Yemen: continúan las operaciones de emergencia en el país

Vientos de cambio, gritos de secesión y conflictos tribales avivan las tensiones en Yemen. Aunque la situación se ha calmado desde junio, sigue marcada por la inestabilidad y la falta de acceso a la atención sanitaria en ciertas zonas. Así la describen Caroline Séguin, coordinadora médica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Saná, y Teresa Sancristóval, responsable de proyectos en Yemen.

MSF
08/08/2011

¿Es más tranquila la situación en Yemen?

Caroline: En la capital, Saná, hubo importantes protestas antigubernamentales entre los meses de marzo y mayo. Estas manifestaciones causaron muchos heridos y muertos. Pero desde que el presidente Saleh se fue a Arabia Saudita a principios de junio para recibir tratamiento, las tensiones en Saná han disminuido en general. Sin embargo, todavía hay muchos grupos armados en las calles y controles de carretera.

¿Cómo está afectando la crisis actual a la población?

Teresa: Aunque la tensión ha bajado, la situación en Saná es todavía bastante volátil y afecta al día a día de los yemeníes. Los precios de los principales alimentos han aumentado desde enero de 2011, según uno de los informes más recientes del Programa Mundial de Alimentos. Hay cortes de electricidad en la ciudad y la escasez de combustible ha llevado a la creación de un gran mercado negro con precios hasta un 500% más caros. Ha habido protestas por la dificultad de conseguir agua y combustible y la falta de electricidad. Varios hospitales luchan para seguir llevando a cabo sus actividades. Tienen stocks de seguridad que solamente duran uno o dos días.

Además, la presencia de armas en la ciudad ha aumentado drásticamente. Tensiones entre tribus y vecinos que antes se resolvían pacíficamente ahora es probable que se resuelvan de forma violenta. Algunos barrios han resultado especialmente afectados. En lugares como Al Hasaba, parte de la población se ha visto obligada a abandonar sus hogares debido a los intensos combates. Algunos grupos armados controlan diferentes partes de la ciudad. En general, la vida diaria de la población civil se está deteriorando con gran rapidez y la gente está realmente preocupada por su capacidad para afrontar la situación.

¿Cómo han respondido las autoridades sanitarias a la situación médica?

Teresa: Es importantes destacar que la respuesta del sistema de salud yemení a la emergencia ha sido bastante buena. Los sectores públicos y privados de salud han podido hacerse cargo de la mayor parte de la afluencia de heridos y están prestando servicios de calidad.

¿Qué actividades de emergencia ha puesto en marcha MSF?

Teresa: MSF está dando apoyo a los actores de salud yemeníes y cubriendo algunos vacíos. Tenemos un dispositivo de emergencia organizado. Desde que empezaron las manifestaciones, hemos trabajado con el departamento de emergencias del Ministerio de Salud, comités estudiantiles de salud y estructuras médicas privadas y públicas. Hemos evaluado los principales hospitales para ver si estaban preparados para hacer frente a un número masivo de víctimas y ofrecido nuestro apoyo; en algunos de ellos hemos proporcionado formación y hemos donado medicamentos. También tenemos equipos de emergencia dispuestos para intervenir en caso necesario.

El país está atravesando un periodo de inestabilidad que afecta a todas las regiones y poblaciones a distintos niveles. El aumento de los precios y la escasez de combustible, la electricidad y el agua están teniendo un mayor efecto en la zona rural. Estamos intentando centrar nuestra intervención en las regiones más afectadas, mientras seguimos de cerca la situación. Hemos reforzado nuestro equipo de emergencias en Adén y en Taíz, en el sur del país.

Caroline: Durante un mes, un equipo de MSF trabajó en un hospital de Saná, atendiendo de urgencia a 200 heridos en un mes –la mayoría no directamente relacionados con la violencia política–, y practicó más de 100 intervenciones quirúrgicas, especialmente por traumatismos. Ahora nos estamos retirando del hospital porque las necesidades médicas han cambiado.

También trabajamos en el sur, en la ciudad de Taíz, donde la tensión sigue siendo elevada y donde la presencia de actores armados desbarata la asistencia humanitaria. Hay una línea de frente que recorre toda la ciudad, con el ejército regular en una parte y grupos tribales armados en la otra. Hace dos meses, pusimos en marcha un sistema de ambulancias para trasladar a los heridos a un hospital privado cerca de la línea de frente en la ciudad y diseñamos un plan de asistencia en caso de bajas masivas.

Actualmente la zona de conflicto más relevante es la gobernación de Abiyán, al este de Adén. Intensos enfrentamientos entre islamistas, milicias tribales y fuerzas del gobierno están provocando importantes movimientos de población, y unas 80.000 personas han huido de la zona de Zandjibar. Estamos dando apoyo a una clínica para personas que han buscado refugio en Adén. Actualmente estamos evaluando la situación y las necesidades en la región de Abiyán, pero con dificultades, dada la inseguridad reinante.

¿Cuáles son las principales causas de la falta de acceso a servicios de salud?

Caroline: En la gobernación de Abiyán, los enfrentamientos constituyen el mayor obstáculo. No obstante, en grandes ciudades, el problema es diferente. Saná, Taíz y Adén cuentan con hospitales bien equipados. Durante las protestas, no obstante, los civiles heridos no acudían a estos centros por miedo a ser fichados o tener que enfrentarse con las Fuerzas de Seguridad. En Taíz, dos hospitales han sido saqueados y hay un tanque apostado en las inmediaciones de otro centro. Es por ello que los heridos buscan asistencia en clínicas privadas.

Como la situación sigue siendo económicamente inestable, hay falta de combustible y suministros, el coste de la vida ha subido mucho y mientras siga habiendo un vacío de poder, estamos dispuestos a intervenir en caso necesario.

¿Cómo se han visto afectados los proyectos regulares de MSF en Yemen?

Teresa: Hemos ampliado nuestros programas regulares en Lahj, Haradh, Saada y Amran. MSF ya trabajaba en Yemen antes de esta crisis. Durante muchos años, el país se ha visto afectado por un conflicto armado en el norte y el año pasado por intensas tensiones secesionistas en el sur. Tenemos proyectos en ambas zonas que han estado funcionando con bastante normalidad desde el inicio de los disturbios, pero ahora nos enfrentamos a enormes retos debidos a la escasez de combustible y al aumento de los precios, y hemos tenido que cancelar muchos de nuestros desplazamientos en coche. También hemos visto un aumento de pacientes en nuestros programas nutricionales.

¿Cuáles son los principales retos que hoy tiene MSF en Yemen?

Teresa: Nuestro objetivo principal es dispensar asistencia de calidad a las poblaciones que sufren. Aunque tenemos actividades importantes en el país, estamos luchando por llegar a algunas zonas donde la inseguridad nos lo impide. Nuestro trabajo en Yemen requiere una rigurosa gestión de la seguridad y mucho esfuerzo para conseguir que la población y las principales autoridades nos acepten como una organización médico-humanitaria independiente.