Un viaje de semifinales a Khayelitsha

MSF
07/07/2010

En estos días es difícil ir a cualquier lugar en Sudáfrica sin quedar atrapado por la fiebre del fútbol. El Mundial está entrando en su fase final y tengo que admitir que el gusanillo del fútbol me ha picado... ¡¡y eso que nunca hasta ahora había sido una fanática de este deporte!!!

Cualquiera que me conozca y me viera, no me reconocería, pues ahora me quedo pegada a mi asiento cada vez que hay un partido en la televisión y los “viernes de fútbol” hasta he llevado una camiseta de la selección sudafricana. Eso sí, tengo que admitir que aún no he logrado comprender del todo las reglas y mucho menos aún las diferentes tácticas del juego... ¡¡¡¡y mira que lo intento!!!! Que si fuera de juego posicional, que si el doble pivote, que si cesión al portero.... ¡me temo que tantas cosas nuevas en tan poco tiempo son demasiado para mí!

Fuera del bullicio de Johannesburgo, hay otros lugares de Sudáfrica en los que también se está jugando un partido muy importante y en los que las tácticas y reglas son bastante más sencillas que en el fútbol. En ciudades como Khayelitsha, un suburbio cercano a Ciudad del Cabo del cual ya os hemos hablado en anteriores ocasiones, más del 30% de la población tiene el VIH... y sin embargo, a pesar de todas las dificultades, yo he comprobado que cuando haces llegar buenos balones a nuestros pacientes, ellos se encargan de marcar un gol en cada llegada al área. Las Positive Ladies son una buena muestra de ello...

El otro día tuve la fortuna de poder visitar aquel suburbio y allí tuve la agradable sensación de que además del fútbol, en este país pasan muchas cosas buenas. No sé si os podéis hacer una idea de cómo son las condiciones de vida en Khayelitsha, pero lo cierto es que a pesar de la pobreza y del VIH (en este caso agravado por una alta tasa de coinfección de tuberculosis), la gente que vive allí continúa adelante día tras día con mucha determinación.

En Khayelitsha, la gente celebra la vida y el fútbol con iniciativas como el Festival de la Juventud, que tuvo lugar durante los días de mi visita en la Escuela Bulumko. Organizado por el Foro de la Juventud de Khayelitsha, en colaboración con varias organizaciones asociadas como MSF, Juventud contra el SIDA, Centro Simelela y muchas otras organizaciones comunitarias, cientos de niños y jóvenes se unieron para cantar, bailar, ver partidos del Mundial, jugar al fútbol y participar en obras de teatro de la comunidad.

Es encomiable ver cómo a través de una iniciativa local como esta, que aúna a toda una comunidad, los adolescentes pueden recibir asesoramiento y diagnóstico del VIH, aprender más acerca de la terapia antirretroviral, acceder a educación sobre salud sexual y reproductiva, asistir a sesiones de apoyo e incluso adquirir conocimientos sobre el VIH/sida, pero sobre todo me llamó la atención cómo Lerato Mhlwawuli, una niña de seis años, que se convirtió en la indiscutible reina del escenario por la forma totalmente desinhibida y rítmica en que exhibía sus habilidades para el baile.... ¡vamos, que ni Shakira!

Parece tierna y diminuta, pero su confianza y talento brillaban en cada paso de su impresionante presentación. De todos los artistas e intérpretes, fue quien consiguió las ovaciones más sonoras de la audiencia. Nonledo Bulana, de Juventud contra el SIDA, sonreía con orgullo mientras abrazaba fuertemente a Lerato.

"Nosotros, en Juventud contra el SIDA, queremos hacer la diferencia centrándonos en los esfuerzos por prevenir el VIH entre los niños y jóvenes de 7 a 25 años. Creo que es importante educarles e informarles sobre el virus y darles herramientas para que conozcan sus propios cuerpos. Hacemos esto porque ellos son el futuro y la clave para que un día tengamos una sociedad libre de VIH/sida", me decía Nonledo.

También conseguí hablar con la Dra. Carolina Malavazzi Galvão, médico brasileña de MSF que trabaja en la Clínica de Khayelitsha para la Juventud, y que hace unos días escribió unas líneas en este mismo blog. Cómo no, en un principio hablamos sobre la frustración que ha supuesto para ella la eliminación de su selección, jejejeje, y sobre cómo el fútbol es una forma de vida para todos los brasileños, sin importar en qué lugar del mundo se encuentren.

Sin embargo, luego cambiamos de tema y acabó hablándome de por qué es importante para los habitantes de Khayelitsha que se celebre el Festival de la Juventud. Esto es, a grandes rasgos, lo que me contó: "Es vital que los programas de VIH integren diferentes servicios para prevenir la propagación del virus, especialmente entre los jóvenes. Aquí en Khayelitsha la adherencia al tratamiento del VIH entre los niños y jóvenes es muy baja... muchos pacientes dejan de ir a las clínicas. Tenemos que educar a sus padres o tutores, para que los niños entiendan por qué es esencial continuar su tratamiento y también tenemos que buscar iniciativas que puedan ayudar a lidiar con el estado del virus en su cuerpo".

A mi vuelta a Johannesburgo me sentía realmente feliz por saber que estas iniciativas ayudan a los jóvenes a obtener respuestas y me di cuenta de la importancia que tienen estas pequeñas cosas para ellos.

Ahora bien, no logro quitarme de la cabeza que necesito encontrar algo de tiempo extra para desenredar el misterio de las reglas del fútbol antes de que finalice el Mundial, ¿habría algún voluntario que tenga un minuto para darme un par de lecciones? ;-)

Baikong Mamid, técnico de prensa de MSF Sudáfrica.

PD: Desde aquí, querría mandar un afectuoso abrazo a Lali Cambra, nuestra vecina de blog, ya que gracias a ella, con su trabajo como corresponsal, y ahora también con "Maldita Vuvuzuela", podemos conocer esas otras realidades de Sudáfrica que habitualmente pasan desapercibidas en los medios. Felicidades por tu trabajo, Lali.