Refugiados centroafricanos en Camerún: "Están muy débiles, pero sobre todo están traumatizados"

MSF interviene desde hace unos días en Garoua-Boulaï, en Camerún, una ciudad fronteriza de la República Centroafricana (RCA). Más de 22.000 refugiados procedentes de RCA han cruzado la frontera en las últimas semanas. Para muchos, el viaje ha sido duro y peligroso. Llegan a Camerún totalmente desprovistos de todo. Sylvain Mathieu, coordinador de emergencias para MSF, explica cómo es la situación en los campos de tránsito cameruneses.

MSF
19/02/2014

¿Por qué interviene MSF en Camerún?
Los enfrentamientos en la República Centroafricana entre grupos anti-Balaka y fuerzas de los ex Séléka, así como las exacciones contra los musulmanes han obligado a una parte de la población a huir hacia Camerún. Entre estos dos países, existen tres puntos de cruce principales: Ngaoui en la región de Adamaoua, Garoua-Boulaï y Kentzou en la región del Este. Garoua-Boulaï se sitúa en el eje principal enlazando Camerún a Bangui, la capital centroafricana, y desde hace mucho tiempo es parada obligada de camiones que abastecen la ciudad. Los refugiados llegan mayoritariamente en camionetas o camiones, mezclándose con los habitantes de Garoua-Boulaï. El medio urbano complica el recuento de los refugiados. De momento, se estima que hay cerca de 4.500 refugiados en Garoua-Boulaï y casi 10.000 en otro campo de tránsito en Méganga. También hay refugiados concentrados en muchos otros asentamientos y esperamos una afluencia importante de personas en los próximos días.

¿En que estado llegan los refugiados a Garoua-Boulaï?
Los refugiados están totalmente desprovistos de todo. Muchos llegan solo con lo puesto. Algunos se encuentran en buen estado de salud pero están exhaustos. Han tenido que caminar muchos kilómetros antes de cruzar la frontera, comiendo solamente lo que han encontrado en el camino: algunas hojas y raíces. Están muy débiles física y mentalmente, pero sobre todo están traumatizados. Muchos pacientes rompen a llorar durante las consultas. De momento, hemos recibido a dos heridos de bala, y los hemos referido al hospital para asegurar una mejor asistencia.

Algunos refugiados nos cuentan que hombres armados lanzaron piedras cuando pasaba su convoy, lo que se suma al trauma vivido. Las historias que cuentan son aterradoras. Un refugiado nos contó que casi le matan cuando unos hombres armados irrumpieron en su casa tras matar a su vecino; logró escapar escondiéndose en el bosque donde encontró a otros refugiados antes de subirse a unos camiones de la Misión Internacional de Apoyo a Centro África (MISCA). Este hombre burló a la muerte una segunda vez cuando el camión en el que viajaba fue atacado; gracias al conductor que pagó por su liberación, pudo por fin llegar sano y salvo a Camerún. Ahora ha sabido que su aldea, situada cerca de Baoro, ha sido quemada y reducida a cenizas y que la mayoría de sus habitantes han sido asesinados.

¿Qué hace MSF en el terreno?
De momento hemos puesto un énfasis especial en la atención primaria de salud. Como nuestros colegas presentes al otro lado de la frontera hablan de unas elevadas tasas de desnutrición en RCA, ahora vamos a organizar la atención de casos de desnutrición severa en colaboración con el Ministerio de Sanidad camerunés y otras organizaciones no gubernamentales presentes en el lugar. En apenas una semana, nuestros equipos han realizado 900 consultas. Vemos muchos casos de niños con malaria así como infecciones respiratorias. También nos preocupan los casos de sarampión que hemos detectado. MSF prevé intervenir en un campo que se abrirá en los próximos días en Borgoné, una localidad situada a 45 kilómetros de Garoua-Boulaï. También podrían abrirse otros dos campos de tránsito en la región de Adamaoua, al norte de la ciudad. Estamos en alerta, preparados para intervenir en estos campos.

¿Cuáles son las necesidades de los refugiados que cruzan la frontera?
Su principal necesidad es encontrar comida. Encontrar alimentos constituye un verdadero problema para ellos, tras haber realizado un largo trayecto, a menudo a pie. En su mayoría los refugiados han huido de la violencia prácticamente con lo puesto, sin provisiones ni pertenencias. En espera de una distribución del Programa para la Alimentación Mundial (PAM), los residentes de Garoua-Boulaï dan muestras de una solidaridad remarcable distribuyendo comida a los recién llegados. Estos refugiados necesitan también un importante apoyo psicológico. De la noche a la mañana, algunos han visto como sus vecinos se han vuelto en su contra a causa de su confesión religiosa y están profundamente afectados por ello.


Médicos Sin Fronteras trabaja en Camerún desde 1984. Interviene aportando asistencia a pacientes con úlcera de Buruli en Akonolinga y hasta hace poco a personas con VIH/sida en Douala. MSF también apoya al Ministerio de Sanidad camerunés cuando se producen catástrofes naturales y epidemias.