Gracias a la independencia, podemos actuar sin estar atados a intereses políticos, sin esperar los fondos de gobiernos que, demasiado a menudo, miran hacia otro lado. Podemos anteponer las necesidades de las personas vulnerables en la base de la respuesta. Gracias a la humanidad, tratamos a todas las personas con la misma dignidad sin importar su nacionalidad, religión, etnia, género u origen. Gracias al compromiso, seguimos presentes en conflictos que el mundo prefiere ignorar y ampliamos nuestros equipos y actividades allá donde las crisis se recrudecen.
Médicos Sin Fronteras sabemos bien que cada uno de estos principios es vital, pues salvan vidas. A diario. Sin ellos, nuestra labor sería imposible. Y sin personas que los defiendan y compartan, la acción humanitaria perdería su esencia.
El apoyo individual de personas como tú nos permite llevar ayuda médica a quienes más lo necesitan, sean quienes sean y estén donde estén.