La crisis climática no es una amenaza para el futuro. Está hoy aquí y está impactando dramáticamente la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo.
A menos que se tomen urgentemente medidas de mitigación a gran escala en toda la sociedad, las consecuencias de la emergencia climática tendrán un impacto cada vez mayor en la salud de las personas. Estas consecuencias incluyen fenómenos meteorológicos extremos y patrones cambiantes de enfermedades mortales, como la malaria, el dengue y el cólera. Las sequías, las inundaciones, las plagas de insectos y los cambios en los patrones de lluvia pueden poner en peligro la producción de alimentos y los medios de supervivencia de las personas.
Nuestros equipos están respondiendo a los impactos humanitarios y de salud relacionados con el cambio climático y la degradación del medio ambiente en muchos lugares del mundo. Muchos de estos lugares se encuentran en los países que se consideran más expuestos a los efectos del cambio climático.
Compromiso de reducción de emisiones
Como organización médico-humanitaria, no podemos ignorar esta situación. Por un lado, estamos respondiendo a las consecuencias sanitarias y humanitarias generadas o agravadas por las emisiones de carbono. Pero, por otro lado, también somos conscientes de que estamos contribuyendo a esas emisiones al realizar nuestras actividades.
Reconocemos que tenemos una responsabilidad clara de mejorar nuestra huella ambiental. Por eso mismo nos comprometimos a mitigar nuestras contribuciones a la crisis climática al establecer un objetivo de reducción de carbono en diciembre de 2021. Nos hemos comprometido a reducir nuestras emisiones en al menos un 50% en comparación con los niveles de 2019 para 2030. Con este objetivo, queremos trazar una trayectoria firme hacia la descarbonización, alineando nuestra organización con los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima para limitar el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados.
Con esa ambición, nos hemos unido a las casi 200 organizaciones humanitarias que han firmado la Carta sobre el Clima y el Medio Ambiente para Organizaciones Humanitarias.
Como organización médica de emergencia, nuestra prioridad siempre será brindar asistencia rápida a las personas en algunos de los lugares más remotos del mundo. Pero debemos encontrar una manera de hacer esto mientras minimizamos nuestra huella ambiental.
Actualmente estamos midiendo el alcance completo de nuestra huella de carbono en todas nuestras entidades. Hemos finalizado la medición de la huella de carbono de nuestro Centro Operativo en Ginebra, que supervisa proyectos médico-humanitarios en 26 países. La huella se estima en 68.766 tCO2e para el año 2019. Cuantifica las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero de las que somos responsables, incluidas las emisiones directas e indirectas. La huella estimada incluye las emisiones de nuestra sede en Ginebra y de la ejecución de nuestros programas en los países donde el Centro Operativo de Ginebra trabajó en 2019.
Cinco dominios clave representan más del 95% de las emisiones totales:
1. La compra de bienes y servicios
2. El consumo de energía
3. El transporte de personal
4. El transporte de mercancías
5. La generación de residuos
Una hoja de ruta hacia la descarbonización
Nuestro Centro Operativo de Ginebra se ha asociado con The Climate Action Accelerator para diseñar una hoja de ruta de descarbonización que se adapte a la realidad de nuestras actividades médicas humanitarias. Concentraremos esfuerzos en implementar soluciones que tengan el mayor impacto en la reducción de carbono. Esto significa que implementaremos soluciones para reducir las emisiones relacionadas con los viajes del personal, el material que compramos para ejecutar nuestros proyectos médicos, el transporte de mercancías, la forma en que realizamos las prácticas médicas, la forma en que usamos la energía y cómo gestionamos los residuos generados por nuestras actividades.
Para obtener más información y leer el informe completo, entra aquí