La nueva estrategia mundial sobre vacunas pasa por alto vacíos básicos en inmunización

El nuevo Plan de Acción Mundial sobre Vacunas para los próximos 10 años puede fracasar si no aborda de forma directa las debilidades de los programas de inmunización rutinaria en los países en desarrollo. Cada año, 19 millones de niños no pueden acceder al paquete básico de vacunas recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

MSF
18/05/2012

El multimillonario Plan de Acción Mundial sobre Vacunas pretende ser el modelo de partida para los esfuerzos en inmunización a nivel mundial de los próximos 10 años, la llamada década de las vacunas. Dicho proyecto será abordado por los ministerios de Salud que se reúnen la próxima semana en Ginebra durante la cita anual de la Asamblea Mundial de la Salud organizada por la OMS.

Médicos Sin Fronteras (MSF) considera positivo que se incida en el ámbito de la inmunización, pero considera preocupante que algunos desafíos claves se pasen por alto, como se desprende de su reciente informe ‘La mejor vacuna: ampliar el alcance de vacunas asequibles y adaptadas en los países en desarrollo’.

“El Plan de Acción Mundial sobre Vacunas se ha elaborado con la premisa de que los programas de vacunación básica funcionan correctamente, y esa no es ni mucho menos la realidad en muchos lugares donde trabajamos”, afirma la doctora de MSF, Estrella Lasry. “Una estrategia que se centre en las vacunas de más reciente elaboración, sin mejorar los programas existentes, no beneficiará a la mayoría de los niños: sencillamente, no podemos acumular nuevas vacunas y fracasar en lo más esencial”.

La mayoría de las vacunas disponibles en la actualidad se administran mediante inyecciones y requieren de trabajadores sanitarios cualificados, lo que puede suponer una dificultad en un país con escasez de personal sanitario. Para que los niños estén completamente inmunizados, las personas que cuidan de ellos deben llevarlos a los lugares de vacunación en cinco ocasiones durante el primer año de vida del niño, lo que puede resultar complicado para aquellos que viven en zonas aisladas o no pueden pagar el precio del transporte. Además, casi todas las vacunas deben mantenerse a baja temperatura, y ello implica un desafío logístico en países con escasa capacidad de refrigeración y un suministro eléctrico inestable. Hasta ahora, hay muy pocas iniciativas para invertir en el desarrollo de vacunas mejor adaptadas al terreno que sean más fáciles de administrar. Es preocupante que el nuevo Plan de Acción no preste mucha más atención a esta necesidad.

MSF continúa interviniendo periódicamente para hacer frente a brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunaciones, brotes provocados en gran medida por la ineficacia de los programas nacionales de inmunización rutinaria. En 2010, por ejemplo, hubo brotes epidémicos de sarampión en 28 países de África y, solo en República Democrática del Congo (RDC), se registraron 100.000 casos de enero a octubre de 2011. Durante ese período, MSF vacunó a cuatro millones de niños contra el sarampión en RDC. Para ampliar la cobertura de vacunación en los países en desarrollo se necesitan nuevas estrategias, así como productos más fáciles de administrar y adaptados a las condiciones reales de estos lugares.

Adaptar las vacunas básicas al terreno
El 20% de todos los niños nacidos anualmente en el mundo (el equivalente a una cifra cuatro veces superior a la de los bebés nacidos en Europa cada año) no tienen acceso al paquete de vacunas básicas que necesitan para protegerse de enfermedades mortales de la infancia. A esta cifra contribuyen, a nivel mundial, los bajos índices de cobertura en algunas regiones, estados y países. Por ejemplo, en el estado de Bihar, en India, el 60% de los bebés no están completamente vacunados.

“Para llegar a todos esos niños que no se han podido vacunar, hay que priorizar las vacunas de fácil administración”, dice Kate Elder, consultora de políticas de vacunación de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF. “Hay que invertir urgentemente en el desarrollo de productos que faciliten la vacunación. Tenemos que abordar la manera de administrar las vacunas para poder dar cobertura a los niños que viven en las regiones más aisladas”.

“Los países de la OMS están a punto de respaldar un plan que no llegará muy lejos”, afirma Elder. “Los gobiernos deben prestar más atención a la mejora de la inmunización rutinaria e insistir en que los productos se adapten al terreno para hacerlos más fáciles de administrar”.

Si bien el nuevo enfoque sobre vacunas es fundamental, resulta preocupante que en algunos países se hayan hecho muy pocos avances en la ampliación de la cobertura vacunal infantil a lo largo de la última década. Seis de los 10 países identificados en 2006 con las cifras más altas de niños sin inmunizar (RDC, India, Nigeria, Etiopía, Indonesia y Pakistán) seguían figurando en la lista en 2010. Los avances han sido demasiado lentos para reducir el número de niños vulnerables a enfermedades prevenibles mediante vacunas.


Cada año, los equipos de MSF vacunan a más de 10 millones de personas en el mundo, principalmente en respuesta a brotes de sarampión, meningitis, difteria, tos ferina y fiebre amarilla. La organización también realiza vacunaciones rutinarias en los proyectos con actividades de salud materno-infantil. En su nuevo informe ‘La mejor vacuna: ampliar el alcance de vacunas asequibles y adaptadas en los países en desarrollo’, MSF señala las barreras de precio y de adaptación que impiden vacunar a más niños contra enfermedades mortales. El informe está disponible en inglés en  http://www.msf.es/informes/vacunas2012