Pakistán: Apoyo en salud mental a los supervivientes del terremoto

Marise Denault, trabajadora social y especialista en salud mental, explica las primeras acciones de MSF en este tema, después del terremoto del 8 de octubre.

MSF
26/10/2005

Pocos días después del terremoto que golpeó Pakistán, Médicos Sin Fronteras (MSF) ya había empezado a ofrecer ayuda psicosocial a los supervivientes traumatizados en el norte del país, que fue el área más golpeada por el desastre. En varios “campos de refugiados” en Muzaffarabad y la vecina Charakpura, los afectados han comenzado a compartir sus experiencias con dos expertos en salud mental de MSF. Marise Denault explica la situación que han vivido estos días.

¿Cuál fue tu primera impresión cuando tu equipo llegó a Muzaffarabad después del terremoto?

Cuando llegamos aquí, tres días después del terremoto, lo que nos encontramos fue a personas en estado de shock. Estaban aturdidas, era una imagen de confusión general. Fue una etapa muy difícil para los afectados, porque no tenían cubiertas las primeras necesidades, como la atención médica, la comida o el refugio. Además, en esos momentos todavía había cuerpos bajo los escombros y en muchos casos las familias no sabían a cuántos miembros habían perdido. Este panorama hacía aún más difícil que fueran capaces de acudir a nosotros y explicar qué había ocurrido, así que la tensión general iba en aumento.

Desde el punto de vista de la salud mental, ¿cómo ha evolucionado la situación desde ese primer momento?

Muchos están todavía en el “modo de supervivencia”, es decir hablan pero no comprenden todavía lo que ha pasado y todo el significado que tiene. Todavía están pasando por una especie de “retención” emocional. Probablemente, también hay algo de negación. Creo que en esta ciudad no hay sólo traumas individuales, sino que realmente todos están afectados en alguna medida.

¿Cuáles son los síntomas de la tensión post-traumática?

Pueden ser ansiedad, pesadillas, pérdida de interés, desordenes alimentarios o de sueño, palpitaciones o dolores de cabeza. Una mujer de 30 años se quejaba de dolores de cabeza, el médico no detectó ningún problema físico, sino que descubrió que la mujer había perdido a sus cuatro hijos en el terremoto, todos menores de cuatro años. Este es el tipo de historias que descubres aquí. Así que es comprensible, y es muy difícil empezar a realizar atenciones de consejería en esta etapa.

¿Cuáles son los primeros pasos en términos de la ayuda psicosocial?

El viernes 14 de octubre, cuando aún no había pasado una semana desde el terremoto, comenzamos un consultorio de salud mental en la universidad de Muzaffarabab, un lugar donde miles de afectados por el terremoto están viviendo. Elegimos justo este campo para iniciar el programa porque allí las necesidades físicas –alimento, ropas, abrigo, atención médica– estaban hasta cierto punto cubiertas. No se puede empezar una ayuda significativa en salud mental si las necesidades básicas no están cubiertas.

Prácticamente todo tu trabajo consiste en hablar y escuchar a las víctimas, pero nos puede explicar un poco más cómo se desempeña la atención en salud mental.

En los primeros días, mi compañera Adrienne y yo nos dedicamos a caminar alrededor de las tiendas, presentándonos a la gente y explicando qué íbamos a hacer allí. En muchas ocasiones, la gente simplemente empezaba a hablar con nosotras. Hablamos con cientos de personas cada día, con algunos solamente un momento, con otros durante mucho tiempo. Hacemos consultas individuales y a veces salen consultas en grupo espontáneamente. Esto, también nos da una visión general de cómo está la gente afectada en esta área.
Mientras tanto, hemos instalado una tienda que ofrece una cierta privacidad para el asesoramiento individual. Pronto, invitaremos a la gente a que comparta sus experiencias en sesiones de grupo. Estamos planeando hacer un grupo para los niños y otro para las viudas. Hemos comenzado a identificar a gente local entre los desplazados y a entrenarlos como consejeros mentales de salud de MSF. Una vez que estén entrenados podremos ampliar el alcance del programa.

¿Puedes darnos un ejemplo de lo que la gente expresa?

Mucha gente está particularmente triste por los muchos niños que murieron en las escuelas. Sienten la pérdida de esta futura generación. Una mujer me explicó que su hija era profesora en la escuela de Chehla Bandi, en las cercanías de Muzaffarabad. Durante tres días, la madre oía a su hija pedir ayuda entre los escombros. Cuando finalmente la encontraron, había muerto. Obviamente, la madre está totalmente fuera de sí. Todavía oye el eco de su hija en el oído. No puede centrarse en nada más que en eso. Una persona como ella necesitará un asesoramiento individual intensivo.

¿Ya has podido ver algunas mejoras?

Obviamente, es muy pronto para decirlo, teniendo en cuenta la capacidad limitada que teníamos hasta ahora. Pero mi intérprete y yo, ahora vemos día a día, que la gente está más dispuesta a hablar. Algunos desean compartir su historia ahora y realmente aprecian que estemos aquí escuchando. Los que hablan se han ido recuperando del estado de shock, pero todavía están afectados. Sin embargo, las réplicas sísmicas constantes no están ayudando a mejorar la situación.

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