UE y Grecia dan la espalda a los refugiados que llegan a las islas griegas

Según las autoridades, este año más de 14.000 personas, de los cuales más del 90 por ciento está huyendo de Siria devastada por la guerra, han hecho el peligroso viaje en pequeñas embarcaciones a través del mar Egeo desde Turquía hasta las islas del Dodecaneso en busca de protección. Con muy pocas instalaciones adecuadas para albergarlos, muchos refugiados se ven obligados a dormir durante muchos días seguidos a la intemperie, en el frío y la lluvia o en calabozos superpoblados de comisarías mientras esperan ser trasladados a la península griega.

"En los últimos cuatro meses, no hemos visto ninguna voluntad de mejorar el sistema de recepción", dice Kostas Georgakas, coordinador de MSF. "No se practica un examen médico a los que llegan y, lo que es más importante, se descuida a las personas vulnerables. Recientemente se envió un grupo de médicos del Ministerio de Salud para examinar a los refugiados por Ébola, pese al hecho de que la mayoría de los refugiados procede de Siria y Afganistán, no de África occidental. Pero los refugiados que sufren problemas cardiovasculares o diabetes no reciben ninguna atención".

Las autoridades griegas tienen la responsabilidad de llevar a cabo pruebas de detección de la vulnerabilidad y brindar atención adecuada a estas personas; sin embargo, la falta de recursos y de voluntad política se traduce en que se han tomado escasas medidas concretas en el terreno.

"Hemos sido testigos del hacinamiento insoportable, con 53 personas amontonadas en una celda destinada para seis", dice Georgakas. "Estas condiciones son insostenibles incluso durante una noche, especialmente para las personas que ya padecen sufrimientos físicos y psicológicos por huir de la guerra. Lo poco que se les ofrece después de un viaje tan agotador es vergonzoso y peligroso para su salud".

Como resultado de las deplorables condiciones de recepción, un equipo móvil de MSF ha puesto en marcha dos operativos de emergencia en las islas del Dodecaneso desde finales de agosto. En ese período, el equipo ha brindado atención médica a más de 350 refugiados y distribuido más de 3.000 kits de artículos de primera necesidad, incluyendo bolsas de dormir, jabón y otros elementos de higiene.

 

Los pacientes han dicho a los equipos de MSF que se los empujó de vuelta a Turquía antes de que pudieran finalmente llegar a las costas griegas. Grecia tiene la obligación de respetar los derechos fundamentales de todas las personas que están bajo su jurisdicción, sin distinción de nacionalidad. Los estados deben garantizar, en todo momento, la no devolución de los refugiados y de quienes solicitan asilo procedentes de las tierras y aguas territoriales, y asegurar que estas personas reciban un trato digno a su arribo, incluyendo el acceso a un procedimiento de asilo eficaz y equitativo.

"Grecia cerró sus fronteras terrestres y ahora tiene que responder a la afluencia de refugiados que llegan a las islas del mar Egeo con la dignidad y el respeto que estas personas merecen", dice Manu Moncada, coordinador de operaciones de MSF relacionadas con la migración. "Las vallas más altas y las condiciones de vida inhumanas en las islas no detendrán a los más desesperados, que se verán obligados a tomar rutas cada vez más peligrosas en busca de seguridad, con muchas vidas perdidas en el proceso”, añade.

 

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Desde 2008, MSF ha respondido a las necesidades médicas y humanitarias urgentes de los inmigrantes recién llegados a Grecia, así como de los solicitantes de asilo y migrantes en detención administrativa. En colaboración con dos organizaciones griegas, MSF también está proporcionando rehabilitación médica para las víctimas de la tortura en Atenas.

Bajo el título Éxodos. Médicos Sin Fronteras ha lanzado este mes un documental web para reflexionar sobre la violencia y los movimientos de población. Siria es uno de los escenarios más preocupantes.  Visítalo aquí.