RDC: una emergencia sin respuesta

Continúa la violencia, los desplazamientos forzosos y la alta mortalidad en la región de Katanga

MSF
13/02/2006

La República Democrática del Congo (RDC) sufre una de las crisis humanitarias más olvidadas del mundo, según indican los testimonios que nos llegan tanto de víctimas civiles, como de trabajadores de MSF en la zona de Katanga, una región de un tamaño similar al de Francia, situada al este de RDC. La situación de inseguridad se ha incrementado en los últimos meses a raíz de un operativo militar del ejército congoleño en la zona en contra de los grupos armados locales conocidos como mai-mai, el cual se lleva a cabo sin coordinación con las fuerzas de la MONUC (Misión de Naciones Unidas para el Congo). Es un capítulo más en la historia de un conflicto que continúa, a pesar de la firma de los acuerdos de paz que dieron fin en 2002 a una guerra que había dejado más de tres millones de muertos en seis años.

En Katanga, durante los doce últimos meses, se ha contabilizado un número aproximado de desplazados que asciende a las 92.000 personas. Todos ellos son blanco de las agresiones de los grupos armados, además de sufrir la falta de alimentos, de abrigo (sus hogares suelen ser destruidos) y de asistencia médica. Sólo en los meses de diciembre y enero, más de 18.000 personas buscaron refugio en el pueblo de Dubie. MSF tuvo que instalar tres campos de desplazados en el área para atender a la población que huye de la violencia protagonizada por los grupos armados. La mortalidad, tanto en la población desplazada como en la local, es alarmante. Esto no es nuevo, ya que a finales del año pasado, MSF dio a conocer los resultados de diversas encuestas sobre la situación sanitaria en Katanga en los que destacaban unos índices de mortalidad (más de 5/10.000 al día en algunas zonas) que superan con creces a los del umbral de un emergencia (que se sitúa en 2/10.000 al día).

A finales de enero, la crisis humanitaria de RDC fue tratada durante la reunión previa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas donde MSF estuvo presente para exponer la crítica situación de Katanga, después de que los equipos en la zona recogieran en un informe titulado En busca de seguridad: desplazamientos continuos de civiles en el centro de Katanga, los testimonios de las víctimas de la población civil a las que atienden.

La malaria, la desnutrición y las barreras existentes para el acceso a los servicios de salud (gran parte de la población tiene que pagar por recibir atención) son parte de las causas para que la mortalidad sea tan elevada en RDC, y particularmente en Katanga.

Se trata de una emergencia que está detrás de un discurso oficial que habla de una “transición democrática en medio de una situación normalizada” en espera de las elecciones que tendrán que celebrarse antes de final del próximo mes de junio. MSF ha urgido numerosas veces a las autoridades nacionales e internacionales a que, sin menoscabo de los proyectos de desarrollo ni de los esfuerzos que conlleva el período de transición, se atienda urgentemente la enorme crisis humanitaria que causa la mortalidad y la violencia que sufre la población de Katanga y de otras áreas de RDC. Así mismo, la ausencia de otros actores humanitarios es incomprensible.

MSF trabaja en la provincia de Katanga en la RDC desde 1988, y ahora concretamente en nueve emplazamientos en toda la provincia: Dubie, Pweto, Upembe, Mukubu, Kabalo, Nyunzu, Ankoro y Mitwaba. MSF proporciona atención médica a través de centros de salud, clínicas móviles, campañas de vacunación, centros nutricionales, suministra agua, distribuye artículos no comestibles y mejora las condiciones de saneamiento.