"Somalia es como el fútbol: cada noche hay un enfrentamiento distinto con equipos diferentes"

Entrevista a Abdi Khalif, supervisor médico en Jowhar

MSF
22/02/2007

Según cifras del PNUD, en Somalia apenas hay 240 médicos, 400 enfermeros, 80 comadronas y 100 técnicos para una población de 10 millones de habitantes. Abdi, enfermero diplomado por la Escuela de Enfermería de Mogadiscio en 1982, es una exquisita rareza en un país donde ya hace más de 15 años que oficialmente no existe un sistema educativo, y donde menos del 13% de los niños están matriculados en los centros de primaria que las comunidades han logrado poner en marcha. Inasequible al desaliento a pesar la última vuelta de tuerca en el volátil contexto somalí, Abdi lleva ya más de 14 años trabajando con MSF, desde donde sigue peleando para que los indicadores de la salud no sean tan despiadados. Actualmente supervisa el funcionamiento de los seis centros de atención primaria que la organización gestiona en Jowhar y su distrito. Ahora estamos en el OPD de Kulmis, un barrio de la ciudad.

¿Recuerdas cuando se abrió este OPD?
Eso fue hace más de 10 años. Entonces la situación de seguridad era bastante mala, pero la verdad es que MSF trabajó con honestidad y empezó a reclutar todas las personas necesarias para trabajar en los centros de la localidad. Tanto tiempo después, aquí siguen los centros, a pleno rendimiento.

Aunque a veces los movimientos de la población deben estar restringidos por problemas de seguridad, ¿Cuánta gente suele venir diariamente?
Aquí en Kulmis suele haber una media de 60 visitas diarias, pero en otros centros, como el de Buulo Shikh, suelen haber más, sobre un centenar diario. A pesar de la situación, la gente sigue viniendo a los centros y nos ayudamos unos a otros. ¿Sabes? Los somalíes nos peleamos y nos podemos llegar a matar, pero a pesar de ello siempre hay una red de ayuda para darnos soporte, sobre todo en los momentos más difíciles.

¿Cuáles son las consultas más habituales?
Pues principalmente suelen ser diarreas, infecciones respiratorias, enfermedades de la piel, etc. También malaria, pero ahora con el test rápido todo es bastante más fácil.

¿Cuáles crees que son las necesidades básicas a cubrir?
En términos generales, creo que educación y salud. La salud es una primera necesidad, pero a su vez está estrechamente ligada a la educación. Si todos los niños fueran a la escuela podrían entender mejor la importancia de cuidarse y de llevar a cabo acciones para prevenir enfermedades. Además, si fueran a clase también serían más abiertos, más despiertos, y todo ello repercutiría en la mejora de la situación de sus familias. De momento y hasta que existan esas estructuras de educación, lo más importante que creo que podríamos hacer es poner en marcha actividades de educación para la salud en los pueblos, para que tengan, al menos, unos conocimientos mínimos.

Luego, desde el punto estrictamente sanitario, creo que lo más preocupante es que no hay hospitales de referencia. También deberían haber más pediatras, porque la situación de los niños es bastante mala. Las cifras de tuberculosis también son altísimas. Además de todo esto, a veces también nos encontramos con nuevas necesidades a causa de las emergencias: inundaciones, sequías, etc. Creo que entre todos deberíamos dar una respuesta más rápida a estas situaciones, pero para ello, para tener un mejor acceso a las zonas afectadas, necesitamos una mejora de la situación de la seguridad.

Dados los últimos acontecimientos, ¿cómo ves el futuro?
La verdad es que Somalia se parece al fútbol: cada noche hay un enfrentamiento distinto entre equipos diferentes... Lo cierto es que en términos de seguridad, que es un elemento básico para vivir un poco tranquilos, en 2001 estábamos a un 80%; en junio de 2006, con los Tribunales Islámicos, este porcentaje subió a un 100%, y ahora mismo el nivel de seguridad ha bajado a un 20%. Sinceramente, lo que esperábamos es que la Comunidad Internacional apoyara a nuestro pueblo cuando estábamos en ese 100%, pero no ha sido así. Creo que, dadas las circunstancias, hay que mantener este mínimo de seguridad del 20% hasta conseguir que lleguen las tropas de paz africanas. Si las tropas etíopes abandonan el país antes de que lleguen éstas, va a haber muy malas noticias para todos.