Emergencia en el noreste de Siria: miles de personas huyen con lo puesto
18/10/2019
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Los civiles árabes y kurdos sirios huyen con sus pertenencias en medio del bombardeo turco en la ciudad de Ras al Ain, en el noreste de Siria, en la provincia de Hasaká, a lo largo de la frontera turca, el 9 de octubre de 2019. Turquía ha lanzado un dura ofensiva a las áreas controladas por los kurdos en el noreste de Siria, con intensos bombardeos allanando el camino para una invasión, posible tras la retirada de las tropas estadounidenses. © DELIL SOULEIMAN/AFP
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Los sirios huyen del bombardeo de las fuerzas turcas en Ras al Ayn, en el noreste de Siria, el miércoles 9 de octubre de 2019, día en que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el inicio de una operación militar turca contra combatientes kurdos en el noreste de Siria. © Associated Press/AP
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Una familia consiguió huir de las líneas del frente en dirección a Tal Tamer, con destino a Hasaká o Qamishli. Por suerte, consiguieron alquilar un camión y llevan con ellos algunas de sus posesiones más preciadas. Durante el conflicto, es habitual que sea muy caro alquilar un camión para cargar sus pertenencias.
© Jake Simkin -
La familia Qados ha huido de Ras al Lain a las afueras de Tal Tamer, y se ha quedado cerca de un pueblecito. Aquí, sus miembros se han recostado bajo la sombra de un camión para protegerse del calor extremo. Decidieron no ir a Hasaká ya que las bombas de agua han sido destruidas en Ras al Ain y el suministro de la ciudad es muy limitado. Esperan que el conflicto pueda acabar pronto, aunque tienen sus dudas. Huyeron con muy pocas cosas. Las mantas y el camión que usan para cobijarse fueron abandonados por los conductores porque no podían entrar en la zona de conflicto con ellos. La familia explica que sería más seguro vivir en tiendas temporales y que esperan que lleguen más comida y suministros, ya que el pequeño pueblo es un buen punto de coordinación para los refugiados que huyen del conflicto. © Jake Simkin
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Los refugiados han huido de los combates en Ain Issa desde que las tropas turcas y del FSA (Ejército Libre Sirio) se enfrentaron a las Fuerzas Sirias Democráticas, lo que provocó el desplazamiento de miles de refugiados a las ciudades vecinas, sobre todo Hasaká, la ciudad más lejana al conflicto. La mayor parte de los refugiados huyeron solo con lo puesto y una manta para llevar algunos objetos personales. En la carretera, tratan de tratan de conseguir que un vehículo les lleve a la ciudad. © Jake Simkin
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Miriam huyó con sus cuatro hijos de Ras al Ain. Ahora vive en Hasaká en una escuela habilitada como albergue temporal. Cada una alberga a unas 20 familias; es decir, entre 150 y 200 personas. Miriam solo trajo consigo 20.000 libras sirias (unos 14 euros), todo lo que su familia y ella tenían cuando huyeron de Ras al Ain. Les preocupa la falta de agua, higiene, y medicinas para los niños, por su enferman mientras están en la escuela. En todo el recinto hay solo tres retretes y ningún lugar para lavarse. Solo pide algo tan básico como agua, saneamiento y utensilios de cocina para poder preparar una comida caliente.
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Zeinab, una señora mayor de la zona de Manbji, describe sus vidas bajo el régimen del Estado Islámico: “Mientras no nos quejáramos y vistiéramos ropas negras, estábamos a salvo, pero Turquía y sus extremistas islámicos quieren acabar con nosotros”. Zeinab se reubicó en Ain al Arab tras el hundimiento del Estado Islámico en su ciudad natal, y las amenazas de las operaciones militares turcas. La mayor parte de las mujeres no tienen documentos, huyeron a pie hasta que consiguieron llegar a Hasaka. Ocho viven juntas en una sola habitación, hablando sobre sus conflictos, sus recuerdos o sus seres queridos, ya que la mayor parte de sus hijos y maridos han muerto durante un conflicto que dura ya ocho años. © Jake Simkin
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Hasta la fecha, se han abierto 18 escuelas en la ciudad de Hasaká para responder a la constante afluencia de desplazados internos. Cada una alberga de 150 a 270 personas, pero carece de agua e instalaciones higiénicas. La Oficina de Coordinación Humanitaria Siria espera que 30.000 refugiados vengan a la ciudad en los próximos días y sean alojados en dichas escuelas. La mayoría de las personas recién llegadas no tienen documentación o tarjetas de identificación. Urge el suministro de agua: es una de las necesidades más importantes. © Jake Simkin
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La familia Hasan es oriunda de Raqqa, pero huyó del conflicto anterior a Ras al Ain, donde se habían establecido poco antes del avance de la operación militar turca en el área. Sin dinero, huyeron a Hasaká. La oficina de coordinación humanitaria les ha proporcionado una estancia temporal en una de las escuelas del distrito de la ciudad. Están agradecidos por la asistencia, a pesar de que todavía carecen de necesidades humanitarias, sobre todo de acceso a agua potable. Cada aula está habitada con una familia y sus parientes. Algunas son compartidas por varias familias formadas por mujeres que han perdido a sus esposos © Jake Simkin
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La familia Nour llegó a Hasaká y se refugió en una escuela tras huír de Al Darbasiyá. La madre no ha querido aparecer en la foto, pero pidió a sus hijos que sí lo hicieran para mostrar las condiciones en las que viven. Su marido decidió quedarse en la ciudad y tomar las armas contra las milicias turcas y el Ejército Libre Sirio, así que ella se fue con el resto de la familia. Llegaron sin nada: necesitan ayuda urgente, sobre todo agua limpia y leche para niños, así como ropa y mantas. En los últimos días, la familia ha recibido algo de asistencia, pero deben compartir los colchones entre dos o tres personas dependiendo de la edad de los niños.
© Jake Simkin