Historias en primera persona desde Moria, en imágenes
23/09/2020
Desde el incendio, la situación se ha deteriorado aún más. La única solución es clara; la evacuación de todas las personas de Lesbos a un alojamiento seguro en los Estados de la UE, donde estas personas pueden tener la oportunidad de comenzar una nueva vida.
Estos son algunos de nuestros pacientes de nuestra clínica de urgencia en Moria. Muchos de ellos han sido niños, incluidos recién nacidos con enfermedades de la piel, que también habían inhalado el humo del fuego y los gases lacrimógenos utilizados por la policía para sofocar las protestas durante los días posteriores al incendio.
También realizamos un seguimiento de los embarazos de alto riesgo, los niños con epilepsia y los pacientes con problemas de salud mental graves.
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Este bebé no ha comido lo suficiente, y tiene sarpullidos. Nuestra comadrona le dio suplementos y crema para la piel, pero a la noche siguiente volvían a estar en la calle. © MSF
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Mohamed Karim y su esposa corren un alto riesgo de contraer COVID-19. Mohamed tiene 76 años y no puede caminar unos pasos sin quedarse sin aliento. Después del incendio que destruyó a Moria, él y su familia estuvieron en las calles durante más de una semana sin acceso a los servicios más básicos, como baños, duchas, comida regular y atención médica. Dijeron a nuestros promotores de salud que no querían entrar al nuevo campamento porque temen seguir viviendo en condiciones horribles sin acceso a la atención médica. Mohamed ha estado tratando de reunirse con su hija que vive en el Reino Unido. Pero aún permanece atrapado en la isla. © Enri CANAJ/Magnum
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Esta mujer llevaba 4 días en la calle. En esta imagen acababa de ser golpeada por una piedra mientras el caos continuaba cerca de Moria. Nuestros equipos están en primera línea atendiendo los casos más urgentes. © MSF
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Una madre trata de alimentar a su bebé bajo la sombra de un árbol. © Enri CANAJ/Magnum
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Jayzah es una mujer de 67 años de Damasco (Siria). Su marido murió después de que se lanzara una bomba sobre el campo de refugiados donde vivían. La familia huyó a Idlib en busca de seguridad, sin embargo, después de que el área estallara en medio de la violencia, huyeron una vez más. En busca de una vida mejor, huyeron a Turquía; sin embargo, en el viaje, la policía fronteriza mató a tiros al sobrino de Jayzah. El resto de la familia finalmente llegó a Lesbos el pasado 1 de enero de 2020. Después de huir del incendio que destruyó el campamento de Moria, la familia no tuvo más remedio que dormir en las calles sin refugio durante más de una semana. A pesar de que Jayzah tiene diabetes y múltiples heridas de guerra, y claramente tiene un alto riesgo de contraer COVID-19, permanece en la isla. Jayzah, como miles de personas más, debe ser trasladado a un alojamiento seguro en otros estados de la UE de inmediato. © Enri CANAJ/Magnum