Ébola: “Adaptando nuestros métodos para respetar la dignidad”

Luis Encinas, enfermero, es coordinador de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) en los Grandes Lagos. Hasta la primera semana de enero, Luis estuvo encabezando a un equipo de MSF en la lucha contra una mortífera epidemia de Ébola en Kasai Occidental, en el centro de Congo. De vuelta en Europa, nos relata cómo está actualmente la situación en el país africano.

MSF
12/01/2009

Luis, ¿se está expandiendo la epidemia de Ébola?
En estos momentos es difícil de decir. El equipo de MSF que se encuentra trabajando en el terreno, sigue llevando a cabo investigaciones para tratar de tener una visión más completa de la epidemia. Hasta el momento, un total de 42 personas ha desarrollado síntomas que muy parecidos a los del Ébola y 13 de ellas han muerto.

¿Dónde está el epicentro de la epidemia?
El epicentro está probablemente en un pueblo llamado Kaluamba, situado 65 kilómetros al sur de Mweka, la ciudad principal de la región. Hay también sospechas de "metástasis" –lugares donde se están observando a pacientes con síntomas sospechosos– en los pueblos de Kabau y Kalombayi, y en Mweka. En septiembre y octubre de 2007, MSF ya respondió a un brote de Ébola en la región. En aquella ocasión, 46 pacientes fueron ingresados en la sala de aislamiento y 186 personas murieron en espacio de unos meses.

Dando por hecho que no existe cura para el Ébola, ¿qué es lo que pueden hacer los equipos de su organización por los pacientes infectados?
Nuestro trabajo se estructura alrededor de cuatro actividades principales. Ante todo debemos aislar a los pacientes para que nadie más resulte infectado y para que puedan recibir cuidados médicos paliativos. Otra parte del equipo –que lleva a cabo la segunda de las actividades– visita las comunidades locales para recoger a las víctimas, y asistir, supervisar y asesorar a quienes han estado en contacto con personas infectadas. Es entonces, cuando se da todo un trabajo de movilización social, en otras palabras, para prevenir e informar a todo el mundo sobre la enfermedad, sus síntomas, los métodos de prevención y los modos de transmisión. Por último, debemos asegurarnos de que la atención médica sea gratuita en todos aquellos lugares donde se está produciendo la epidemia. ¿Por qué es esto importante? Porque la mayor parte de la población no puede permitirse el pagar por recibir atención médico y sanitaria. Kasai Occidental es una región muy inestable, donde la pobreza está por todas partes. Los cuidados gratuitos eliminan "la barrera económica" que impide a la gente seguir un tratamiento. Esto nos hace que sea algo más fácil poder identificar a la gente infectada por Ébola, y diagnosticar y tratar otras enfermedades altamente mortíferas.

Entonces, ¿hay otras enfermedades propagadas en Kasai Occidental?
Sí, de hecho estoy pensando particularmente en la malaria, las infecciones respiratorias e incluso las diarreas víricas o bacterianas. Por ejemplo, se ha confirmado un caso de shigellosis –enfermedad diarreica causada por bacterias– en las últimas semanas.

¿Resulta muy difícil diagnosticar el Ébola en los pacientes?
Principalmente basamos nuestro diagnóstico en indicios clínicos y en el historial del paciente: ¿han estado en contacto con otras personas con síntomas sospechosos? Sistemáticamente damos un tratamiento a los pacientes contra la malaria y la shigellosis, en caso de que hayan sido infectados por aquellas enfermedades, porque la confirmación definitiva de Ébola sólo puede hacerse en un laboratorio. Alrededor de 20 muestras de sangre y heces han sido ya enviadas a laboratorios en la capital congoleña, Kinshasa, así como a Gabón y Suráfrica. Lamentablemente, sólo nos han llegado hasta el momento 10 resultados y tres han resultado ser positivos. El tiempo que pasa hasta que obtenemos los resultados de los laboratorios es sin duda un gran inconveniente.

En Kasai Occidental, todo aquello para lo que no hay ninguna explicación científica es siempre atribuido a causas sobrenaturales. Todas las cosas son explicadas basándose en la idea del bien y del mal y algunas personas aprovechan esta actitud supersticiosa para venderse como curanderos. Mucha gente tiene miedo de acudir a los centros médicos, pues los perciben como sitios a los que la gente va a morir.

Entonces el trabajo de prevención y sensibilización es crucial, ¿no es así?
Sí, así es. El equipo encargado de la prevención y sensibilización, que está coordinado por un sociólogo, traslada los mensajes a unos 35 "contactos de largo alcance", dentro de las comunidades locales. También se encargan de organizar muchas reuniones con los líderes y difunden la información mediante carteles o a través de la radio local. El objetivo es poder explicar que el Ébola es un problema que afecta a todo el mundo – ya sea negro o blanco, rico o pobre, hombre o mujer, de una religión u otra …– y que debe ser combatido por todos. El equipo de sensibilización también juega un papel importante en los entierros de quienes han muerto a causa de la enfermedad, ya que estos deben ser llevados a cabo conforme a reglas de protección muy estrictas, que a menudo van contra de las costumbres locales.

¿Acepta la población las reglas que les impone el equipo de MSF?
Este es uno de los puntos más complejos del trabajo de sensibilización: hacer comprender a la gente la importancia que tiene el seguir adecuadamente las reglas para su protección. Ciertos ritos funerarios están profundamente arraigados: la cabeza del difunto es afeitada, se le cortan las uñas, se le lava… Vamos al entierro con nuestra ropa de diario y explicamos a la familia por qué estamos allí y qué es lo que hacemos. Un miembro de la familia lleva a cabo, junto con nosotros, todos los aspectos del ritual que implican contacto físico, y pide al resto del séquito que no toquen el cuerpo. A esta persona le ponemos pantalones de trabajo protectores, y luego colocamos el cuerpo del difunto en una bolsa para cadáveres, teniendo cuidado para que quede un hueco abierto a la altura de la cara. Durante aproximadamente un cuarto de hora, los amigos y la familia caminan alrededor del difunto hasta que finalmente podemos cerrar la bolsa. Pedimos al miembro de la familia que haya sido designado que desinfecte el cuerpo con agua clorada, antes de que el entierro se lleve a cabo…

El desafío de hacer de estas situaciones tan dramáticas algo un poco más humano…
Debemos evitar la psicosis… Por ejemplo, sólo llevamos los pantalones de trabajo con protectores dentro del centro de aislamiento o cuando el personal médico trata a los pacientes. ¡Hace unos años habríamos ido vestidos todos el tiempo como si fuéramos astronautas! Y el centro de aislamiento en sí mismo tampoco está completamente aislado. Si están más o menos bien, dejamos salir a los pacientes a una pequeña terraza donde pueden recibir visitas. A los amigos y la familia que vienen se les proporciona ropa protectora bastante normal… nada que ver con las medidas que se tomaban antes. Con los años, según vamos ganando experiencia en este tipo de epidemias, adaptamos nuestras prácticas para hacerlas más humanas, y respetar la dignidad de las personas afectadas. El objetivo es encontrar un equilibrio sutil entre la seguridad y los ritos y la cultura local.

¿Cuáles son las prioridades del equipo que está atendiendo la epidemia?
Debemos identificar las cadenas de transmisión de la enfermedad y aumentar las medidas que actualmente tenemos para controlar la epidemia. Este trabajo marcará el futuro devenir de la epidemia. Es esencial entender dónde y cómo el virus se extiende el virus, ya que esto nos permitirá aislar las casas infectadas y lograr un mejor resultado. El periodo de incubación del Ébola es de 21 días. Así que, antes de que podamos dar por concluida la epidemia, debemos esperar unas tres semanas desde que se descubra el último paciente infectado.