MSF publica el informe “las diez crisis humanitarias más desatendidas de 2009”

Millones de enfermos olvidados y de civiles acosados por la violencia y excluidos de la ayuda humanitaria vuelven a quedar al margen de las agendas políticas y mediáticas

MSF
26/02/2010

El informe “Las diez crisis humanitarias más desatendidas de 2009”, publicado hoy por Médicos Sin Fronteras (MSF), recuerda que un año más la comunidad internacional volvió a ignorar, o fue incapaz de dar respuesta, al sufrimiento de millones de enfermos olvidados y de civiles acosados por la violencia en todo el mundo.

Miles de personas mueren cada día a consecuencia de enfermedades que, al no afectar al mundo desarrollado, no son negocio, ni sus pacientes un mercado rentable, de forma que la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos y métodos de diagnósticos no recibe el apoyo público-privado necesario para dar una respuesta urgente al enorme desafío que suponen. En otras ocasiones, los medicamentos existen pero los enfermos no tienen acceso a ellos. Así, sólo la malaria, el sida infantil, la tuberculosis, la enfermedad del sueño, el Chagas y el kala azar se cobran cada día 8.000 vidas.

En algunos casos, como el Chagas, de cuyo descubrimiento se acaban de cumplir cien años, parece que la lucha se dio por perdida hace décadas, mientras que en otros los esfuerzos realizados no están a la altura de las circunstancias, como en el caso de la tuberculosis, o flaquean tras haber conseguido algunos buenos resultados, como está ocurriendo con la congelación de fondos para la lucha contra el sida precisamente cuando más pacientes estaban consiguiendo acceder a los antirretrovirales. “Todas ellas son crisis desatendidas que provocan muertes que en su mayoría son evitables, y a pesar del devastador impacto que tienen en los países pobres, no vemos en la comunidad internacional la misma determinación demostrada en frentes como el de la Gripe A”, apunta el Director de Operaciones de MSF España, Joan Tubau.

“En 2009, volvimos a asistir a una dejación de responsabilidades por parte de quienes tienen en su mano la posibilidad de lograr avances”, añade. La emergencia de la desnutrición infantil, por ejemplo, cada día se salda con la muerte de más de 9.000 niños menores de 5 años a pesar de que existe el tratamiento que podría salvarles, los alimentos terapéuticos preparados. Sin embargo, las ayudas diseñadas por las agencias alimentarias internacionales, y financiadas por los países donantes, siguen ignorando la evidencia científica y priorizando mezclas de harinas que no curan la desnutrición aguda.

Por otra parte, el informe de MSF denuncia la situación de los cientos de miles de civiles que quedaron atrapados en conflictos olvidados como Pakistán, Sri Lanka, Afganistán, Somalia, Sudán o República Democrática del Congo (DRC), contextos en los que la violencia fue indiscriminada, cuando no expresamente dirigida contra la población. Las organizaciones humanitarias también fueron blanco de bloqueos, acoso e incluso ataques directos, provocando todo ello que poblaciones con necesidades agudas quedaran excluidas de la ayuda de emergencia.

En Sri Lanka, decenas de miles de civiles quedaron atrapados sin asistencia y con atención médica limitada en la fase final de la ofensiva del gobierno contra el Ejército de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), y organizaciones como MSF tuvieron prohibida la entrada en la zona de combates. En Somalia, la población civil continuó sufriendo la carga de la guerra, con más de 200.000 nuevos desplazados huyendo de Mogadiscio tan sólo en los primeros meses de 2009, una situación que pasó desapercibida mientras la comunidad internacional se centraba únicamente en el problema de la piratería; en este país, al menos 42 trabajadores humanitarios han sido asesinados desde 2008, incluyendo tres miembros de MSF.

“La población civil no sólo es víctima de los conflictos, sino que además se remata la jugada impidiendo que reciba asistencia de emergencia, bien dejándola atrapada en zona de combate, bien bloqueando el acceso a la misma de las organizaciones humanitarias”, señala Tubau. “Esta inaceptable dinámica se está convirtiendo en la norma”, añade, recordando que, en Kivu Norte (RDC), la ayuda humanitaria llegó incluso a ser utilizada como cebo, al atacar el Ejército congoleño los emplazamientos en los que MSF estaba desarrollando una campaña de vacunación contra el sarampión, y en los que se habían congregado miles de personas. 


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Médicos Sin Fronteras comenzó a publicar la lista de “Las Diez Crisis Más Desatendidas” en 1998, después de que la devastadora hambruna en Sur Sudán pasara desapercibida para los medios de comunicación. Esta lista, que no sólo habla del olvido mediático, sino también del político, se basa en los contextos en los que MSF presta asistencia. El orden en el aparecen las crisis en este informe no constituye una valoración de su nivel de gravedad.

MSF es una organización internacional médico-humanitaria que aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes de origen natural o humano, de conflictos armados, enfermedades olvidadas y epidemias, o exclusión. MSF cuenta con 25.000 trabajadores en terreno, entre expatriados y personal contratado localmente. Cuenta con más de 350 proyectos de acción médica y humanitaria repartidos en unos 60 países, y unos 4 millones de socios y colaboradores en todo el mundo, de los cuales casi 488.000 en España.