Inundaciones en Kenia: "Los riesgos inmediatos son las enfermedades"

Entrevista con Elena Velilla, coordinadora general de MSF en Kenia

MSF
28/09/2007

Las recientes inundaciones en África han afectado a Busia, un distrito del oeste de Kenia, donde MSF atiende a personas con VIH/sida desde el año 2000. En las últimas semanas, el equipo de MSF ha dado respuesta a esta emergencia que, según nos cuenta Elena Velilla, coordinadora general en el país, está afectando a una población estimada de entre 6.000 y 8.000 personas.

En las últimas semanas las inundaciones han desplazado a entre 6.000 y 8.000 personas, la mayoría de las cuales viven en campos a donde se mueven cada vez que se inundan sus casas. Los equipos de MSF están asistiendo a estas personas con plástico para abrigo, letrinas y otras actividades de agua y saneamiento a parte de la atención médica.

¿Cuáles son tus impresiones al visitar la zona?
Hemos recorrido cuatro campos con el equipo. Hay mucha gente allí pero no están llegando nuevos desplazados. Es difícil llegar a las zonas porque hay mucho agua por todas partes. Hemos visto que falta refugio en algunas comunidades pero los campos están bastante estables ya que las inundaciones en esta zona de Busia suceden una vez al año por lo menos. En estos campos la gente sabe muy bien donde ir y tienen sus letrinas, sus almacenes... Esta vez están peor, he visto casas caídas que nunca había visto. Pero el problema siempre es el mismo: hay un río con un dique mal construido y mal reparado cada año que cuando baja más agua de lo habitual se inunda.

Es una situación que ocurre cada vez que llueve pero este año ha tenido más repercusión. Supongo que se debe a que en el centro y el oeste de África está muy inundado y ha tenido mucha repercusión mediática. Pero es una situación que lleva años así. Aquí no es un fenómeno nuevo. No deja de ser una situación de catástrofe pero me sorprende tanta atención.

¿Cuál ha sido nuestra respuesta?
Es una operación de emergencia no muy grande porque la población afectada no es mucha. Es difícil saber de cuantos se trata porque es una población muy móvil y dispersa pero más o menos calculamos entre 6.000 o 8.000 afectados.

Nuestra respuesta más importante es la distribución de refugio para los desplazados y actividades de agua y saneamiento ya que el acceso a agua potable es un problema. La construcción de las letrinas ha sido muy complicada ya que la gente estaba muy aislada y el nivel del agua muy alto. También hemos reforzado el personal sanitario en el centro de salud del campo de Mukhobola, donde tenemos presencia estable y en otros puntos. Nuestro equipo de atención domiciliaria y los de sensibilización están yendo a los campos para hacer rastreo de pacientes y referirlos a los centros de salud. En estos momentos, en el terreno, estamos trabajando solos.

¿Cuáles son los riesgos a los que se enfrenta la población?
Los riesgos inmediatos son las enfermedades. Las dos cosas que más nos preocupan son el cólera y la malaria. De momento vemos casos de diarrea , pero no estamos viendo un aumento muy grande de los casos de malaria. Hacemos seguimiento constante porque el riesgo está ahí.

El riesgo a largo plazo es que haya un problema de salud alimentaria en esta zona ya que estamos en la época de cosecha y la recolección se suele hacer en diciembre pero están totalmente destruidas, está todo inundado.