24 horas de atención sanitaria y miles de vidas más

En el sur de Galcayo, la atención médica constante es vital para asegurar la vida de miles de personas

MSF
09/12/2009

Cambiándose rápidamente y poniéndose la bata verde, el Dr. Maslah se dirige apresuradamente al quirófano en el hospital del sur de Galcayo para practicar una operación urgente a un joven que había sido apuñalado. “La llamada telefónica llegó a las 8 de la tarde,” explica. “Hacia a las 10 de la noche, estábamos en el quirófano y hacia las 11 de la noche habíamos conseguido estabilizar al paciente.”

A la mañana siguiente, familiares del paciente se reúnen en el hospital hablando y a veces riendo fuerte, tras recibir la noticia de que el joven va a recuperarse bien. Tranquilizan a amigos y a otros parientes que van llegando apresuradamente al hospital temiendo lo peor. 

Como uno de los 144 miembros del personal somalí trabajando para Médicos Sin Fronteras (MSF) en el hospital del sur de Galcayo, el Dr. Maslah ha jugado un papel crucial asegurando la continuidad de las actividades quirúrgicas. A principios de 2008, cuando el conflicto en Somalia se intensificaba y las necesidades médicas iban en aumento, MSF se vio obligada a evacuar a su personal internacional del país. Desde entonces, los proyectos de MSF han sido gestionados por personal somalí, apoyado y supervisado por equipos de coordinación basados en Nairobi que les visitan siempre que la seguridad lo permite. Sin el trabajo del Dr. Maslah y de cientos de otros trabajadores somalíes que trabajan en todo el país, miles de personas se hubiesen quedado sin atención médica vital gratuita. 

Llamadas telefónicas nocturnas para operaciones urgentes son una parte de la rutina del trabajo del Dr. Maslah, puesto que el hospital del sur de Galcayo es el único hospital que ofrece asistencia quirúrgica de urgencia gratuita en la zona. “Cada mes, practico unas 40 operaciones a personas con heridas abdominales,” afirma el Dr. Maslah, “heridas de bala y de arma blanca, heridas del colon y personas que han sufrido accidentes de coche.” 

La cirugía es sólo uno de los servicios que proporciona MSF en el hospital del sur de Galcayo, donde algunos pacientes acuden desde lugares tan distantes como Etiopía para recibir asistencia. La sala de espera del departamento de consultas externas, el departamento de hospitalización, las salas de la maternidad prohibidas a los hombres y el ventilado y luminoso recinto que ocupa el centro para el tratamiento de la tuberculosis, todos tienen una cosa en común – la bulliciosa actividad que les caracteriza. Cada mes MSF realiza casi 4.000 consultas externas, admitiendo a unas 120 personas y practicando más de 100 partos. 

Una prolongada sequía junto a enfrentamientos y los elevados precios de los alimentos significa que el centro nutricional suele estar abarrotado. Señalando una cola de mujeres de aspecto deprimido y frustrado sosteniendo a bebés débiles y deshidratados en sus brazos mientras esperan su admisión en el centro nutricional terapéutico de MSF Jibril, el supervisor, explica: “Cada mes admitimos varios casos de diarrea, sarampión, deshidratación y a veces meningitis. Pero ahora la desnutrición aguda severa se está convirtiendo en el problema más frecuente. Actualmente estamos tratando a 90 pacientes en un espacio diseñado para acoger sólo a 60.” 

El agotamiento en los rostros de las madres revela el largo viaje que la mayoría de ellas han hecho para llegar al hospital. Debido a la constante inseguridad, los equipos de MSF no pueden salir de sus vehículos y recoger a los pacientes. Como cuenta una madre, “Muchos en la aldea saben que existe tratamiento gratuito aquí, pero el mayor problema es el viaje. Puede durar muchos días y suele ser muy caro, unos 500.000 chelines somalíes (el equivalente a unos 10 dólares americanos). Muchos no se lo pueden permitir por lo que se quedan en casa y algunos mueren en su aldea.”

Las quemaduras en los cuerpos de numerosos bebés en el centro nutricional muestran que muchas de las madres primero recurren a los curanderos tradicionales y sólo acuden al hospital como último recurso.

Contrastando marcadamente con el grupo arriba mencionado, una mujer de pie en la puerta del centro nutricional dibuja una gran sonrisa. En uno de sus brazos sostiene a un bebé de aspecto sano y en el otro una bolsa con la ración de alimentos familiar que ha recibido de manos de MSF para llevarse a casa. Levanta la voz entre los ensordecedores llantos de los niños para dar las gracias al personal. “Ha permanecido aquí durante bastante tiempo y hoy regresa a casa con un bebé sano,” declara Jibril.  

El personal de MSF como Jibril y el Dr. Maslah trabajan las 24 horas en el hospital del sur de Galcayo con muchos otros dedicados trabajadores somalíes para ayudar a cambiar las cosas. “El personal en este hospital salva vidas,” afirma el Dr. Maslah.

En un país donde la violencia, el sufrimiento y la muerte por enfermedades tratables y prevenibles son moneda corriente, la provisión de atención médica independiente y gratuita resulta vital.  

Nota final:
MSF trabaja en Somalia desde hace más de 17 años y hoy sigue proporcionando atención médica gratuita en ocho regiones del país, gracias a nuestro dedicado personal somalí, apoyado por un equipo de coordinación que gestiona las operaciones por control remoto desde Nairobi. En 2008 solamente, los equipos de MSF realizaron 727.428 consultas externas, incluyendo 267.168 niños menores de cinco años. Más de 55.000 mujeres se sometieron a controles prenatales y más de 24.000 personas fueron admitidas en hospitales y clínicas apoyadas por MSF. Se practicaron 3.878 intervenciones quirúrgicas, 1.249 de las cuales por heridas asociadas a la violencia. Los equipos médicos trataron a 1.036 pacientes con kala azar, una mortífera enfermedad olvidada, y a más de 4.000 con malaria y ofrecieron el tratamiento contra la tuberculosis a 1.556 personas. Casi 35.000 personas con desnutrición recibieron alimentos y atención médica y 82.174 fueron vacunadas.