Irak: "Hay una grave escasez de medicamentos y el personal médico está huyendo de las zonas en conflicto"

Entrevista a Fabio Forgione, Coordinador General de MSF en Irak.

MSF
20/06/2014

Desde finales de 2013, la violencia en Irak septentrional y occidental se ha incrementado dramáticamente en escala e intensidad, con graves consecuencias para los civiles atrapados en el fuego cruzado entre los grupos armados del ejército y de la oposición iraquí. En las últimas semanas, unas 500.000 personas han huido de la segunda ciudad de Irak, Mosul, después de caer bajo el control de grupos armados opositores. Fabio Forgione, coordinador General de MSF en el país, comenta la última hora desde Irak.

¿Cuál es la situación actual en Irak?

La escalada de violencia en la gobernación de Anbar en los últimos seis meses y, más recientemente, en la ciudad de Mosul, está teniendo enormes consecuencias para cientos de miles de iraquíes. Más de 400.000 personas que huyeron de la gobernación de Anbar en los últimos seis meses están en necesidad de asistencia y atención médica de emergencia. Además, se estima que otras 500.000 personas han huido de Mosul cuando los grupos armados de la oposición tomaron el control de la ciudad el pasado 12 de junio. Según los informes a los que hemos accedido, las personas han huido desde el oeste hacia el este de la ciudad, a otras partes de la gobernación de Ninewah, y hacia la región kurda de Irak (GRK), mientras que el conflicto prosigue en varias zonas del país.

¿Cuál es la situación humanitaria para las personas obligadas a abandonar sus hogares en la gobernación de Anbar y Mosul?

La situación humanitaria es extremadamente preocupante. Los desplazados se enfrentan a condiciones de vida difíciles: están en escuelas, mezquitas, edificios en construcción o en casas de familiares. Necesitan agua, refugio, alimentos y atención médica de emergencia. Los hospitales y centros de salud sufren cada vez más escasez de personal médico y paramédico, que se han visto obligados a huir de las zonas de conflicto. Además, hay una grave escasez de medicamentos y de suministros médicos, y es muy complejo llevar suministros a la región.

A ello se une que, hoy en día, la situación de seguridad extremadamente volátil en Irak, lo que hace que sea muy difícil para las organizaciones humanitarias acceder a las zonas de conflicto.

¿Puede describir el incidente en el que una clínica de MSF fue dañado por los bombardeos en Tikrit el pasado 13 de junio?

El 13 de junio, la clínica de MSF en Tikrit fue severamente dañada durante los bombardeos indiscriminados que sufrió la ciudad. Afortunadamente, nadie resultó herido. El acuerdo con las autoridades locales para empezar a trabajar en la clínica se había firmado hacía muy poco y estaba previsto que los primeros pacientes hubieran empezado a llegar dos días más tarde; el 15 de junio. Nuestro objetivo a través de esa clínica era proporcionar atención médica básica a la población desplazada en la zona, que se estima en unas 40.000 personas.

¿Cómo responde MSF a la situación actual?

A pesar de la situación de seguridad cada vez más volátil, MSF está intensificando sus actividades en respuesta a esta crisis. Hemos reforzado los equipos quirúrgicos en Jaguija, mientras y hemos empezado a poner en marcha varias clínicas móviles en distintos lugares, con las que pretendemos proporcionar atención primaria de salud, tratamiento de las enfermedades crónicas y asistencia a la salud reproductiva a las personas desplazadas. Además, MSF está apoyando el servicio de urgencias en el único hospital que funciona en Tikrit.

MSF ha estado trabajando en Irak continuamente desde 2006. ¿Es esta la peor crisis que ha visto en ese tiempo?

Desde finales del año pasado, la Gobernación de Anbar ha sido golpeada por una oleada de enfrentamientos, sobre todo cerca de las ciudades de Faluya y Ramadi. La violencia está en su peor momento desde 2008. Aquellos que se han visto desplazados recientemente se suman a los más de un millón de iraquíes que no han podido regresar a las zonas que sufrieron violencia extrema en 2006, 2007 y 2008.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que enfrentan los equipos?

Prestar la asistencia más básica y atención médica a la población desplazada es extremadamente difícil para las organizaciones humanitarias en el terreno, teniendo en cuenta la situación de seguridad y el hecho de que muchas personas se encuentran dispersas a lo largo de un área muy amplia. A esta dificultad se suma que, ahora mismo, el personal internacional - que mantienen una posición de neutralidad en un conflicto que cada vez es más sectario - no puede trabajar en la mayoría de las zonas por razones de seguridad, lo que hace que el suministro de ayuda imparcial sea aún más complicado.

¿Logran llegar a todos aquellos que lo necesitan?

La ayuda que estamos proporcionando es insuficiente para las necesidades crecientes de la población. Es importante que se hagan todos los esfuerzos posibles por parte de otros actores para llevar ayuda a la región. La falta de financiación impide que las organizaciones humanitarias aborden adecuadamente la magnitud de las necesidades de los iraquíes. La intensidad del conflicto y la posibilidad muy real de que se propague a otras zonas del país requiere un compromiso urgente y decisivo por parte de los donantes internacionales para responder a las consecuencias humanitarias de la crisis.


Pese al conflicto en Irak, que ha dificultado mucho el trabajo de las organizaciones humanitarias en el país, MSF ha trabajado sin interrupción en el país desde 2006. Para mantener su independencia, MSF no acepta fondos de ningún gobierno, comité religioso o agencia internacional para sus programas en el país. Para llevar a cabo sus actividades en Irak, trabaja tan solo con las donaciones privadas de sus socios. Actualmente, MSF tiene más de 300 trabajadores sobre el terreno en el país