“Todos vivimos con miedo”: los ataques de los colonos contra los palestinos y palestinas de Hebrón han aumentado en 2021

“Nos sentimos angustiados, en tensión todo el tiempo, incluso cuando estamos en casa, porque no dejamos de pensar en estos nuevos colonos que han llegado y atacan a los pastores y al ganado. La situación es nueva para nosotros y nunca habíamos estado sometidos a este tipo de presión”, explica Adel.

MSF
12/08/2021

Casi tres meses después de que la escalada de violencia en la Franja de Gaza dejara un balance de 256 palestinos y 13 israelíes muertos, la situación en Territorios Palestinos Ocupados sigue siendo volátil. El conflicto de Gaza tuvo lugar en un contexto de creciente inseguridad en Cisjordania, y los ataques de los colonos israelíes a los palestinos y palestinas aumentaron en comparación con el mismo periodo de 2020. Durante los primeros seis meses de 2021, según la ONU, se produjeron 273 ataques de colonos a palestinos o a sus propiedades, en comparación con los 370 incidentes registrados durante todo 2020 y los 340 incidentes de 2019.

Hebrón, que desde hace tiempo es uno de los focos de violencia en Territorios Palestinos Ocupados, ha registrado un aumento de la ejercida por los colonos desde principios de año. En el distrito residen unos 600 colonos israelíes junto a una población palestina de más de 35.000 personas. Los colonos reciben la protección de más de 2.000 soldados israelíes, según la organización israelí de derechos humanos B'Tselem. En 2021, los palestinos y las palestinas del distrito de Hebrón continuaron sufriendo la violencia de los colonos tanto dentro de la ciudad como en el resto del distrito. Además de tener que lidiar con el día a día de la ocupación, que incluye restricciones de movimiento, demoliciones de viviendas y la continua presencia del ejército israelí.

Trabajamos desde hace más de 20 años en Hebrón, donde brindamos salud mental y apoyo a quienes sufren las consecuencias de vivir bajo la ocupación. Solo en los primeros seis meses de 2021, tratamos a 75 pacientes con problemas de salud mental derivados de los ataques de los colonos —ataques que incluyen violencia y agresiones físicas—, en comparación con los 65 pacientes de todo el 2020. Esta violencia tiene un impacto psicológico considerable y prolongado sobre la población palestina. Algunos de los síntomas que presentan nuestros pacientes son miedo constante, problemas para dormir o comer, ansiedad, estrés, ira, incontinencia urinaria nocturna en niños, problemas de concentración o incapacidad para llevar a cabo tareas cotidianas.

Zanuta, un pueblo palestino situado en Adh Dhahriya —a unos 20 kms al suroeste del distrito de Hebrón—, ilustra la realidad palestina en Cisjordania. Sus habitantes dependen de la ganadería y la agricultura para sobrevivir, pero esta tarea se ha vuelto cada vez más difícil a raíz de las implacables políticas israelíes de confiscación de tierras, la falta de infraestructuras —incluidas las carreteras, la atención sanitaria y la educación— y, más recientemente, la llegada de colonos israelíes a estas tierras.

Según la familia Tell de Zanuta, las autoridades israelíes confiscaron casi 1.618 hectáreas de tierras palestinas que se utilizaban como pastos para el ganado y aprobaron cuatro nuevos asentamientos en la zona. “Ahora estamos rodeados por estos asentamientos. Todo esto ha ocurrido durante los últimos dos meses”, señala Adel Tell. “No nos permiten entrar en nuestras propias tierras, ni siquiera a pie. Preguntamos a la policía (israelí) y a la Administración civil, pero apoyan a los colonos. Tenemos documentación que demuestra que somos propietarios de las tierras, pero no nos dejan acercarnos a nuestros pastos y atacan a los pastores con perros y armas. Tienen aterrorizados a todos los habitantes de la zona”, añade.

Mariam Khdeirat es la madre de Adel. “Tengo problemas para caminar”, dice. “Cuando los colonos acosan a mis hijos, lo único que puedo hacer es gritar porque no puedo moverme y no puedo seguirles el paso. Cuando mis hijos se llevan las ovejas a pastar, me quedo aquí [en la puerta]. Me quedo esperando a que vuelvan. Cuando veo un coche, pienso que son los colonos que vienen a por ellos. Me quedo aquí, en la puerta, hasta que vuelven”.

“Hace dos meses que vivimos bajo mucha presión”, manifiesta Adel. “Vivimos en un estado de miedo constante. Nos sentimos angustiados por nosotros, nuestros hermanos, y nuestros hijos y amigos. Estamos en tensión todo el tiempo, incluso cuando estamos en casa, porque no dejamos de pensar en estos nuevos colonos que han llegado y atacan a los pastores y al ganado. Es algo en lo que no podemos dejar de pensar porque la situación es nueva para nosotros y nunca habíamos estado sometidos a este tipo de presión”, añade. “Todos vivimos con miedo”.

Respondemos a la violencia, tanto la ejercida por los colonos de Hebrón como otros tipos de violencia, con apoyo psicológico a quienes lo necesitan. En la aldea de Zanuta, hemos proporcionado apoyo en materia de salud mental mediante asesoramiento individual, actividades de grupo y asesoramiento a mujeres sobre autocuidado, gestión del estrés, control de la ira, sesiones de información sobre la COVID-19, sensibilización sobre la violencia y enseñanza de mecanismos de supervivencia. Además, también hemos organizado actividades de asesoramiento en grupo para niños y niñas sobre gestión del estrés, relajación, sesiones de información sobre la COVID y sensibilización sobre la violencia.

Salah Daraghmeh es el coordinador del proyecto en Hebrón en Palestina. “Los residentes de Zanuta afrontan muchos retos en su vida diaria debido a los colonos, además de dificultades cotidianas como las restricciones de movimiento y las demoliciones de viviendas que son fruto de la ocupación israelí”, señala. “Proporcionamos apoyo de salud mental a los residentes, pero no podemos resolver el problema de la violencia ejercida por los colonos contra la población palestina. Eso solo pueden hacerlo las autoridades israelíes”.