Los civiles pagan el precio de los intensos combates en el este de Ucrania

Hospitales bombardeados, ambulancias requisadas por grupos armados, civiles heridos y, a medida que se propaga el conflicto, quedan pocos lugares seguros donde esconderse. La coordinadora de emergencias de MSF, Colette Gadenne, acaba de regresar de la región de Donetsk y describe la escalada del conflicto humanitario en el este de Ucrania.

MSF
02/09/2014

En la región de Donetsk donde tenía mi base, los enfrentamientos se propagan por todo el territorio y la violencia es intensa – hay combates terrestres así como fuego de artillería pesada, que alcanzan no sólo objetivos militares sino también edificios de apartamentos y hospitales.

El hospital Nº 1 de Donetsk ha sido alcanzado por proyectiles, pero no es el único. Muchos otros hospitales en la región también lo han sido. Hasta donde nosotros sabemos, un mínimo de 11. Para los civiles que están en zona de guerra, quedan pocos lugares seguros donde esconderse. Nunca sabes dónde caerá el fuego de la artillería pesada y muchas personas han resultado heridas. Un conductor de ambulancia en Luhansk resultó muerto no muy lejos del hospital. En Amvrosievka, algunos trabajadores sanitarios murieron en un bombardeo cuando regresaban de una guardia.

Un gran número de personas han tenido que abandonar sus hogares debido a los combates. La mayoría decide refugiarse con familiares, si es que los tienen. Hay desplazados por todas partes: en las grandes ciudades, en las ciudades más pequeñas e incluso en los pueblos.

Sin embargo, la mayoría de las personas vulnerables no tiene a donde ir. Hay muchas personas en esta región esperando que se les pague su pensión o a recibir sus beneficios sociales, pero en muchos lugares los bancos han dejado de funcionar y la gente ya no tiene dinero. Algunos no pueden abandonar las zonas de conflicto y deben quedarse en sus casas, a pesar de los combates terrestres y de los proyectiles que caen a todas horas. Algunos de los desplazados no tienen nada, ni siquiera comida. Por eso acaban por buscar refugio en los hospitales, donde por lo menos reciben alimentos.

Muchos de los hospitales que visité deben hacer frente a un número cada vez mayor de heridos de guerra y de desplazados. MSF les proporciona asistencia, distribuye kits de higiene en los hospitales y suministra medicamentos y material para que los hospitales puedan tratar a los desplazados de forma gratuita.

La situación humanitaria en el este de Ucrania se ha deteriorado considerablemente, pero esto es algo que a día de hoy la mayor parte del mundo desconoce. Hay heridos de guerra y desplazados en todos los hospitales de la región y como no son visibles, porque no hay campos de refugiados ni largas columnas de gente cargando con sus pertenencias, reciben muy poca atención.

Muchos lugares en las zonas de conflicto son de muy difícil acceso y resulta muy peligroso entrar en ellas debido a los intensos combates. Los equipos de MSF han estado distribuyendo kits médicos y quirúrgicos para tratar a los heridos de guerra en más de 40 hospitales, con material suficiente para tratar a 6.200 heridos. También hemos habilitado áreas en las que dejamos kits que los trabajadores sanitarios recogen cuando momentáneamente cesan los combates. Al mismo tiempo, estamos suministrando medicamentos para diálisis, quemaduras graves y para tratar los casos más graves al hospital regional de Donetsk.

Al personal sanitario al este de Ucrania cada vez le cuesta más hacer frente a la situación. Su compromiso de seguir trabajando en estas difíciles circunstancias es impresionante. En la región no hay ni vacunas antitetánicas ni fijadores externos, lo cual es un desastre para los heridos de guerra. El personal sanitario no esperaba estar tratando a todos estos civiles con terribles heridas de guerra, incluidos niños y mujeres embarazadas.

Los habitantes del este de Ucrania no esperaban esta guerra; nunca habían imaginado que algo así pudiera ocurrir en su país. Y todavía no ha terminado: ahora tenemos que estar preparados para los meses de invierno que se avecinan y para todas las penurias y retos que el frío acarreará.

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