Miles de niños ya han sido tratados de desnutrición en Níger

En la región de Maradi, desde marzo han ingresado alrededor de 1.000 niños en los centros de nutrición de MSF, un número muy elevado ya que todavía faltan meses para que se produzca el habitual pico de desnutrición. Emmanuel Drouhin, responsable de programas de MSF en Maradi, describe la situación.

MSF
21/04/2006

¿Cómo es la situación nutricional en la región de Maradi?
Actualmente* estamos tratando a casi 3.400 niños con desnutrición aguda. El número de nuevos casos admitidos cada semana se duplicó entre mediados de febrero (alrededor de 500) y mediados de marzo (alrededor de 1.000). Ésta ya es una cifra relativamente alta. Desde 2001 constatamos que la desnutrición aumenta de forma alarmante en el periodo que va de junio a octubre. Como la cosecha no es suficiente para alimentar durante todo el año, a partir de junio las reservas de alimentos de las familias ya están prácticamente agotadas, y hay que esperar a la nueva cosecha, que se recoge en octubre. Por la información que tenemos hoy, la experiencia, lo que hemos aprendido –por ejemplo sobre problemas logísticos: compras, transporte, etc.– con relación a la ayuda alimentaria, debemos tomar decisiones ahora para responder de forma adecuada y a tiempo. Naturalmente, nadie puede predecir el futuro, pero todas las agencias de ayuda tienen la responsabilidad de estar debidamente preparadas.

¿Tenemos los recursos para hacer frente a una situación que empeora?
Además de dos centros de nutrición terapéuticos, cada uno con una capacidad de 300 camas, en Maradi y en Tiberi, MSF tiene unos 10 centros de nutrición ambulatorios en dos departamentos –Madarounfa y Guidan Roumdji– en la región de Maradi. Estos centros ambulatorios nos permiten proporcionar atención médica a más niños porque siguen el tratamiento en sus casas como pacientes externos y únicamente una vez a la semana vienen a visitarse al centro donde se les hace el debido control. Sólo los niños que padecen complicaciones médicas o que pierden el apetito deben ser hospitalizados.

La otra ventaja de esta estrategia es la capacidad de adaptarnos rápidamente en función de la situación, abriendo o cerrando centros ambulatorios. Esta capacidad de respuesta permite mejores resultados. A lo largo de 2005, reorientamos nuestras actividades en función de los departamentos más vulnerables y así logramos tratar a 39.000 niños en la región de Maradi en todo el año (más de 63.000 en todo Níger) con una tasa de curación de más del 90%. Pero el año pasado cometimos el error de no hacer los pedidos de alimentos con suficiente antelación, teniendo en cuenta que la entrega suele tardar hasta dos meses. Esto quiere decir que tuvimos que pedir suministros de emergencia lo que resulta mucho más costoso. Este año, ya hemos hecho pedidos adicionales (harina enriquecida, aceite) para que los suministros lleguen a los lugares de entrega hacia principios de junio. De esta forma podremos responder bastante rápido en los sitios donde operamos, aunque esto solamente cubre una pequeña parte de la población de riesgo.

¿Qué ha cambiado desde 2005, el año cuando el alcance de la desnutrición aguda en Níger se hizo evidente?
Los actores clave (las autoridades del país, los donantes internacionales, las agencias de la ONU, las ONG) decidieron asumir el problema de la desnutrición aguda. Se puso en marcha un nuevo protocolo y se definió un plan de acción bastante ambicioso para 2006. Uno de los objetivos es tratar a unos 500.000 niños con desnutrición aguda y realizar distribuciones de alimentos a grupos diana. En teoría, estos planes deberían suponer una mejora considerable en relación a los años precedentes. Pero en el terreno, las cosas no han cambiado demasiado: los fondos son insuficientes, hay problemas de suministro de alimentos y productos terapéuticos, faltan organizaciones in situ para asegurar la distribución, etc. Se dan muchas razones para explicar el problema real de la distribución de la ayuda. Pero a principios de abril, se ha acabado el tiempo para proyectos y explicaciones. La cuestión es si los otros actores están movilizando sus recursos para hacer frente a la desnutrición tal como prometieron que harían. En el terreno estamos esperando la respuesta.

* Entrevista realizada a principios de abril.

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