Cruzar las aguas de la provincia del Golfo de Papúa Nueva Guinea puede ser traicionero. Durante los cinco meses que dura la temporada anual de vientos alisios del sureste – conocida como laura bada –, se soportan vientos de 30 nudos (unos 56 kilómetros por hora) que hacen que las pequeñas embarcaciones que azotan el océano, tengan que permanecer ancladas.