Las lluvias y un volcán cambian la cara de Guatemala (por Olivia Blanchard)

MSF
15/06/2010

Ríos desbordados, puentes colapsados, carreteras cortadas por deslizamientos de tierra, cultivos inundados, viviendas destrozadas, casi 200 personas muertas y decenas de miles de desplazados y evacuados. La tormenta tropical dejó huella en 21 de los 22 departamentos del país.

Cuando hizo erupción el volcán y comenzó la tormenta, me encontraba con el equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Ciudad de Guatemala trabajando en el proyecto de atención a víctimas de violencia sexual. En cuanto empezaron a escucharse las primeras informaciones sobre la magnitud de la tormenta y sus efectos, Patricia Parra, jefa de misión de MSF en Guatemala, se puso rápidamente manos a la obra. La prioridad en aquellos momentos iniciales era contactar al gobierno y evaluar las necesidades médicas y humanitarias. Y, como ocurre en otros desastres naturales, aquí en Guatemala también fue sumamente difícil obtener información precisa y llegar a las zonas afectadas durante los primeros días.

Primero cayó la lava, rocas y arena. Después vino la lluvia. Los guatemaltecos apenas tuvieron tiempo para recuperarse de la erupción del volcán Pacaya la noche del 27 de mayo, cuando horas más tarde la tormenta tropical Ágata azotó de nuevo el país.

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