Pakistán: partos seguros día y noche para las mujeres refugiadas

Personal de MSF compuesto sólo por mujeres ofrece servicios de salud materno-infantil para la población de Afganistán en Kuchlak

MSF
03/04/2009

En Baluchistán, la provincia de Pakistán más grande y menos desarrollada, la mayoría de la población tiene un acceso muy limitado a la atención sanitaria. Médicos Sin Fronteras (MSF) apoya el programa de salud materno-infantil en Kuchlak, un asentamiento remoto a las afueras de la capital regional, Quetta, principalmente compuesto por refugiados afganos. El personal sanitario de MSF del servicio de partos, formado totalmente por mujeres, ofrece servicios obstétricos gratuitamente.

“La vida para las mujeres es mucho más fácil ahora en relación a cuando yo era joven. Por aquel entonces éramos nómadas. Paría durante nuestros desplazamientos de un lugar a otro. Solíamos tener a nuestros bebés sin ningún tipo de ayuda. Cortábamos el cordón umbilical con una piedra o un cuchillo. Teníamos a los bebés con nosotras en las tiendas y empezábamos a viajar de nuevo casi inmediatamente después de haber dado a luz. Aquí, las mujeres dan a luz en la sala de partos con toda seguridad y luego las transfieren a su casa para que reposen durante 40 días. Las familias se ocupan de las nuevas madres y les proporcionan una buena dieta, todo lo que pueden permitirse.”

Farzana* acaba de ser abuela de nuevo. Su nuera, una joven Kuchi nómada afgana, acaba de dar a luz a un niño sano en el servicio de partos de MSF en Kuchlak, en la frontera con Afganistán.

Descendiente de tribus nómadas del este de Afganistán, Farzana todavía viste la elaboradamente bordada indumentaria tradicional, pero ha abandonado su estilo de vida nómada y vive en una casa cercana. Ahora trae a muchas mujeres de su comunidad a la clínica de MSF para dar a luz, vacunarse y para controles prenatales.

La clínica es parte del programa de salud materno-infantil puesto en marcha por MSF en 2006 para mejorar unas tasas de nacimientos extremadamente bajas en la región. Entre cinco y siete mujeres acuden al centro cada día para parir, algunas de tan lejos como Ziarat, una ciudad montañosa a tres horas en coche en una región recientemente asolada por un terremoto. Casi todas las mujeres que acuden a la clínica han perdido algún hijo, desde bebés a niños más mayores.

Población refugiada afgana
Al igual que Farzana y su nuera, un 70 por ciento de la población de Kuchlak es refugiada afgana. La gente aquí tiene muy poco y las mujeres y los niños a menudo son quienes más padecen. El acceso a la atención sanitaria es extremadamente limitado, y buscar ayuda en la capital regional, Quetta, todavía no es una opción para la mayoría de los refugiados. Las mujeres suelen morir durante el embarazo o dan a luz a niños muertos por multitud de razones: las mujeres siguen realizando trabajos duros durante su embarazo como, por ejemplo, ir en busca de agua y leña; y tienden a dar a luz en casa, por lo que cuando una mujer toma conciencia de que necesita ayuda médica, a menudo es demasiado tarde.

Y, tal como explica la doctora de MSF Zardana Fahm Wardak, muchas jóvenes conciben a edades peligrosamente tempranas: “La edad para contraer matrimonio es de los 18 a los 20 años, pero vemos a algunas personas que se han casado mucho más jóvenes. Constituye un gran problema para las familias”.

Los embarazaos a edades tempranas pueden acarrear muchos problemas, incluyendo partos complicados que requieren estructuras seguras donde poder practicar si es necesario intervenciones quirúrgicas. Y la juventud puede significar una falta de conocimiento ya que las jóvenes puede que no reconozcan los signos que les advierten que deben acudir a un hospital.

Asistencia en parto y kit de higiene
MSF proporciona a las mujeres, como la nuera de Farzana, asistencia durante el parto y un kit de higiene que consiste en una pastilla de jabón y una toalla, lo que puede ser muy valioso. Si hay complicaciones, el personal de la clínica puede referir a la mujer para cirugía y proporcionar trasporte al hospital de Quetta. Tras el parto, la madre y su hijo se van a casa y dos o tres días más tarde regresan para un control postnatal. Después, visitadoras de salud de MSF irán al domicilio de la mujer para ofrecerle educación para la salud.
Desde que MSF abrió su proyecto, el número de nacidos vivos al mes ha pasado de 10 (en mayo de 2006) a una media de unos 100 en todo el año 2008.

“Esta mejora es un signo de la buena confianza que la gente deposita en nosotros. Es a través de nuestro trabajo que nos hemos ganado la confianza de la comunidad de Kuchlak,” explica el responsable del proyecto de MSF, Aleem Shah.

Una parte decisiva que ha contribuido a esta confianza es tener un departamento para mujeres constituido solamente por personal femenino. Las mujeres no acudirán a centros dónde sólo haya médicos varones, por lo que la unidad de partos de MSF cuenta con una comadrona y 11 “visitadoras de salud” con dos años de formación en partos y nociones básicas de obstetricia. Trabajan por turnos y ofrecen un servicio gratuito las 24 horas para que las mujeres embarazadas puedan dar a luz con seguridad de día y de noche.

*Nombre ficticio