Atija Bacar tiene 66 años y vive en el campo de desplazados de Eduardo Mondlane en Mueda, en Cabo Delgado (Mozambique). Es oriunda de Mocímboa da Praia, una localidad que ha recibido graves ataques en el marco del conflicto que está activo en esta provincia del norte de Mozambique. Ahora trabaja con nosotros como partera tradicional y proporciona atención durante el embarazo y el parto en su comunidad. Ha ayudado a más de 100 mujeres en el campo. 

Como tantos otros, Atija vivió experiencias traumáticas: fue testigo del asesinato de su esposo y un hijo. Asegura que su trabajo ahora le encanta ya que puede ayudar a otras mujeres en momentos de necesidad: “Cuando llegué aquí, este lugar era un bosque. Algunas buenas personas me ayudaron a instalarme. Ahora también puedo yo ayudar a las mujeres embarazadas. Sé que necesitan mi apoyo”.

Y es que uno de los principales retos es aumentar el número de mujeres que acuden al hospital cuando están de parto y que puedan así dar a luz de forma limpia y segura. Para lograrlo, parteras tradicionales como Atija organizan charlas periódicas con mujeres embarazadas para transmitirles mensajes de promoción de la salud, información logística práctica y darles a conocer los servicios de transporte de MSF al hospital. En enero de 2022, solo el 33% de las mujeres embarazadas de Eduardo Mondlane dio a luz en un centro médico. En abril de 2022, sin embargo, este porcentaje fue del 75%. Se trata de un aumento significativo que, sin duda, se debe en gran medida a la sensibilización de parteras tradicionales como Atija.