RCA: cirugía ocular en el hospital de Boguila

Durante dos semanas, la ONG alemana Christian Blind Mission (CBM) y MSF montaron un ‘campo de cirugía ocular’ en el hospital de Boguila, una zona remota al noroeste de la República Centroafricana (RCA), donde 53 personas recuperaron la vista tras ser intervenidas quirúrgicamente de forma gratuita.

MSF
18/08/2011

Escasez de oftalmólogos

“En los últimos años no había ocurrido nada igual en Boguila”, explica la coordinadora de terreno de Médicos Sin Fronteras (MSF) Jane-Ann McKenna. “Sólo hay cinco oftalmólogos en toda la República Centroafricana, y todos se encuentran en la capital, a más de 400 kilómetros de distancia. Hablamos con la comunidad, con el alcalde y con los líderes religiosos, y emitimos anuncios por la emisora de radio local. La gente estaba entusiasmada y realmente agradecieron que MSF atendiera problemas oculares”.

Pierre Mberna, un paciente de 64 años, cuenta: “Lo oí en la radio comunitaria de Paoua. Anunciaron que vendrían unos médicos a Boguila para operar a personas que tuvieran cataratas. Hace nueve años que sufro esta enfermedad”.

 

Consultas a la luz de una vela

Antes de abrir el campo, la enfermera supervisora de MSF realizó exámenes previos y se hizo un registro de potenciales candidatos a una intervención quirúrgica. A mediados de junio, un equipo de cuatro personas de CBM llegó Boguila, encabezado por un oftalmólogo, el Dr. Yacoub. “Cuando el Dr. Yacoub llegó, la noticia se propagó rápidamente”, explica Jane-Ann McKenna. “Más de 200 personas acudieron a las consultas. Algunas eran pacientes que ya habíamos examinado y a quienes habíamos aconsejado que volviesen a ver al cirujano. Pero muchas personas vinieron al correr la voz de que había un cirujano en la zona”.

El equipo de CBM trabajó hasta muy tarde por la noche para poder ver a todo el mundo que había acudido a las consultas. “El equipo estaba muy motivado, incluso el Dr. Yacoub pasó alguna consulta a la luz de una vela”, declara McKenna. En total 53 personas, la mayoría con cataratas, fueron consideradas aptas para cirugía. Otros pacientes con el nervio óptico atrofiado y con problemas en la retina recibieron medicación.

 

Cooperación logística

La organización logística del campo requirió una mayor cooperación. “Acondicionamos el quirófano solamente para realizar intervenciones oculares durante dos semanas”, cuenta la coordinadora de terreno de MSF. “Esto significó que tuvimos que convertir nuestra sala de urgencias en el quirófano del hospital y cambiar la ubicación de otros servicios. Por suerte, teníamos mucho espacio y nos las pudimos arreglar sin problemas”.

Los pacientes quirúrgicos quedaron ingresados tres días. MSF proporcionó alojamiento en el mismo recinto hospitalario: “En nuestro recinto tenemos una zona dedicada a ‘campos médicos’. Esta zona dispone de puntos de agua, lavabos y áreas de lavado. Allí instalamos dos tiendas con unas 25 camas para los pacientes y sus cuidadores”, explica Jane-Ann.

 

“Ahora puede ir a la escuela”

Abdoulaye Astha, de 50 años, fue sometido a una intervención quirúrgica: “Antes, no podía moverme porque tenía los ojos cerrados. Ni siquiera podía ir al mercado. Ahora veo bien. Dios es bueno”. Así contaba Josephine, de 40 años, cómo se encontraba después de la operación: “Tengo dolor de cabeza pero estoy bien. Ya no me caigo en los agujeros”.

Unos de los pacientes más jóvenes que fue intervenido fue Merci Feikouti, de 10 años. Su padre lo llevó al campo: “Enfermó cuando tenía cuatro meses. Le salía un líquido blanquecino de los ojos. La mayor parte del tiempo no veía nada. Tenía que estar abriendo y cerrando los ojos sin cesar, y sólo un estaba sano”.

El Dr. Yacoub describe la operación de Merci: “Este caso me tocó mucho. El pequeño había perdido la vista casi por completo. ¡Ahora puede ver la diferencia entre una persona blanca y una negra! No sólo está curado, sino que puede ir a la escuela y contribuir al desarrollo de su país. Estoy muy satisfecho del resultado”.

 

Planes para el año que viene

Tras completar con éxito el primer campo de cirugía ocular, ya hay planes para organizar otro el año que viene. Según los propios pacientes, hay mucha más gente con problemas oculares en sus ciudades y aldeas. “La comunidad ha quedado muy contenta con este campo”, concluye McKenna. “El impacto de esta cirugía sobre la vida de las personas es enorme”.

“Veo incluso más que antes”, afirma Pierre Mberna tras su operación. “Doy gracias al médico que nos ha curado. Muchísimas gracias”.