Los gobiernos deben avanzar con respecto al marco global de I+D en la Asamblea Mundial de la Salud

MSF apela a los gobiernos a que examinen la forma cómo se prioriza y financia la Investigación y Desarrollo.

MSF
19/05/2006

Aprovechando el encuentro de ministros de salud en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) la semana próxima en Ginebra, MSF apela a los gobiernos a que examinen la forma cómo se prioriza y financia la Investigación y Desarrollo (I+D) en materia de salud, y da apoyo a una resolución propuesta por Kenia y Brasil para la creación de un “marco global sobre I+D esencial en salud”. A pesar de contar con el apoyo de cada vez más gobiernos, esta resolución debe enfrentarse al constante freno del Secretariado de la OMS.

La resolución propuesta se nutre del análisis y las recomendaciones que aparecen en el informe de la Comisión Independiente sobre Propiedad Intelectual, Innovación y Salud Pública (CIPIH por sus siglas en inglés), creada por la AMS en 2004. El informe confirma que el actual sistema, que depende de las patentes para estimular las innovaciones, no promueve la investigación necesaria para abordar las necesidades de miles de millones de personas en los países en desarrollo.

La tuberculosis constituye el ejemplo perfecto de que este sistema no funciona. “A pesar de las enormes necesidades y de que la enfermedad acaba con la vida de cerca de dos millones personas cada año, todavía nos vemos obligados a utilizar una prueba que únicamente detecta la mitad de los casos existentes, y a administrar tratamientos largos, engorrosos y cada vez menos eficaces”, afirmó ayer el doctor Tido von Schoen-Angerer, director de I+D de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF.

Esto ocurre porque el sistema de I+D es más rentable cuando se desarrollan medicamentos que se venden bien, y no medicamentos que cubren necesidades médicas de las que nadie se ocupa. Las compañías farmacéuticas por lo tanto mayoritariamente pasan por alto las necesidades de pacientes en los países en desarrollo, dirigiendo su investigación a los mercados más ricos. Un nuevo análisis por parte de MSF muestra que únicamente el 1% de los medicamentos que han salido al mercado en tres décadas entre 1974 y 2004 van dirigidos a tratar enfermedades olvidadas como el kala azar, la enfermedad del sueño o la tuberculosis.

“El informe de la CIPIH apela encarecidamente a que los gobiernos y la OMS pasen a la acción”, explica Ellen‘t Hoen, directora de política y testimonio de la Campaña para el Acceso de MSF. “Conseguir que la OMS se interese en esta cuestión ha sido una lucha cuesta arriba, y si nos fijamos en las enormes necesidades en materia de salud existente ahí afuera, uno no puede más que preguntarse ¿cómo puede ser esto?”, añade.

“Los gobiernos deben comprometerse a cambiar las reglas de juego o si no la gente continuará muriendo porque las enfermedades que padecen no son rentables”, declaró en una rueda de prensa celebrada en Ginebra el médico Rowan Gillies, presidente internacional de MSF. “Si de esta reunión de la AMS no sale una iniciativa potente, que abra el camino a un marco sobre I+D basado en nuevas necesidades y que asegure su financiación pública, la OMS y los gobiernos de nuevo habrán perdido una oportunidad vital de abordar acuciantes necesidades en materia de salud”, añadió.

Aunque el desarrollo de productos no es una actividad clásica de una organización médico humanitaria, a MSF no le queda otra elección más que actuar en este terreno. Tras ser cofundadora de la Iniciativa sobre Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi por sus siglas en inglés) hace tres años, la organización ahora está colaborando con la Unidad de Desarrollo de Diagnósticos de la Universidad de Cambridge, que está desarrollando una simple, barata y muy necesaria prueba para medir la carga viral en enfermos de SIDA para utilizar en contextos con recursos limitados, denominada SAMBA (por el inglés Simple AMplification BAsed nucleic acid test, es decir prueba simple basada en la amplificación del ácido nucleico).

En estos momentos la dificultad de diagnosticar el VIH en niños pequeños en contextos con recursos limitados constituye un obstáculo a la hora de administrarles un tratamiento que puede prolongarles la vida, por lo que contar con una prueba simple y asequible es una cuestión de máxima prioridad. Si se desarrolla con éxito, la prueba SAMBA ayudará a diagnosticar el VIH en bebés y a mejorar la monitorización del tratamiento en adultos.

“Nuestro objetivo es simplificar las actuales tecnologías para que los niños con VIH/SIDA puedan ser diagnosticados y para que el fracaso virológico pueda detectarse in situ, sin la necesidad de servicios especializados, personal altamente cualificado ni costosos equipamientos”, explica la doctora Helen Lee, investigadora jefe del proyecto en la Universidad de Cambridge.

“Nos sentimos obligados a apoyar el desarrollo de herramientas médicas vitales, porque la industria farmacéutica no se ocupa de las necesidades de los más vulnerables y ni los gobiernos ni la OMS asumen ninguna responsabilidad”, sostiene el doctor von Schoen-Angerer. “Lo que estamos haciendo únicamente es tomar medidas que sirven de tapagujeros. Precisamente esta clase de I+D es la que se necesita a mayor escala y la que debe contar con apoyo a través de un marco global”, concluye.