MSF cumple 40 años de acción humanitaria independiente

Tras cuatro décadas de trabajo, Médicos Sin Fronteras (MSF) constata que nunca antes la acción humanitaria había sido tan manipulada en lo político y tan violentada sobre el terreno, y reclama el respeto de la misión médica y el acceso de las organizaciones de ayuda a quienes más la necesitan.

MSF
04/10/2011

Nunca antes la acción humanitaria, neutral, imparcial e independiente por naturaleza y necesidad, se había utilizado tanto en el discurso político y en las estrategias militares, ni había sido tan violentada en el terreno: manipulada como instrumento al servicio de la política, como propaganda de una intervención o como elemento explícito de la estrategia militar. Con motivo de su 40 aniversario, MSF recuerda que esta preocupante tendencia está obstaculizando el acceso a las poblaciones necesitadas de ayuda urgente en escenarios de conflicto.

MSF nace en 1971 de la mano de un grupo de médicos y de periodistas, frustrados unos porque el mandato de la organización en la que trabajaban les impedía prestar testimonio sobre el genocidio de los ibo en Biafra (Nigeria, 1968), otros por la ineficacia con que se atendió a las víctimas de las inundaciones de 1970 en Pakistán Oriental (actual Bangladesh). En plena Guerra Fría, defienden una acción médica independiente de intereses geopolíticos que acuda allí donde las poblaciones víctimas de situaciones de emergencia lo requieran para prestar asistencia médica urgente y testimonio. La sección española de MSF fue creada en 1986.

Las primeras intervenciones de MSF son también hitos en la historia moderna de la brutalidad ejercida contra las poblaciones civiles, como los campos de refugiados camboyanos en Tailandia a mediados de la década de los setenta o la guerra civil en Líbano. Les siguieron otras grandes crisis, algunas de ellas también pertenecientes a la memoria colectiva, otras olvidadas ahora: Afganistán, Somalia, Ruanda, Zaire/República Democrática del Congo, Angola, Sierra Leona, Liberia, Sri Lanka, Colombia, Chechenia, Bosnia, Kosovo, Darfur, Chad o República Centroafricana.

Reducción del espacio humanitario 
Más de la mitad de los proyectos de MSF se desarrollan en escenarios de conflicto, postconflicto o alta inestabilidad. “Tenemos poco que celebrar, ya que las crisis a las que respondemos en la actualidad recuerdan mucho a las primeras emergencias en las que MSF intervino hace cuatro décadas, y además, al trabajar con víctimas de la guerra y la violencia, constatamos que el espacio para una ayuda humanitaria independiente, que realmente llegue a quien más la necesita con urgencia, se está reduciendo peligrosamente”, explica el presidente de Médicos Sin Fronteras España, José Antonio Bastos.

Parte de las dificultades se relacionan con la seguridad de las operaciones en zonas de conflicto, donde la falta de respeto al trabajo médico se traduce en actos de violencia contra el personal humanitario y las estructuras de salud. Solo en 2011, estructuras médicas o personal de MSF han sido violentados en diferentes grados en Sudán del Sur, Somalia, República Democrática del Congo, República Centroafricana o Bahréin.

Confusión de roles y manipulación de la ayuda
Pero posiblemente la razón que más ha contribuido a limitar el acceso a las poblaciones en zonas de conflicto es la oficialización del supuesto rol humanitario de los ejércitos y la proliferación de las llamadas ‘guerras humanitarias’. Esta deliberada confusión entre lo militar y lo humanitario coloca a las organizaciones humanitarias independientes como MSF, en la percepción de poblaciones y grupos armados, en uno de los bandos del conflicto.

En Afganistán, actividades como los movimientos de militares sin uniforme en vehículos de color blanco, idénticos que los utilizados por las organizaciones humanitarias, o la distribución de comida o ayuda a cambio de información sobre los talibán ha convertido a las organizaciones humanitarias en objetivo militar. Dentro de estas mismas estrategias se sitúa el presunto montaje el pasado julio, por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, de una falsa campaña de vacunación en Pakistán con el fin de arrestar a Osama Bin Laden.

El resultado de estos peligrosos abusos del trabajo humanitario y de la acción médica es la erosión de la confianza en las agencias de salud y el personal humanitario, y en consecuencia cada vez resulta más difícil acceder a quienes necesitan la ayuda. La primera víctima de estas estrategias es la población, que queda desatendida y sin acceso a la atención básica: son millones las personas que viven atrapadas en conflictos crónicos, y pocas las organizaciones que pueden prestarles asistencia en estas circunstancias.

Atender a todas las víctimas por igual
“La ayuda humanitaria está siendo utilizada mucho más allá de la retórica, en beneficio de otros intereses que no son los de las víctimas de los conflictos –explica Bastos–, o de lo contrario no se entendería la condicionalidad de las operaciones de ayuda y la denegación de la asistencia a poblaciones que la necesitan, solo por razones políticas”. En Somalia, la asistencia ha sido utilizada como una recompensa para aquellos que están en el lado ‘correcto’ del conflicto y un castigo para quienes están en el lado ‘equivocado’, y es bloqueada por todas las partes.

Esta condicionalidad política es la que explica también la visión selectiva sobre qué conflictos merecen ser atendidos y superados y cuáles pueden seguir generando sufrimiento sin que sus poblaciones sean dignas de ‘preocupación humanitaria’. “Así, tenemos Afganistán frente a República Democrática del Congo, Irak frente a Sri Lanka, e incluso dentro de un mismo conflicto, el de Libia, hemos asistido a la diferenciación entre los civiles a los que proteger del dictador con una intervención militar internacional, de los civiles que huyen de la guerra y a los que debe pararse en las fronteras de Europa”, añade el presidente de MSF.

Por todo ello, MSF considera que a los actores en conflicto debe exigírseles el respeto sin condiciones de las leyes de la guerra y del Derecho Internacional Humanitario, y en especial el respeto de la misión médica, última opción para muchas de las víctimas de estas crisis. Por su parte, los actores humanitarios están obligados a ejecutar sus intervenciones en la más estricta neutralidad e imparcialidad.


Más información sobre los orígenes e historia de MSF, sus principios de intervención, así como la evolución de su acción médica y logística, y los actuales desafíos a que se enfrenta, en:

Médicos Sin Fronteras, 40 años de acción humanitaria independiente (dossier de prensa en PDF)

Médicos Sin Fronteras, 40 años de acción humanitaria independiente (página web del aniversario)