La lucha contra la tuberculosis y la rapidez en la respuesta a emergencias, retos de MSF

La organización publica junto con la Memoria Nacional su primer informe de ‘Retos, dilemas, logros y fracasos’ para mejorar la rendición de cuentas a la sociedad

MSF
27/07/2007

Médicos Sin Fronteras España (MSF-E) reforzará sus programas de lucha contra la tuberculosis, tras constatar que en 2006 estas actividades no se desarrollaron lo suficiente en sus proyectos, y, en el marco del trabajo en emergencias, mejorará las actividades de prevención médico-sanitaria y la rapidez en la respuesta a los brotes de enfermedades infecciosas, según se desprende del Informe “Retos, Dilemas, Logros y Fracasos” publicado junto con la Memoria Nacional 2006 para repasar el trabajo realizado por los equipos de la organización médico-humanitaria a lo largo del año pasado.

El “Informe de Retos” es el primero de una nueva línea de publicaciones de MSF España destinadas a reforzar la transparencia informativa, abarcando más colectivos en la rendición de cuentas a la sociedad, y también más cuestiones. En palabras de Paula Farias, presidenta de MSF-E, “queremos ir más allá de la transparencia financiera, para explicar no sólo el origen y destino de los fondos que recaudamos, sino también el uso estratégico que hacemos de los mismos: dónde actuamos, por qué, cómo lo hacemos, dónde están nuestros límites, en qué acertamos y dónde nos equivocamos”.

Según recoge la Memoria Nacional, en 2006 MSF España prestó asistencia a más de 3,5 millones de personas en 41 proyectos en 23 países del mundo. Los equipos respondieron asimismo a 36 emergencias, una cifra en constante aumento en los últimos años, por lo que se impone reforzar las actividades de vacunación, nutrición, agua e higiene y saneamiento.

Los equipos afrontaron 10 brotes epidémicos de cólera en siete países africanos, con un total de 25.000 personas atendidas. Estas emergencias pusieron a prueba la capacidad técnica y humana de la organización y, en unas crisis en las que a menudo MSF es la única organización médica presente en el terreno, pusieron de manifiesto la necesidad de trabajar para mejorar la rapidez en la respuesta, adaptarse a nuevos escenarios (como los suburbios de las grandes ciudades) y garantizar la capacitación de los recursos humanos.

Otra de las tareas pendientes es la lucha contra la tuberculosis. Tal y como recoge la Memoria, en 2006, un total de 1.976 personas recibieron tratamiento contra la enfermedad, cuatro veces más que el año anterior, pero aún así una cifra insuficiente al comprobar la magnitud de esta crisis olvidada (con 9 millones de nuevos casos y 2 millones de muertes al año), agravada por los nuevos brotes multi- y ultrarresistentes. “Los tratamientos son largos y tóxicos, cada vez hay más resistencias a los mismos, los métodos de diagnóstico están anticuados, el sistema de investigación y desarrollo está fallando... Es un escenario muy complejo pero lo cierto es que no nos hemos atrevido a dar el mismo paso que dimos con el sida”, apunta Farias.

En este sentido, a 31 de diciembre de 2006, la sección española de MSF trataba con antirretrovirales a 9.700 pacientes de VIH/sida; como meta concreta, se trabajará para eliminar la transmisión del virus de madre a hijo en las zonas en las que MSF cuenta con proyectos, esencialmente través de actividades de tratamiento de las madres. En cuanto a la malaria –82.300 pacientes tratados, un 80% de ellos con terapias combinadas con artemisinina–, MSF incidirá en las estrategias de prevención (reparto de mosquiteras, etc.).

El trabajo de MSF abarcó la atención a poblaciones víctimas de violencia, conflicto o desplazamiento (República Centroafricana, Chad, Darfur, República Democrática del Congo, Uganda, Somalia, Colombia, Sri Lanka, Siria, Territorios palestinos, entre otros), la inseguridad alimentaria (Níger), la falta de acceso a la salud (Liberia, Angola, Marruecos) o enfermedades como el sida (Kenia, Malaui, Zimbabue, Armenia, Guatemala, Ecuador), el kala azar (Etiopía, India), o la enfermedad del sueño (Sudán).

Balance financiero
En lo que respecta al balance financiero (controlado por nueve auditorías externas y 13 internas en terreno), la sección española se situó en el 96,2% de fondos privados, gracias a la colaboración de sus 373.200 donantes de cuota fija y colaboradores puntuales, un 13% más que en 2005 (la cifra de socios, 180.600, ha crecido en un 14,8% desde el año anterior).

En 2006, los gastos totales de la organización alcanzaron los 51,3 millones de euros (12% más que en 2005), frente a unos ingresos de 48,8 millones de euros (un 5% menos); este déficit de 2,5 millones de euros reduce las reservas y las sitúa en el equivalente a 6,1 meses de actividad de la organización. En cuanto al reparto del gasto, casi un 84% se destinó a la misión social (71% a la asistencia médico-humanitaria, 9% al apoyo a las misiones, 4% a las actividades de testimonio), un 10% a captación de fondos, y un 6% a administración.