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13.08.2020

Líbano: brindamos apoyo médico y de salud mental a las comunidades más afectadas de Beirut

Nuestra respuesta se realiza a través de dos puntos médicos fijos que se han instalado en las zonas más afectadas por la explosión y además hemos iniciado una intervención puerta a puerta para proporcionar una mejor asistencia.

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Una semana después de la devastadora explosión que tuvo lugar en Beirut el 4 de agosto, estamos llevando a cabo una respuesta de emergencia para brindar asistencia médica a las personas más afectadas por la explosión. Nuestras actividades cubren tres áreas principales de intervención: cura de heridas para personas que aún sufren lesiones, continuidad de la atención para pacientes con enfermedades crónicas y salud mental para las personas afectadas por la explosión.

Nuestra respuesta se realiza a través de dos puntos médicos fijos que se han instalado en los barrios de Mar Mikhael y Karantina, las zonas más afectadas por la explosión. Además, hemos iniciado una intervención puerta a puerta, para comprender las necesidades de las personas que viven en la zona y así brindarles una mejor asistencia. Nuestros equipos también han instalado tanques de agua en la zona y han distribuido agua y kits de higiene a las personas que llegan a los puntos médicos fijos. Esto había sido destacado como una necesidad esencial por las personas encuestadas en el vecindario.

 

La potente explosión que ocurrió hace una semana arrasó los almacenes del puerto de Beirut. Causó la muerte de más de 150 personas e hirió a más de 6.000. La primera respuesta a la explosión provino de los propios ciudadanos de Beirut, que de manera espontánea intentaron brindar ayuda y apoyo a los afectados por la explosión, utilizando los recursos mínimos que tenían disponibles. La explosión generó ondas sísmicas que sacudieron el suelo, rompieron ventanas y destruyeron edificios en Beirut, una ciudad que ya se enfrenta a una crisis económica y un aumento de las infecciones por COVID-19.

"Antes de la explosión, el sistema público intentaba gestionar el creciente número de casos de COVID-19", dice Julien Raickman, jefe de misión en el Líbano. "Desde entonces, ha habido un incremento sustancial en los casos de COVID-19 reportados en el Líbano, especialmente en Beirut. Se han detectado más de 1.500 casos nuevos en una semana. Esto representa casi el 25 por ciento de todos los casos notificados en el país desde el comienzo de la pandemia. La noche de la explosión, hubo una gran afluencia de pacientes a los centros de salud en toda la capital, y las medidas de prevención no pudieron implementarse adecuadamente, lo que influyó directamente en el aumento de nuevos casos de COVID-19. Tampoco facilita las cosas que más de 300.000 personas perdieron sus hogares y han tenido que buscar otros lugares para quedarse. Este aumento de casos nos preocupa mucho y estamos tratando de ver la mejor manera de adaptar nuestros proyectos en estas circunstancias".

También nos preocupa la salud mental. "Después de la guerra civil, las crisis económicas y las recientes dificultades financieras y sociales, este último incidente ha acentuado el trauma de la sociedad libanesa", agrega Raickman. "Basándonos en nuestra experiencia, sabemos que esto tendrá un impacto tremendo en el bienestar psicológico de las personas y permanecerá en los próximos años. Es por eso que se debe implementar una estrategia nacional de salud mental para manejar los impactos psicológicos a largo plazo de esta crisis en la sociedad libanesa". Dado que la salud mental es un pilar clave de nuestro trabajo en el país, pudimos movilizar rápidamente a un equipo de nueve psicólogos para que participaran en nuestra respuesta de emergencia. Proporcionaron primeros auxilios psicológicos y ahora están trabajando para desarrollar una respuesta a largo plazo para las personas necesitadas.

Incluso antes de que comenzáramos nuestras actividades de emergencia, donamos botiquines de primeros auxilios y mascarillas quirúrgicas a Defensa Civil y Cruz Roja Libanesa la noche de la explosión y en los días siguientes, para prevenir la propagación de la COVID-19 y responder a la explosión. Desde entonces, hemos estado trabajando para proporcionar suministros médicos adicionales para ayudar a quienes atienden al gran número de heridos.

"El papel de estos actores y de las organizaciones locales ha sido crucial, especialmente en esta primera semana después de la explosión. Estamos tratando de adaptar nuestros proyectos en base a actividades existentes que ya han sido implementadas por grupos de la sociedad civil, porque claramente son la fuerza líder en esta respuesta colectiva a los acontecimientos", concluye Raickman.

 

Médicos Sin Fronteras trabajamos por primera vez en el Líbano en 1976. En el Líbano, el sistema de salud está altamente privatizado y fragmentado, y los servicios médicos gratuitos son casi inexistentes. Asegurar el libre acceso a la atención médica general y especializada de alta calidad ha sido nuestro objetivo principal desde 2008. Durante el último año, continuamos brindando atención médica general y especializada a las comunidades de acogida, migrantes y refugiados. Ofrecimos consultas ambulatorias, consultas individuales de salud mental, internaciones y asistimos partos.