Nigeria: en busca de ayuda tras escapar de los combates
MSF
28/04/2017
Nuevos desplazados cargan con sus pertenencias al llegar al recinto del hospital. Para la mayoría de los recién llegados, éste es el primer lugar para establecerse en Pulka. Las autoridades locales estiman que más de 42.000 personas viven en la localidad: son desplazados, retornados y miembros de la comunidad que no huyeron cuando Boko Haram atacó la ciudad. Desde enero, 11.300 han llegado a Pulka.
El recinto hospitalario donde ofrecemos asistencia médica y otros servicios básicos se comparte con otras ONG y actores humanitarios. Aquí, nuestros equipos realizan revisiones médicas y nutricionales a los recién llegados, comprueban su estado de salud y trasladan a la clínica a aquellos que necesitan mayor atención. En marzo, unas 900 familias fueron trasladadas a unos campamentos recién levantados. Sin embargo, todavía necesitan un lugar adecuado, con aseos apropiados como letrinas y un suministro regular de agua.
Una persona desplazada recibe comida. En Pulka, también facilitamos alimentos y artículos de primera necesidad a los recién llegados. La situación de seguridad en esta localidad nigeriana sigue siendo volátil, con movimientos dentro y fuera de la ciudad muy controlados por el Ejército. La población no puede alejarse para cultivar o buscar leña por temor a los ataques, lo que hace que los residentes dependan, en gran medida, de las distribuciones de alimentos hechas por el Gobierno y las agencias humanitarias.
Un trabajador humanitario de MSF comprueba el estado de salud de un niño. La mayoría de los niños que llegan a Pulka nunca han sido vacunados. Es por ello que MSF identifica a los niños de entre seis meses y 10 años de edad para incluirlos en un programa de inmunización contra el sarampión y la tos ferina entre otras enfermedades.
Una madre espera con su bebé en el hospital de MSF en Pulka. Llegó hace unas semanas huyendo del conflicto que padece el estado de Borno. Las patologías más frecuentes entre los pacientes son infecciones respiratorias y diarreas acuosas agudas, malaria, gastritis y conjuntivitis. El principal objetivo de MSF es atender sus necesidades sanitarias, pero debido a la magnitud de la crisis y a la falta de otras alternativas, MSF también ha tenido que facilitar refugio a los desplazados.
Vista general del recinto del hospital. Debido a la inseguridad constante, la mayor parte de la zona oriental del estado de Borno donde tienen lugar los desplazamientos resulta de difícil acceso para las organizaciones humanitarias, exceptuando algunas ciudades. Gran parte de las agencias humanitarias que trabajan en el estado están presentes en la capital, Maiduguri, pero solo unas pocas son capaces de trabajar regularmente en zonas remotas donde la asistencia es vital.
El acceso al agua es una necesidad esencial para los recién desplazados. MSF ha instalado varios puntos de agua dentro del complejo hospitalario y ha organizado la distribución diaria mediante dos camiones cisterna. Actualmente, MSF suministra 12.000 litros de agua al día para complementar las distribuciones llevadas a cabo por Oxfam. A medida que aumenta la población de Pulka, también se incrementa la presión para que los recursos existentes que proporcionan los escasos actores humanitarios presentes.
La leña es una de las principales necesidades actuales en Pulka. Es muy cara así que muchas familias no se pueden permitir adquirirla. A pesar de la disponibilidad de alimentos, la población sigue pasando hambre debido a la falta de leña para cocinar. Dos piezas de leña cuestan 50 nairas nigerianos (0,14 euros); una cantidad alta y que además resulta insuficiente para cocinar para una familia.
Una mujer es atendida en el hospital de MSF en Pulka. Muchos desplazados narran que en los lugares de donde huyeron la supervivencia es una lucha diaria. No hay hospitales ni mercados porque los han quemado y que las actividades agrícolas están muy limitadas. Como resultado, la mayoría de ellos presenta mal estado de salud cuando llegan a Pulka.