"Lo que está impidiendo la vuelta a los pueblos es el acceso a los servicios básicos"

Komakech Ronald explica la situación en el norte de Uganda en su reciente visita a Barcelona.

MSF
12/06/2008

Komakech Ronald es del norte de Uganda, región que ha sufrido un conflicto interno desde hace 20 años y donde no se pierde la esperanza de que pronto llegue a su fin gracias un alto al fuego y las negociaciones de paz que están en marcha. El retorno de alguno de los 1.6 millones de personas que tuvieron que desplazarse y vivir en campos sigue hacia campos de descongestión (más pequeños y cercanos a sus tierras) e incluso a sus pueblos de origen . MSF lleva trabajando en el distrito de Gulu desde 2004 atendiendo a los desplazados por el conflicto. Ronald, que trabaja con MSF desde hace más de dos años, nos cuenta cómo vive la población de Gulu este proceso.

¿Cuál es la situación general en Gulu?
Pese al fracaso de las conversaciones de paz, la gente no está muy asustada. Este año no ha habido ataques ni raptos. La gente confía en que las cosas están tranquilas. Por ello están volviendo a sus pueblos, cultivando y tratando de llevar una vida normal. Hay esperanza. La gente está más feliz, algunos han vuelto a sus lugares de origen y tienen acceso a sus campos. Intentan salir de la pobreza y empezar a moverse hacia el desarrollo.

¿A qué necesidades se enfrenta la población de Gulu?
En general, la gente en Gulu necesita volver a sus tierras y recuperar el estatus que tenían antes de la guerra cuando eran capaces de dar de comer a sus hijos, acceder a la educación.... Esa es su prioridad. Pero para ello necesitan ayuda y ser capacitados. Moverse desde los campos a sus pueblos sin ninguna ayuda cuando han estado alimentándose de comida de las Naciones Unidas es muy difícil. El gobierno les dice que vuelven pero ¿con qué? No tienen nada que comer ni donde dormir, y eso es un problema para ellos. Es un problema por resolver.

Una de las cosas que está impidiendo la vuelta a los pueblos es el acceso a los servicios básicos como colegios, carreteras, hospitales.... Si vuelven a sus pueblos que están, por ejemplo, a unos 20 kilómetros de los campos de desplazados, y allí no hay centro de salud ni carreteras para transportar a tu hijo enfermo hasta el hospital y se muere, ¿qué pasa? Este es una de las amenazas. Primero necesitan los servicios que tienen en los campos de desplazados cerca de los pueblos.

¿Por qué nos vamos de los centros de salud de Awere y Awoo?
Hemos cerrado el centro de salud de Awere porque el gobierno ha abierto un centro de salud (que no funcionaba cuando llegó MSF) y porque la población local a la que MSF vino inicialmente a atender ya no nos necesita. En Awere, muchos desplazados ya se han ido a sus casas, ya no están en el campo. Ocho de cada 10 personas que vemos en Awere viene de otro distrito, viajan entre 15 o 20 kilómetros porque saben que conseguirán el tratamiento y porque reciben muchos más servicios en los centros de MSF que en los hospitales del gobierno, donde muchas veces no hay médicos, enfermeras y si consiguen que les atiendan no hay medicinas. El centro de salud de Awoo se traspasará al Ministerio de Salud para que sigan ellos con las actividades.

El plan para este año es mejorar las instalaciones de Lalogi para que esté a su capacidad total como centro de salud de nivel 4 con una maternidad y un centro para internar pacientes.

¿A quién ha afectado la guerra?
La guerra ha afectado a todo el mundo del norte de Uganda. Todos hemos perdido a algún familiar. Yo perdí a dos primos que fueron secuestrados de su casa y nunca han vuelto. La guerra está acabando y no hay noticias de miles de desaparecidos. La gente vive con ello. Si te lamentas no puedes seguir con tu vida. La gente se consuela sabiendo que todo el mundo ha perdido gente, que todos hemos pasado por lo mismo. Muchas veces te encuentras con gente que aún ha sufrido más que tu, que ha perdido más gente, y eso reconforta de alguna manera. La gente se consuela entre ella. La gente intenta olvidar.

La guerra tuvo mucho impacto en las niñas. Se forzó a muchas a casarse con hombre más mayores que les prometían una mejora en su vida. Ellas se casaban pero los problemas persisten y eso ha roto muchas familias.

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