RCA: MSF trabaja con la población desplazada y víctima de la violencia

Tras años de inestabilidad político-militar, la República Centroafricana (RCA) se encuentra ahora sumergida en una situación de emergencia crónica y sanitaria.

MSF
27/11/2013

La situación se ha hecho todavía más acuciante desde el último golpe de Estado, en marzo de 2013. La población desplazada, cientos de miles, es más vulnerable y se encuentra expuesta a epidemias como la malaria, y a índices más elevados de malnutrición. MSF trabaja en RCA desde 1997 y continúa trabajando en la actualidad mediante la adaptación de sus actividades a la nueva situación de emergencia y la apertura de nuevos proyectos para dar respuesta a unas necesidades crecientes y extremadamente urgentes.

Incluso en décadas pacíficas los niveles de mortalidad en determinadas regiones del país superaban los umbrales de emergencia, que definen crisis humanitarias. La expectativa de vida, -de 48 años- es una de las más bajas en el mundo. Debido al caos generado durante el golpe de Estado, el sistema de salud del país ha sido arrasado por completo. El Ministerio de Salud apenas tiene presencia fuera de la capital, Bangui. Las estructuras de salud que operan en el interior del país son escasísimas. Hay un médico por 55.000 personas, pero la mayoría de los facultativos se encuentran en Bangui (y, por ejemplo, una comadrona/asistente sanitario para cada 7.000 pacientes) (1). Como resultado, el acceso a cuidados básicos es muy limitado o inexistente en determinadas regiones. Muchas mujeres mueren durante el embarazo o el parto y 129  de cada mil niños fallecen antes de los cinco años, principalmente por malaria, desnutrición crónica, enfermedades diarreicas, sarampión o meningitis.

La situación, pues, se ha deteriorado significativamente desde diciembre de 2012, cuando se inició la ofensiva llevada a cabo por Séléka para la toma del poder. Muchos centros de salud y hospitales fueron saqueados o destruidos y muchos trabajadores sanitarios dejaron sus puestos para refugiarse en Bangui. Desde entonces, y durante el incremento anual de malaria, que coincide con la estación de lluvias, los medicamentos, las vacunas y los suministros médicos han sido bloqueados en la capital. Las estructuras de salud no han podido retomar sus actividades y los sistemas de vacunación rutinaria y de control sanitario no están operativos. La población de RCA, -4,4 millones de personas-, a día de hoy no dispone de servicios médicos y es por lo tanto más vulnerable si cabe.

La situación de seguridad se ha deteriorado con un mayor número de grupos armados en el país. Los enfrentamientos se suceden con más frecuencia entre grupos de autodefensa (los anti-balaka) y los hombres que pertenecían a la Séléka (disuelta el mes pasado por el presidente Djotodia). Tensiones intercomunales, étnicas o religiosas son continuas en las poblaciones, especialmente en el norte del país. Los ataques a las poblaciones están llegando a niveles de violencia nunca vistos hasta ahora en la RCA. Desde primavera de 2013, ataques relámpago, abusos, detenciones arbitrarias, e incluso  ejecuciones sumarias (incluidas las de personal sanitario y trabajadores humanitarios) han aumentado. Las ONG internacionales que trabajan en RCA han sufrido robos de vehículos, en algún caso a mano armada. Almacenes, oficinas y residencias han sido saqueadas y el personal amenazado.

En este contexto de miedo y violencia, cientos de miles de ciudadanos han tenido que huir, muchos de ellos en repetidas ocasiones, desde enero. El número de personas desplazadas se estima en 395.000 (3). Se esconden en los bosques, sin refugio, comida o agua potable y a la intemperie, se encuentran expuestos a la picadura de los mosquitos y por lo tanto a la malaria, la principal causa de muerte en la RCA. La situación no es mejor en los asentamientos de desplazados. El hacinamiento y las terribles condiciones de vida conllevan un riesgo elevado de epidemias. Se estima que un millón de personas tienen necesidad de alimentos adecuados (4) y 1.6 millones se encuentran necesitadas de ayuda humanitaria inmediata (5).

Las autoridades de la República Centroafricana no son capaces de atender a toda su población, especialmente en el campo médico. MSF está muy preocupada por la población que vive en “zonas grises”, aquellas en las que no existe ningún actor humanitario, en el Este del país. La situación de salud y humanitaria es desconocida.

A pesar del contexto volátil de seguridad, MSF, uno de los mayores proveedores de servicios médicos en CAR, continúa trabajando, trasladándose por el país, llevando a cabo evaluaciones de necesidades, iniciando nuevos programas y tratando pacientes y heridos, sin tener en cuenta su filiación y la de las fuerzas que controlan las áreas donde trabajan. Nuestros equipos se adaptan a las necesidades de un contexto cambiante. Aunque se ha tenido que evacuar en algunas ocasiones y de forma temporal a nuestros equipos de algunas de las localidades, MSF ha conseguido ampliar sus operaciones y abrir nuevos proyectos para suplir las necesidades ocasionadas durante la reciente emergencia.

MSF ha trabajado en RCA desde 1997 y opera siete proyectos regulares en Batangafo, Boguila, Carnot, Kabo, Ndélé, Paoua y Zemio y tres proyectos de emergencia (en Bossangoa, Bouca y Bria). Además, un equipo de emergencia está cubriendo las áreas de Bouar, Mbaiki y Yaloké. Para finales de año, MSF espera iniciar actividades en Bangassou y Ouango. Ofrecimos cuidados médicos gratuitos a aproximadamente 400.000 personas, con 800 camas de hospital. Estamos trabajando en siete hospitales, dos centros de salud y 40 puestos de salud. Los equipos están compuestos de más de cien trabajadores internacionales y alrededor de 1.100 personal centroafricano.

 

De las palabras a la acción

La crisis en la República Centroafricana ha conseguido llevar al país a los titulares. Francia reconoce que la población en RCA está en una situación crítica y hace un llamamiento a la comunidad internacional a movilizarse. Los Estados Unidos (EEUU) han expresado su preocupación sobre la situación de deterioro. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reúne para adoptar una nueva resolución sobre RCA. Pero a pesar de la atención, para los que están trabajando en el país, está claro que la ayuda actual a la gente del país es insuficiente para cubrir las enormes necesidades existentes ahora.

Desde Diciembre de 2012 MSF ha denunciado repetidamente la casi total ausencia de asistencia humanitaria en el país y ha demandado a las organizaciones internacionales que desplieguen ayuda de emergencia. La ONU formalmente anunció su intención de aumentar los recursos y el personal en el país. Pero hoy en día, vemos claramente que el despliegue de ayuda por la ONU más allá de la capital, Bangui, hacia el interior del país, es todavía mínimo.

“Las agencias de la UN, incluyendo UNICEF y el Programa de Alimentos Mundial (PAM) deben finalmente tomar la decisión de dejar Bangui e invertir más esfuerzos para atender a gente vulnerable por todo el país y cumplir con su mandato”, dice Marie-Noëlle Rodrigue, Director de Operaciones de MSF. “Los donantes deben también movilizarse para que otras ONG tengan los medios necesarios para fortalecer la respuesta humanitaria que no pueden satisfacer por sí solas las organizaciones que se encuentran en el país”.



 

 


(1) Naciones Unidas -Julio de 2012
(2) Organización Mundial de la Salud - 2013
(3) Naciones Unidas -Octubre de 2013
(4) Naciones Unidas -Octubre de 2013
(5) Naciones Unidas -Octubre de 2013