Según las personas entrevistadas por nuestros equipos, los hombres, las mujeres y, cada vez con mayor frecuencia, los niños no acompañados (algunos de tan solo 10 años) que atraviesan Libia están sufriendo abusos a manos de traficantes, grupos armados y particulares. Estos están explotando la desesperación de los que huyen de conflictos, la persecución o la pobreza. Los abusos denunciados incluyen violencia (incluida la sexual), detenciones arbitrarias en condiciones inhumanas, torturas y otras formas de malos tratos, explotación económica y trabajos forzados.