Migrantes en México: “La violencia les acompaña durante toda la travesía, que dura hasta dos meses”

Emiliano Lucero es argentino y acaba de regresar de México tras un año trabajando como coordinador médico. En esta entrevista repasamos los retos de la organización en el país y nos habla de las poblaciones a las que atendemos: los transmigrantes que cruzan desde Centroamérica hasta EEUU; los enfermos de Chagas del estado de Oaxaca y los afectados por la violencia urbana en un barrio de Acapulco.

MSF
07/05/2014

¿Por qué trabaja MSF en un país como México?

Independientemente de los recursos de los que México dispone como país, existe una parte de la población víctima directa de situaciones de violencia extrema con dificultades para acceder al sistema de salud.

Las organizaciones criminales que operan en una parte significativa del territorio utilizan métodos y estrategias que tienen serias consecuencias médico-humanitarias para la población. MSF pretende ofrecer una respuesta a estas consecuencias médico-humanitarias de la violencia y, a la vez, promover un cambio y una mayor implicación de las instituciones en su abordaje teniendo en cuenta que México tiene un sistema de salud con la capacidad teórica de responder a estas necesidades.

¿Cuáles son estas consecuencias?

Por un lado, se dan las consecuencias directas de la propia violencia como homicidios, heridos, violencia sexual, desplazamiento forzado, secuestro, desapariciones, trauma, tortura y consecuencias en el ámbito de la salud mental. Y, por el otro, se produce una afectación del acceso a los servicios de salud con servicios de emergencia desbordados, programas de promoción y prevención suspendidos y/o estructuras de salud disfuncionales por falta de personal cualificado que muchas veces tienen que reducir sus horarios, son objetos de robo o su personal es amenazado en las áreas más afectadas por las situaciones de violencia.

Todo esto al final afecta al paciente, que ve como su acceso a los servicios de salud se va reduciendo.

¿Cuál es el perfil del transmigrante y por qué se va de su país?

La mayoría son hombres jóvenes centroamericanos que van solos y que están en buena condición física ya que para hacer la travesía hay que estar bien físicamente. Pero también hay familias, mujeres e incluso adolescentes y niños viajando solos. La mayoría nos cuentan que migran por la violencia en sus países de origen. La marginalidad, la discriminación y la falta de oportunidades se conjugan con la exposición a la violencia (amenazas y reclutamiento por parte de pandillas) como aspectos determinantes para tomar la decisión de migrar. Su objetivo siempre es EEUU y se encaminan en este viaje porque lo que dejan detrás es peor.

¿Qué cuentan del viaje?

Las historias que relatan del viaje son de mucho sufrimiento. La violencia les acompaña durante toda la travesía, que puede durar hasta dos meses. Cuando van en tren, que es el medio de transporte que utilizan en México, en ocasiones sufren asaltos de algún grupo criminal. Éstos les registran, desnudan, golpean y roban las pertenencias. Sufren torturas y malos tratos. También hay casos de violaciones tanto en mujeres como en hombres. Hay mucha violencia sexual pero suele ser un tema tabú, cuesta encontrar los casos.

¿Qué patologías sufren los migrantes?

Vemos patologías derivadas del viaje como ampollas o fiebre, por ejemplo, lesiones por las caídas del tren como facturas y amputaciones o por los ataques y secuestros. Toda esta violencia física tiene sus consecuencias a nivel psicológico tanto si la sufren ellos mismos como si son testigos de las escenas violentas. Y también hay casos de enfermedades como dengue o malaria cuando pasan por zonas endémicas.

¿Tienen asistencia gratuita en México?

Hay un seguro popular para las personas que no tienen seguro de ningún tipo aunque la mayoría de hospitales piden un copago. Por ello muchos transmigrantes, aunque por ley tienen derecho a ser atendidos de forma gratuita, no pueden acceder a los servicios porque les piden un copago que no pueden asumir.

¿Cómo atendemos a una población tan móvil?


Al principio teníamos dos consultorios móviles que atendían a los migrantes en los albergues. Pero al ver que esta población está por todo el país se replanteó la estrategia para seguir toda la línea ferroviaria. Teníamos que ser más móviles. Ahora tenemos dos bases. Una en el centro, en Lechería, donde tenemos un camión con un consultorio que nos permite más movilidad. Dentro de la ruta que siguen los transmigrantes visita varios lugares como albergues, comedores, las vías…Como las rutas migratorias también van cambiando, de esta forma tenemos más capacidad para movernos donde haga falta. Y luego está la base del sur, en Ixtepec, donde hay un consultorio de MSF al lado de las vías donde ofrecemos atención primaria y salud mental.

Otra de las poblaciones que atiende MSF en México son los enfermos de Chagas. La organización ha abierto recientemente un proyecto de Chagas en el estado de Oaxaca. Cuéntanos un poco más.

La idea es traspasar los 12 años de experiencia que MSF tiene en Chagas a la Secretaría de Salud de México. Es un proyecto piloto donde damos apoyo técnico. MSF no va a tratar pacientes directamente. Vamos a dar formación y apoyar con donaciones de medicamentos durante los primeros meses de intervención. La idea es desarrollar un proyecto integral e integrado en el sistema de salud en el municipio de San Pedro Pochutla, en Oaxaca, para que luego se replique en otros municipios.

¿Están los medicamentos que se necesitan disponibles en el país?

El primer lote de Benznidazol, el medicamento usado como primera línea en la mayoría de países endémicos, ya ha llegado a México. Pero este medicamento no está incluido en el cuadro básico, que son los medicamentos esenciales que hay en los dispensarios. El siguiente paso es lograr que se incluya, junto al Nifurtimox (que se suele utilizar cuando se descarta el primero, ya que presenta más efectos secundarios), en el cuadro básico y que esté al alcance de todos aquellos que lo necesitan.

¿Es el Chagas una enfermedad conocida en México?

Es una enfermedad olvidada. Ha cobrado mención a nivel de la Secretaría de Salud pero sigue habiendo poco conocimiento a nivel de diagnóstico y tratamiento en los centros de salud por parte de los profesionales de la salud y también por parte de la población en general.

El primer protocolo nacional de diagnóstico y tratamiento de Chagas impulsado por CENAPRECE (Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades) y apoyado por MSF está a punto de salir.

¿Afecta a todo el país?

Hay chinches (el vector que transmite el Chagas) en todo el país. A nivel selvático, a nivel peri-domicilio y a nivel intra-domiciliar. El que está dentro de las casas es el que más contagia ya que se alimenta de las personas. No hay conocimiento de la infestación ni de la prevalencia de la enfermedad de la población pero se estima que en la zona donde vamos a trabajar la prevalencia podría estar entre el 4 y el 12% de la población.

Y, por último, nos comentabas que MSF atiende a los afectados por la violencia en un barrio de Acapulco, ¿cómo vamos a trabajar?

Colonia Jardín es un barrio de Acapulco muy afectado por la violencia donde MSF va a intervenir en salud mental dentro de las estructuras de salud primaria de la Secretaría de Salud. El reto es trabajar con la comunidad, su apoyo es básico para poder hacer nuestro trabajo en un clima de gran inseguridad. Empezaremos con un psicólogo atendiendo a los pacientes en unas instalaciones cedidas por la iglesia ya que son ellos quienes tienen un buen contacto con la comunidad y luego extenderemos el proyecto con psicólogos en las estructuras de salud de la colonia. Contaremos también con una red de trabajadores comunitarios que harán apoyo psicosocial visitando a las familias para captar casos que necesiten atención directa y haciendo promoción de la salud mental por el barrio.