“Tengo miedo por el futuro”, confiesa Um Bilal. “Miedo de que mi brazo no vuelva a ser como era. No puedo vestirme, mi esposo me ayuda, pero también es difícil para él. Solo quiero poder vestirme, lavarme”. El dolor que sufren las personas que han recibido un disparo, sumado a un largo y difícil período de incertidumbre durante su proceso de recuperación, crea muchos problemas de salud mental.
© Loay Ayyoub