos de calado mediático, como Irak o Afganistán, ha permitido regresar a una realidad en la que volvieron a hacerse presentes las crisis que más sufrimiento causan en el planeta.

Sin embargo, lejos de encauzar esfuerzos, capacidades, compromisos y presupuestos hacia la mejora de los mecanismos de prevención y respuesta a las crisis, esta ‘vuelta a la realidad’ permitió comprobar un año más la incapacidad internacional, cuando no la falta de voluntad, para hacer frente de forma decidida a los desastres complejos que están más allá de los titulares con el fin de resolverlos o superarlos. Darfur (Sudán), Somalia, Haití, República Democrática del Congo o Territorios palestinos son ejemplos de un sistema que optó por el simple trámite de las crisis, en el sentido más burocrático del término.

Para Jesús Núñez, codirector del IECAH, “la ayuda humanitaria internacional se ha utilizado a menudo como herramienta al servicio de esta gestión y de sus objetivos políticos, a modo de cortina de humo para enmascarar la falta de un interés real por estos desastres, retrasándose de esta forma la búsqueda de soluciones duraderas que alivien el sufrimiento de los millones de víctimas que se cobran cada año. Esta responsabilidad corresponde también a muchos de los países afectados por estas crisis, que han demostrado una clara falta de voluntad para responder a las necesidades de sus poblaciones”.

Desde el punto de vista financiero, la Ayuda Humanitaria (AH) internacional llegó a los 7.000 millones de dólares (un 14% de la Ayuda Oficial al Desarrollo en los países del CAD*), frente a los 18.000 millones de dólares alcanzados en 2005 a consecuencia de la masiva respuesta al tsunami. Al comparar con 2004, un año más similar a 2006 y en el que la AH se situó en algo más de 4.600 millones, se comprueba que la financiación ha crecido paulatinamente, aunque siguen dándose vacíos graves: los países donantes cubrieron apenas el 64% de los llamamientos consolidados de fondos de la ONU, y como siempre la distribución fue muy desigual (frente al 100% de cobertura de la crisis de Líbano, Somalia no pasó del 50%). La contabilización de la AH también sigue siendo muy deficiente.

En palabras de Aitor Zabalgogeazkoa, director general de Médicos Sin Fronteras, “si recordamos la avalancha de fondos para el tsunami, se demuestra una vez más que la falta de compromiso con las crisis complejas no se debe a la falta de presupuesto, sino a la falta de voluntad política para actuar en aquellos contextos que no ofrecen dividendos mediáticos ni políticos o que, por su complejidad, se dan por perdidos”. “2006 fue otra oportunidad perdida de atajar conflictos olvidados como los de República Democrática del Congo, Somalia o Sri Lanka, o las crisis crónicas alimentarias en el Sahel”, añadió.

Ayuda Humanitaria: el caso español

En el caso concreto de España, el Informe precisa que en 2006 la Administración (central, autonómica, local) y las Universidades destinaron cerca de 247,7 millones de euros a la ayuda humanitaria (un 129% más que el año anterior). Esta mejora es sin embargo matizable, ya que el peso de la Ayuda Humanitaria en el seno de la Ayuda Oficial al Desarrollo se ha reducido (del 4,45% en 2005 al 3,79% en 2006), alejándose además de lo previsto en el Plan Director 2005-2008, así como de la media de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE.

El Ministerio de Asuntos Exteriores aportó cerca del 50% de la AH, unos 110,5 millones de euros, de los cuales la AECI gestionó, a su vez, casi la mitad (52,6 millones de euros). A su vez, el Ministerio de Defensa redujo su participación en un 80%, situándose en los 4,9 millones de euros, al no darse en 2006 ninguna intervención militar catalogada como misión “humanitaria”. El Ministerio de Economía, por su parte, se colocó como el principal financiador de la AH multilateral (74 millones de euros), mientras que Industria y Comercio llegó a los 18,9 millones tras recuperar, lamentablemente, el uso del FAD (incluso para las aportaciones a la ONU, ACNUR o la Organización Mundial de la Salud).

Por regiones, en el caso concreto de la AECI, más del 50% de la AH se destinó a África, mientras que Latinoamérica quedó algo descuidada, con un 14%, a pesar de haber sufrido emergencias graves (erupción del Tungurahua en Ecuador, inundaciones en Bolivia, las consecuencias del Stan en Guatemala y Salvador, o la crisis compleja de Haití) y de ser considerada esta región como prioritaria para la cooperación española. En líneas generales, en 2006 se constata que la movilización de recursos para crisis crónicas es limitada.

En virtud de estos datos, el Informe del IECAH destaca como positivos los avances presupuestarios y de planificación y asignación de la Ayuda Humanitaria, la elaboración de las Estrategias Sectoriales y el refuerzo del compromiso multilateral. Por el contrario, apunta que aún queda trabajo por hacer ya que estas mejoras no han venido acompañadas de las necesarias reformas orgánicas y de los esperados nuevos mecanismos de gestión previstos en el Plan Director 2005-2008. En especial, siguen pendientes la creación de la Oficina de Ayuda Humanitaria**, la implantación de nuevos mecanismos de financiación de ONG humanitarias y el establecimiento de mecanismos de evaluación.

Para Francisco Rey, codirector del IECAH “la lentitud en las reformas en los modos de gestión de la ayuda humanitaria, especialmente en la AECI, y la falta de previsibilidad de los fondos destinados a ésta, están condicionando la eficacia, sobre todo cuando se trata de responder a grandes desastres. El fuerte crecimiento económico debe acompañarse de mejoras en la gestión. El conjunto de actores humanitarios españoles necesita abordar con más decisión las cuestiones de evaluación y rendición de cuentas y, en general, todo lo que mejoraría la calidad de la ayuda”.

El tercer informe del Observatorio de la Acción Humanitaria ha sido elaborado por IECAH y cuenta con la colaboración de Médicos Sin Fronteras y el Ayuntamiento de Córdoba. Entre otras temáticas, el aborda además cuestiones como la evolución de la Ayuda Humanitaria en la Unión Europea, los desafíos planteados por el cambio climático, las amenazas al espacio humanitario, o escenarios concretos como los Territorios palestinos o Somalia.

* Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)
** Finalmente aprobada en octubre de 2007, aunque todavía no se ha puesto en marcha.

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El Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) es una iniciativa independiente que surge en el año 2000 con el objetivo de contribuir a la mejora de la acción humanitaria española. Centra su actividad en los ámbitos de la investigación, la docencia, la sensibilización y la consultoría sobre estas materias. Colabora con las organizaciones humanitarias, tanto ONG como las diversas Administraciones públicas o instituciones privadas.
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Médicos Sin Fronteras es una organización médico-humanitaria que aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados. Cada año, MSF envía al terreno a casi 4.800 profesionales, que colaboran con 26.000 trabajadores locales, ellos también contratados por MSF. Cuenta actualmente con unos 500 proyectos de acción médica y humanitaria en 70 países, y 3,4 millones de socios y colaboradores en todo el mundo, de los cuales más de 392.000 en España.