Las violaciones del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho del refugiado socavan la acción humanitaria en 2015

Los fundamentos sobre los que se asienta gran parte de la acción humanitaria han sufrido duros golpes en los años 2014 y 2015, alerta Médicos Sin Fronteras (MSF) con la presentación del informe “La acción humanitaria en 2014-2015: ¿fin de una época?”, elaborado por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) con la colaboración de MSF

MSF
09/12/2015

Según detalla el informe, cada vez se realizan diagnósticos más precisos de las crisis humanitarias y las necesidades que implican pero la comunidad internacional, por falta de voluntad, se limita a gestionarlas en lugar de resolverlas.

“2015 ha sido un año oscuro para la acción humanitaria”, afirma Joan Tubau, director general de Médicos Sin Fronteras. “El reciente bombardeo de nuestro hospital en Kunduz (Afganistán), perpetrado por parte de las fuerzas estadounidenses con precisión quirúrgica ha demostrado que ni siquiera Ejércitos regulares con cadenas de mando establecidas respetan las reglas de la guerra”.

Las tácticas y estrategias militares adoptadas por todo tipo de coaliciones, que incluye la violencia indiscriminada y el uso desproporcionado de la fuerza aérea, han provocado un alto grado de sufrimiento entre la población civil. Es el caso de Yemen o Siria, donde la población atrapada está sometida a bombardeos diarios y los refugiados se encuentran con una Europa que les cierra las puertas, recorta las ayudas a la asistencia y opta por la externalización de las fronteras.

La comunidad internacional ha fallado estrepitosamente en asumir la responsabilidad colectiva por el inaceptable porcentaje de víctimas civiles que se registra en los conflictos actuales. La crisis de los refugiados en Europa ha demostrado que, para los países ricos, el derecho de los refugiados es papel mojado y ha dejado en evidencia el desinterés o la incapacidad política de nuestros dirigentes para resolver tanto las causas como las consecuencias de las crisis.

“El balance parcial de las cumbres y conferencias internacionales celebradas durante el año 2015, con la anodina Asamblea General de la ONU en su 70º aniversario, es decepcionante y refleja la falta de voluntad para establecer mecanismos multilaterales de respuesta global a las crisis, mientras se recurre a reacciones militares unilaterales en las que no se valoran sus impactos humanitarios” señala Jesús Núñez Villaverde, codirector del IECAH y experto en seguridad internacional.

El estudio de IECAH y MSF también aborda la situación de la acción humanitaria pública española que ha continuado su estancamiento con un recorte acumulado del 80% desde 2011. Este descenso se ve agravado por las contradicciones entre diversas políticas públicas y las cuestiones humanitarias. Las respuestas al terremoto de Nepal, a la epidemia del Ébola y a la crisis de refugiados en Europa han ido en sentido contrario al que debería haber sido un enfoque mínimamente humanitario. Esta que ahora termina ha sido una legislatura perdida para la acción humanitaria pública española.

“En el caso español, más allá de los enormes recortes presupuestarios que ha sufrido la ayuda humanitaria durante la legislatura, la incomprensión sobre lo que es la acción humanitaria por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha lastrado los esfuerzos de los actores humanitarios y creado confusión en la opinión pública sobre lo que es y debe ser este instrumento de cooperación”, asegura Francisco Rey, codirector del IECAH. “En un mundo con cada vez más poblaciones afectadas por crisis recurrentes, los partidos políticos deberían ser conscientes de la necesidad de incluir en sus programas electorales compromisos rigurosos en materia humanitaria”, añadió Francisco Rey.

En 2014 se alcanzó una cifra de desplazados y refugiados sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial y se declararon de forma simultánea por primera vez en la historia cinco emergencias de nivel tres (Siria, República Centroafricana, Sudán del Sur, Irak y Ébola), a las que se sumó Yemen en 2015. En este contexto, los fondos destinados a ayuda humanitaria internacional en 2014 llegaron a niveles récord por segundo año consecutivo con 24.500 millones de dólares, pero siguieron siendo insuficientes: sólo un 62% de las necesidades fueron cubiertas.

“El sistema de ayuda humanitaria se ha visto incapaz de proveer asistencia a las poblaciones más vulnerables porque trabajar en zonas de guerra es muy arriesgado, muy difícil, muy caro e implica ensuciarse”, apostilla Tubau. “Esto se debe en parte a que el sistema de ayuda humanitaria se ha vuelto tan complejo e integrado que cuando se bloquea Naciones Unidas, bloquea a todos”.