Italia: inmigrantes en condiciones insalubres y de privación

“Es terrible encontrar a personas viviendo en un país que es miembro de la Unión Europea en condiciones comparables a las que ven los equipos de MSF en los lugares más necesitados de África”

MSF
31/01/2008

La organización medico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) hace públicos los resultados de su segunda encuesta sobre las condiciones de los inmigrantes que trabajan como jornaleros del campo en el sur de Italia*. Los datos recogidos muestran las dramáticas condiciones de vida, trabajo y salud de estas personas. No ha habido ninguna mejora notable desde que MSF publicó su primer estudio en 2004.

“Es terrible encontrar a personas viviendo en un país que es miembro de la Unión Europea en condiciones comparables a las que ven los equipos de MSF en los lugares más necesitados de África”, afirma Antonio Virgilio, coordinador general de MSF en Italia. “Esta gente es vital para nuestra agricultura. A pesar de todo, la mayoría no sabe si tendrá trabajo mañana, gana una miseria, no tiene ninguna protección laboral, vive en condiciones precarias y contrae problemas de salud sin tener forma de encontrar un medico”.

Cada año, miles de inmigrantes se desplazan por el sur de Italia trabajando como recogedores de tomates, melones, uvas y otras frutas. La mayoría son hombres jóvenes de África y la mayoría no tiene permiso para permanecer en Italia. Entre julio y noviembre de 2007, un equipo de MSF entrevistó a unos 600 de estos trabajadores temporales, a la vez que realizaba actividades médicas.

Como mano de obra barata y desprotegida, estos jornaleros viven en condiciones higiénicas y sanitarias dramáticas, y en un estado de extrema pobreza y exclusión social. Muchas veces caen enfermos como resultado del trabajo insoportable y las condiciones de vida. Dos tercios de las personas encuestadas viven en edificios abandonados. Además, este grupo de personas carece de las más básicas instalaciones: 62% no tiene lavabo o letrina, 64% no tiene agua corriente, 69% no tiene electricidad y el 92% vive en lugares donde no hay ninguna calefacción.

“Los problemas de salud que encontramos son principalmente osteomusculares, dermatológicos, respiratorios y gastrointestinales, todos relacionados no sólo con las duras condiciones de trabajo, si no también con la situación higiénica en la que viven y al escaso acceso a la atención primaria de salud”, dice la doctora Francesca Faraglia, coordinadora médica de MSF en Italia.

Aunque todos los inmigrantes en Italia tienen derecho a una tarjeta sanitaria que permite el acceso a la asistencia sanitaria, el 71% de los entrevistados no la tiene debido a la falta de información o por miedo a que informen a las autoridades. Incluso los que buscan asistencia médica no tienen garantizado un tratamiento correcto. Por ejemplo, el equipo de MSF encontró un joven marroquí aquejado de dolor abdominal a quien en el Servicio de Urgencias le habían recetado pastillas para el dolor y lo habían enviado a casa; el equipo sospechaba que podía tener apendicitis aguda y efectivamente el hombre fue operado de urgencia en otra estructura sanitaria.

“La situación es realmente dramática”, concluye Antonio Virgilio. “Las autoridades locales y nacionales, los departamentos de trabajo, los sindicatos y los empleadores, todos conocen la situación, aún más desde nuestra primera encuesta, pero nadie hace nada. Todos necesitamos partidos que se involucren en asegurar que estas personas puedan vivir y trabajar en condiciones que no les hagan caer enfermos. También es necesario que el Servicio Nacional de Salud asegure una asistencia sanitaria correcta, que es más que una cosa en un papel, informando activamente a los jornaleros, poniendo en marcha una respuesta médica que realmente sea accesible para estas personas, y proporcionando traductores y mediadores culturales”.

* El informe completo, titulado Una stagione nell’inferno, está disponible en italiano.

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