Back to top
03.01.2020

Los niños y niñas tienen derecho a jugar, estén donde estén

Con una sonrisa y mucha, mucha, ilusión. En los más de 70 países en los que trabajamos, los niños y niñas son fuertes, inocentes y curiosos. Por muy poco que tengan y por mucho sufrimiento que atraviesen, siempre hay un momento para construir un juguete y reír.

-A A +A

Un joven muestra su camión de juguete casero hecho con latas de aceite de cocina en el campo de refugiados de Kule, en Gambella (Etiopía).

 

Los niños muestran una gran habilidad para construir juguetes de arcilla. Por lo general, son vehículos a los que luego atan una cuerda para que puedan arrastrarlos. Su durabilidad es sorprendente.

 

El tiktar es un clásico. El borde de una rueda de bicicleta, un palo de madera y un rollo, un rollo, un rollo. El objetivo, mantener el equilibrio del borde abollado mientras rueda sobre piedras, barro y vidrio.

 

¿Y cómo no conocer el universal juego de cuerdas? En Sudán del Sur, lo llaman ‘boya’.

 

¡A volar pompas de jabón!

 

El 'wading' causa furor entre los niños. Similar al cricket, se fabrica a partir de dos piezas de goma (la suela de las chanclas, en general) cortadas y cosidas, a partir de las cuales se crear un disco flexible. Con palos y ramas, un jugador de bolos lanza dicho disco, que rueda por el suelo hacia un bateador que intenta golpearlo.

 

Bagada Modu vive en Nigeria y presume de su helicóptero de juguete hecho a mano.

 

Las condiciones de vida para los refugiados rohingya que viven en los campamentos en Bangladesh son muy precarias. No obstante, siempre hay un momento para jugar.

 

¿Qué se puede hacer con las latas vacías de zumos? Los niños de Sudán del Sur lo saben bien: construyen coches y camiones de estaño. Rápidamente, cobran ‘vida’ por las calles de los campos de desplazados.

 

Un niño juega con pompas de jabón en el hospital Carnot, en República Centroafricana.

 

Varios niños sirios se han inventado un tren improvisado en un campo de refugiados en Evzoni, en Grecia.

 

En el gigantesco campo de Cox’s Bazar, en Bangladesh, un niño juega alegre con su cometa hecha a mano.

 

Dos niñas juegan al makala, un juego de mesa improvisado. Campo de refugiados de Kule, en la región de Gambella, en Etiopía.