En Zimbabue, Médicos Sin Fronteras (MSF) continuamos abordando los vacíos en la atención médica, centrándonos en la salud sexual y reproductiva de los adolescentes, el apoyo a las personas migrantes y deportadas, y la respuesta a los brotes de enfermedades.

  • 14.300 consultas de servicios anticonceptivos
  • 390 consultas individuales de salud mental
  • 120 mujeres recibieron servicios de aborto seguro
  • Mapa de proyectos MSF en Zimbabue en 2022

En la capital, Harare, llevamos a cabo un proyecto para prestar servicios integrales de salud sexual y reproductiva para jóvenes mediante nuestra clínica en Mbare. Nuestro equipo también trabajó para mejorar la salud sexual y reproductiva de los adolescentes en Epworth, en un entorno no médico, trabajando con un grupo de orientación entre pares. Los miembros de este grupo son adolescentes que están capacitados para facilitar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en las comunidades dando a conocer los servicios que prestamos.

Cuando un brote de sarampión azotó el país en 2022, MSF dimos apoyo a la respuesta nacional y nos centramos en los distritos más afectados de la provincia de Manicaland. Nuestros equipos administraron vacunas, además de atención a los pacientes, rastreo de contactos y capacitación. A través de servicios de actividades de promoción de la salud, aumentamos la concienciación comunitaria y mejoramos la aceptación de las vacunas.

En Beitbridge y Plumtree, continuamos brindando asistencia médica a migrantes, solicitantes de asilo, personas deportadas y comunidades locales en situación de vulnerabilidad. En 2022, construimos un centro de bienestar en el campo de refugiados de Tongogara, al que la comunidad ha nombrado “Baobab House”. El centro presta servicios de salud mental, que incluyen apoyo individual, sesiones de gestión del estrés y actividades recreativas para ayudar a las personas a lidiar con el estrés y el trauma.

En diciembre, cerramos nuestro proyecto de salud ambiental en Harare, que implementó actividades para reforzar la capacidad de las comunidades para prevenir los brotes de enfermedades y darles respuesta. Estas incluyeron la perforación, la rehabilitación y el sellado de pozos para mejorar el acceso a agua potable y la creación de proyectos comunitarios de reciclaje de residuos sólidos, biorresiduos y aguas residuales en la ciudad, que también contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.


Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2022; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2022, contábamos con 114 profesionales* y gastamos 4,9 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 2000.

* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.